Di Tella en los medios
La Nación
20/10/8

Hay que romper el silencio

Por Claudia Romero

En 14 provincias, por diversas circunstancias, pero sobre todo por paros docentes, no se cumplirá con el calendario escolar de 180 días, uno de los más cortos del mundo; algo menos que la mitad de un año.

No existen hoy herramientas políticas eficaces para reorganizar la puja distributiva actual ni para establecer criterios que resuelvan en el futuro la cuestión salarial del sector docente, el tercero en importancia luego del comercio y la industria. Mientras tanto, la herramienta extrema del paro docente se desgasta, toda vez que se la usa, casi con exclusividad, para reclamar ajustes salariales que trotan detrás de una inflación que galopa.

La pulseada entre gremios y gobiernos provinciales se dirime por capítulos que las familias siguen por los medios mientras, con angustia y en silencio, organizan jornadas alternativas para que "alguien se haga cargo de los chicos que otra vez no tienen escuela". Y aun cuando, por ejemplo, el 80% de las familias de la provincia de Buenos Aires ganan menos que el salario mínimo de un maestro, hay padres que sienten culpa por no poder pagar una escuela privada, "de esas que tienen clases siempre".

* * *

Por estos días se multiplican situaciones controvertidas que reeditan dilemas éticos de la profesión docente. Profesores que saben que, por los días de clases perdidos, sus alumnos de escuelas públicas aprenderán menos que en las privadas. Maestros que comparten la necesidad justa de recomponer el salario castigado por la inflación, pero que no acuerdan con la política de paros; sin embargo, no se animan a plantear el desacuerdo y "se solidarizan". Alumnos que, advertidos de que no se les pasarán inasistencias los días de paro, no concurren a la escuela y se autoexcluyen de las clases que algunos docentes quieren dar.

Angustia de los padres, dilemas éticos de los docentes, desigualdad consentida, solidaridad a la fuerza, autoexclusión de los alumnos, todo se juega en un silencio devastador. Llama la atención ese silencio ante tanta aula vacía.

¿Por qué tantos callan? La politicóloga alemana Noelle-Neuman explica en su teoría de La espiral de silencio que las personas prefieren acallar sus opiniones cuando creen que éstas contradicen un cierto estado de consenso y son contrarias a lo que aparece como opinión dominante. Lo hacen por miedo al aislamiento, al rechazo y a la soledad. Esta conducta es significativa cuando se asiste a luchas entre posiciones opuestas y se debe tomar partido. Sin embargo, la teoría advierte que la gente con mayor nivel educativo logra afirmarse en sus opiniones, vencer los temores y manifestar sus convicciones sin temor al aislamiento.

Entonces, es con más educación que habrá menos silencio y mejor democracia.

La autora es directora de Educación de la Universidad Torcuato Di Tella ( UTDT ).

Publicado en:
Link: