Di Tella en los medios
El Cronista
23/02/9

“Las finanzas siempre tuvieron algo mágico”

<P>El especialista analiza cómo evoluciona la demanda de las maestrías en finanzas, en plena crisis.</P>

“Dar un instrumento financiero sofisticado a gente que no lo maneja es como darle un auto de Fórmula 1 a un chico de cinco años.”

Bancos rescatados de la quiebra, jornadas negras en la Bolsa y despidos masivos en instituciones bancarias no son justamente el escenario más tentador para decidir cursar un posgrado en finanzas. Sin embargo, todo pareciera indicar que esta especialización continua teniendo sus adeptos, ya que no son pocas las casas de estudios que aseguran que la demanda de estas maestrías continúa viento en popa, incluso está creciendo.

“Hoy las finanzas son vitales para la supervivencia de la empresa. Por eso la gente también sigue estudiando”, dice Juan José Cruces, director de la Maestría en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella. Es que más allá de lo que suceda en el mercado financiero, los momentos de crisis vuelven a las finanzas una herramienta clave en empresas de todo tipo. La manera de manejar presupuestos, controlar la liquidez y convivir con la inflación pueden signar el destino de cualquier compañía. Y decidir capacitarse, incluso en estos tiempos turbulentos, es sin duda una llave segura para abrir puertas en los pisos más altos. “La gente viene para hacer un salto de carrera. Es como los boxes en las carreras de Fórmula 1: parás para ajustar el motor y la presión, y salir de nuevo a la pista”, resume Cruces, quien profundiza en este especial segmento de los posgrados de negocios.

¿Cómo está reaccionado la demanda de estas maestrías, en plena crisis del sector financiero?

Cuando el mercado laboral se enfría, la gente elige hacer estos programas. Incluso la demanda está hoy un 15% más arriba que en el 2008. De hecho, el año pasado hicimos una encuesta a la gente que pasó por la universidad, pero finalmente no se anotó, y el 85% nos dijo que no iba a cursar la maestría en finanzas ni en la Di Tella ni en ningún otro lado. Por una simple razón: falta de tiempo. Este año, muchos van a tener tiempo...Hay más gente con tiempo libre y los que mantienen el trabajo están bien agarrados a la silla.

De todas maneras, no estamos teniendo un ola de desocupados que se interesen en cursar. La mayoría tiene trabajo. Y tres cuartos ya tiene trabajo en finanzas, ya sea en el Estado, en el mercado financiero o en el área financiera de empresas. El resto quiere meterse en esta área y la maestría es el trampolín para rearmar su CV con esta orientación. En general, este tipo de maestrías se ven como un vehículo eficiente para lograr un ascenso, promoción o cambio de trabajo. La gente viene para hacer un salto de carrera. Es como los boxes en las carreras de Fórmula 1: parás para ajustar el motor y la presión, y salir de nuevo a la pista.

¿Se mantiene este porcentaje de gente interesada en ingresar en el mundo financiero, desde afuera?

El atractivo se sigue manteniendo: hoy la gente sigue teniendo interés en este mercado. Las finanzas siempre tuvieron algo mágico, que atrae a la gente. Hay una curiosidad por el funcionamiento de este mercado. No veo que la gente haya dicho “los mercados financieros están muertos, dediquémonos a producción o marketing”.

Además, hoy las finanzas son vitales para la supervivencia de la empresa. Por eso la gente también sigue estudiando finanzas, algo parecido a lo que se vivió en los 80, cuando las empresas sobrevivivían o no de acuerdo a esta variable. En los 90, llegó la hora de producción y ventas. En los 2000, ganaron poder los abogados, renegociando los pasivos. Hoy los hombres de finanzas volvieron a cobrar poder.

¿Qué está pasando con el financiamiento de las empresas?

Tradicionalmente, siempre hay un 10% que obtiene financiamiento de Di Tella con un pool de bancos. Otro 60% se lo pagan ellos mismos y cerca del 30% restante corre por cuenta de los empleadores. Este porcentaje está bajando: las compañías están más reticentes a invertir en educación.

¿Qué pasa desde el lado de la oferta de contenidos? ¿Hay una adaptación al escenario actual?

Desde la oferta, tuvimos una reacción ante el entorno. Estamos abriendo una materia de ética y finanzas, trayendo un profesor de Frankfurt. Parte de lo que pasó es porque hubo muchos intermediarios financieros que, por acción u omisión, violaron normas éticas. Dar un instrumento sofisticado a gente que no lo entiende bien es como darle un auto de Fórmula 1 a un chico de cinco años.

De acá a un par de años, en una entrevista de trabajo los candidatos van a verse enfrentados a potenciales cuestiones éticas y les van a preguntar cómo actuarían en distintos casos. Es nuestra responsabilidad preparalos para eso. También incorporamos un bloque temático de control de riesgos, otro tema clave.

Estefanía Giganti
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