Di Tella en los medios
La Mañana
23/02/9

El pesimismo de los consumidores argentinos

Por Alejandro Burckas

En medio de la turbulencia económico-financiera internacional, la confianza de los consumidores locales sigue cayendo. Un informe de alcance nacional del Centro de Investigaciones de Finanzas (CIF) de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella, revela que el Indice de Confianza del Consumidor (ICC) de febrero presentó una retracción del 4,2 por ciento con respecto al registro del primer mes del año. En términos interanuales la caída acumulada es del 28,3 por ciento.

La baja de confianza se sintió en toda la Argentina. Según este informe, la confianza de los consumidores se refleja en los registros de todas las provincias del país. Dividiéndolo por zonas, se puede marcar que en el interior del país disminuye un 8,9 por ciento, mientras que en Capital Federal y el Gran Buenos Aires el índice se contrae un 4,1 y un 1,5 por ciento, respectivamente.

Los subíndices también mostraron contracciones preocupantes que marcan el pesimismo de los consumidores argentinos para con el futuro económico del país y el suyo personal. Se registra una baja importante, del 8,7 por ciento, en el subíndice que mide la Situación Personal. Y cae también el subíndice relacionado con la intención de compra de bienes durables e inmuebles; en este caso la depresión es del 2,9 por ciento. Lo significativo de este subíndice es que está directamente relacionado con las perspectivas a mediano y largo plazo de los consumidores.

No todos los indicadores del trabajo publicado por la Universidad Torcuato Di Tella fueron negativos. La excepción a la regla fueron las Expectativas Macroeconómicas (EM), las cuales se mantuvieron virtualmente estables, al menos hasta el momento. Esta respuesta dual de los consultados, que ven mal sus cuentas personales pero estables las del Estado, se debe a que la mayoría de ellos percibe que se agudiza el problema de la concentración económica con la crisis.

Siguiendo con las EM se puede señalar que el componente que captura la perspectiva para el corto plazo disminuye un 6,3 por ciento, impulsado por una caída en todas las regiones. No obstante, el componente correspondiente al mediano plazo se recupera un 3,6 por ciento, producto de que en Capital y en el interior del país decae un 1,1 por ciento y 2,31 por ciento, respectivamente, mientras que en Gran Buenos Aires aumenta un 8,7 por ciento. En términos interanuales, la variación acumulada del componente de expectativas a un año es de 36,7 por ciento negativo, mientras que para el de tres años se recupera 1,8%. Para los consumidores argentinos hay una luz al final del túnel.


Los pobres, más optimistas

Otra conclusión interesante que se desprende del informe es que los sectores de mayor poder adquisitivo de la población muestran un mayor pesimismo a futuro que los sectores más vulnerables. En febrero la confianza de los consumidores más pobres disminuye un 2,8 por ciento, mientras que la de los estratos de más acomodados de la sociedad desciende un 9,6 por ciento. El saldo de respuestas positivas del sector de menores recursos varía negativamente en lo referido a su Situación Personal, un 7,5 por ciento, y muestran incrementos marginales los indicadores de Situación
Macroeconómica y Bienes Durables e Inmuebles, un 0,7 y un 0,1 por ciento, respectivamente.

Por su parte, el estrato más pudiente registra una disminución en todos los subíndices. En términos interanuales, el factor que mide la percepción sobre la situación presente disminuye un 32,9 por ciento en los sectores más bajos, y un 43,8 por ciento para los más ricos.

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