Di Tella en los medios
Ámbito Financiero
31/03/8

"Retenciones aumentaron la fragilidad fiscal del país"

"Si el país tiene una corrida descubriríamos que las reservas son menores; difícilmente el Banco Central podría colocar Lebac y Nobac a tasas razonables", afirmó <STRONG>Pablo Guidotti</STRONG>.

«El gobierno, al aumentar permanentemente las retenciones, comete el error de incrementar un impuesto que se sostiene sólo en base a altos precios internacionales y que no es coparticipado, lo que hace es aumentar la fragilidad fiscal a la Argentina.» Así lo sostuvo el economista Pablo Guidotti, a cargo de la Escuela de Gobierno de la Torcuato Di Tella. En ese sentido, agregó que «las retenciones móviles destruyen el mercado de futuros, que es un instrumento importante de manejo de riesgo del sector agropecuario».

En la entrevista con Ambito Financiero, este economista que ocupó cargos en Economía como viceministro y secretario de Hacienda, habló también de la crisis financiera internacional y de la repercusión en la Argentina.

Periodista: ¿Ya pasó lo peor de la crisis financiera?

Pablo Guidotti: Es temprano para afirmarlo. Sin embargo, existe un gran cambio en la actitud de los bancos centrales y en la del gobierno norteamericano en cuanto a enfrentar el problema. Durante el año pasado hasta el principio del actual negaron que la economía norteamericana fuese a entrar en recesión o que la crisis fuera a tener un impacto grande. En realidad hacían una mala lectura del problema subyacente. Si corremos el velo asociado a toda la innovación financiera nos encontramos con una crisis bancaria tradicional generada, durante un período largo de tiempo, por una relajación muy importante en los controles básicos sobre los otorgamientos de créditos, en particular los hipotecarios. Lo que cambio hace unas semanas es que efectivamente terminó el período de negación. La Fed y el Tesoro norteamericano ahora están atacando al problema de frente. La principal duda en estos casos es que una vez que estas crisis financieras o bancarias comienzan luego tienen una dinámica propia muy difícil de predecir.

P.: Existen opiniones cruzadas sobre el desempeño de la Reserva Federal ante la crisis. ¿Fue correcto en su opinión?

P.G.: Cuando miramos la acción de la Reserva Federal hay dos aseveraciones diferentes. Una es cómo reaccionó el presidente de la entidad, Ben Bernanke, y la otra es qué responsabilidad tuvo su ex presidente, Alan Greenspan. Si miramos el accionar de Bernanke creo que actuó tarde en el sentido de que Estados Unidos y la Fed minimizaron el problema subyacente y básicamente trataron de argumentar que no hay riesgo de recesión cuando la realidad es que la desaceleración es importante. Hoy, a la luz de lo que está ocurriendo, el tema inflacionario es un tema menor ante el colapso de algunos mercados de créditos. La otra pregunta es si esta situación se generó por la política de Greenspan de permitir tasa de interés bajas por mucho tiempo. Ahí la respuesta es que no. Los períodos de tasas bajas lo que facilitan es que ciertos problemas no se vean pero no son la causa del problema. La responsabilidad debe recaer sobre los reguladores y supervisores bancarios y de los mercados de capitales y no sobre la política monetaria.

P.: ¿Europa hace bien en demorar una baja en las tasas?

P.G.: En Europa los problemas fueron más importantes al principio porque impactaron más directamente en el mercado interbancario. Luego, la crisis de confianza se trasladó al mercado de capitales y al bancario de EE.UU.. Sin embargo, la falta de liquidez en el mercado interbancario en Europa continúa, y a pesar del accionar del Banco Central, existe todavía falta de confianza entre los bancos. Un problema adicional es que su sistema no fue testeado en términos de cómo actúan las autoridades en el caso de que haya problemas en bancosque tienen operaciones multinacionalesy que requieran su reestructuración. En ese sentido Europa está un poco peor preparada que EE.UU. en su capacidad de reacción porque tiene que coordinar entre autoridades nacionales dónde la división de responsabilidades no está muy clara en términos de cómo actúan los diferentes países en relación a un mismo problema.

P.: Parecería ser que esta crisis quemó varios libros sobre cómo enfrentar una crisis financiera...

P.G.: No sé si se quemaron varios libros, pero sí se quemaron discursos simplistas. Hasta el momento habíamos visto crisis en países emergentes y los países desarrollados dando clases de cómo había que manejarlas, cuando la realidad es que cuando ellos enfrentan una, sus instituciones intervienen y hacen bailouts. No es la primera vez que lo han hecho y no será la última. En ese sentido es bastante refrescante desde el punto de vista del debate ver que en cierta medida en mercados donde los reguladores se manejaban bajo el supuesto de que habían hecho prácticamente todo y eran libres de crisis sistémicas, ahora están descubriendo que cometieron muchos errores. Eso va a llevar a una vuelta de mayor realismo en los marcos regulatorios.

P.: Algunos destacan que la Argentina está al margen de la crisis y la soportó mucho mejor que la del tequila. ¿Son adecuadas estas declaraciones?

P.G.: No, porque se están comparando dos situaciones completamente distintas. La crisis del tequila estuvo focalizada en una crisis de confianza en países emergentes y la actual está focalizada en los desarrollados. Son dos mundos completamente distintos. Son problemáticas distintas. La crisis del tequila fue siempre vista como un ejemplo exitoso de manejo de una crisis bancaria.

P.: ¿Concuerda con la teoría de desacople que argumenta que la Argentina está aislada de la crisis como también lo están otros países emergentes?

P.G.: En primer lugar, creo que en ciertosentido esto es correcto por dos motivos. En primer lugar, hoy la crisis está centralizada en otro lado y no afecta la confianza de las economías emergentes. En segundo lugar, si miramos la posición de liquidez de los países en vía de desarrollo es mucho mejor que en el pasado. En el caso de la Argentina no es tanto mejor como nos hacen creer porque gran parte de las reservas internacionales tiene como contrapartida deuda de corto plazo. O sea que si en el país se diese una corrida externa descubriríamos que son menores porque difícilmente el Banco Central podría salir a colocar las Lebac y Nobac a tasas razonables.

Ahora, el otro punto que favorece el desacople es el precio de los commodities. Hoy están mucho más altos que en los noventa. Sin embargo, pretender que este fenómeno sea una cosa permanente es futurología bastante dudosa. No es bueno ver a las autoridades afirmar que el desacople continuará porque en situaciones anteriores también se vio este efecto en un principio, pero si la crisis se profundiza a nivel internacional nada garantiza que este desacople continúe.

P.: El gobierno argumenta que gran parte del incremento de precios en el país responde a la inflación internacional. ¿Es esto así?

P.G.: Si uno mira el resto del mundo la inflación es más alta que en el pasado pero mucho más baja que en la Argentina. Una cosa es escuchar al presidente del Banco Central de Chile hablar sobre la suba de precios de alimentos y otra mirar el caso de la Argentina donde no existe más un índice de precios confiable y los que se calculan en las provincias muestran una inflación de en más de 20%. Esa argumentación vale para países que tienen inflación bastante más baja que la de nuestro país.

P.: ¿Ha sido correcta la forma en que se está manejando la política fiscal y monetaria por parte del gobierno?

P.G.: La forma en que se manejó la política monetaria ha sido uno de los determinantes de la inflación. Del punto de vista fiscal, lo cual se relaciona con la protesta del campo, el gobierno al aumentar permanentemente las retenciones está cometiendo dos grandes errores. Por un lado impulsa un mayor crecimiento del gasto público. Por el otro, al aumentar un impuesto que solamente se sostiene en base a altos precios internacionales y que no es coparticipado lo que hace es aumentar la fragilidad fiscal a la Argentina. Si en el futuro llegaran a caer estos precios, el país no podría seguir dependiendo de las retenciones, por lo que de golpe aparecería un déficit fiscal o se tendría que aumentar otros impuestos para sustituirlo. Esto generaría un impuestazo en el momento en que caen los commodities que representa un shock real importante. Además, la idea de las retenciones móviles lo que hace es destruir el mercado de futuros que es un instrumento importante de manejo de riesgo del sector agropecuario. Creo que estas últimas medidas son del punto fiscal un error técnico muy importante que aumenta la fragilidad fiscal. Las retenciones son impuestos procíclicos.

P.: ¿Qué efecto tiene estos impuestos procíclicos?

P.G.: Complican el accionar del gobierno en los momentos en los que la economía enfrenta un shock adverso. En este sentido, no es conveniente generar esta fragilidad cuando, en los años que vienen, el gobierno necesitará acceder al mercado de capitales de forma más importante. Estas cuestiones van a estar en el centro de las discusiones en ese momento.

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