Medio vaso vacío, medio vaso lleno

Marcelo Celani. Economista, Torcuato Di Tella

La Resolución 118/2010 publicada ayer en el Boletín Oficial representa, a la vez, y para ser equilibrados, una buena y una mala noticia. La norma establece un aumento en las tarifas de cabotaje, aumento que, a decir de sus considerandos, surge inspirado en la decisión de mantener una relación coherente entre las tarifas del sector terrestre interurbano de larga distancia y el aerocomercial.

Este incremento es un viejo reclamo del primer sector mencionado, pero también refleja la necesidad de acercar las tarifas a las vigentes en países de la región para distancias similares. Ese es el medio vaso lleno. Pero también está el medio vaso vacío. Esta es una regulación desacoplada de la realidad de la industria, tanto a nivel local como internacional. Para no ser demagógico, estas regulaciones crean más problemas de los que solucionan. El sector aerocomercial es el ejemplo de manual en el que la libertad de precios aumenta la competencia e incrementa la oferta, entre otros beneficios para el mercado.

Para aquellos destinos donde las condiciones de mercado no sean satisfactorias, siempre hay soluciones menos distorsivas y dañinas. Todas las industrias de redes como la eléctrica, el gas, telecomunicaciones, correo, admiten soluciones de "servicio universal", que son neutrales en términos competitivos.

Por supuesto que la libertad tiene sus costos, como la volatibilidad de la oferta. Pero nadie sensato puede pensar que, después de las crisis internacional de los últimos años, las empresas habrían sobrevivido más fácilmente con precios regulados. Todo lo contrario. Sólo hace falta mirarnos el ombligo, para ver cuan lejos estuvo la evolución de nuestra industria, con precios mal regulados, a la par de otras experiencias.