Di Tella en los medios
La Nación
26/02/8

La imperiosa necesidad de revitalizar el microcentro de Buenos Aires

Por <STRONG>Roberto Agosta</STRONG>, director del Deparamento de Transporte de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (TUBA), profesor de las universidades Católica Argentina (UCA) y <STRONG><FONT color=#ff0000>Torcuato Di Tella</FONT></STRONG>. Es director de AC&A SA Ingenieros, Economistas. Planificadores.

Sobre todo en tiempos electorales es común asistir a la andanada de buenas intenciones y propuestas referentes al incremento de la "competitividad" de Buenos Aires. Competitividad es, naturalmente, la capacidad de competir, en este caso, de competir con otras ciudades donde alternativamente pueden instalarse empresas y servicios.

Inmediatamente cuando pensamos en estos temas nos aparece en la mente el dinámico paisaje de Puerto Madero. con sus torres de viviendas y sus oficinas de muy altos costos, sus restaurantes de calidad y precio internacional, sus calles rigurosamente vigiladas por la Prefectura Naval Argentina, carentes de malos olores y ausentes de todas las miserias humanas a las que estamos acostumbrándonos el resto de los habitantes de Buenos Aires que trabajamos en lo que tradicionalmente se denomina el microcentro.

En efecto, el área comprendida al este de la avenida Callao, y más particularmente entre las avenidas 9 de Julio y Leandro N. Alem, está siendo progresivamente abandonada por buena parte de las empresas de primera línea, quedando poco a poco reservada a la administración pública (nacional y de la ciudad autónoma), al sector financiero y al uso turístico del tipo cueros, remeras de Maradona y parrillas baratas.

Cuadras enteras que veinte años atrás poseían vitalidad y personalidad se están transformando en paisajes virtualmente desiertos con sus consiguientes consecuencias desde el punto de vista de la seguridad y la higiene. Los contenedores de residuos ubicados en muchas esquinas y vaciados no se sabe cada cuánto tiempo emanan olores pestilentes que nos evocan lo que habrán sido las urbes medievales. Las veredas están en un estado tal que hacen gracia las rampas amarillas para discapacitados dispuestas en algunas esquinas. Como ejemplo de lo expuesto basta recorrer la otrora rutilante Lavalle, entre Florida y Carlos Pellegrini.

Es imperioso revertir este proceso. Cómo hacerlo es un desafío mayor para las nuevas autoridades de la ciudad.

En sus manos está consolidar la vida de esta área con las propias funciones administrativas del gobierno porteño, rehabilitando sus calzadas y veredas, mejorando la higiene y el alumbrado público, mejorando sus edificios públicos y localizando aún más funciones en el propio micro-centro de Buenos Aires.

Reordenamiento

Pero además el gobierno de la ciudad debe ineludiblemente encarar una política activa de ocupación productiva del suelo en el microcentro, para favorecer el establecimiento allí de actividades que le den vida durante todo el día, todos los días de la semana, creando para eso las condiciones sanitarias adecuadas y apalancándose con la política tributaria que se encuentra a su alcance.

Además, es imprescindible reordenar el sistema de colectivos, circunscribiéndolos a las avenidas principales y peatonalizar con calidad buena parte del microcentro, un poco como se hizo con el comienzo de la calle Lavalle.

Es "políticamente correcto" hablar de desarrollar el sur de la ciudad y nadie duda de lo encomiable de esta intención, pero eso no debe eclipsar la imperiosa necesidad de recuperar el microcentro, que comprende el área con más tradición histórica, más accesible y potencialmente de gran valor para la ciudad.


¿Por qué no favorecerla construcción o el reciclaje de inmuebles para viviendas, e instalar en el microcentro los nuevos museos que siempre se encuentran en proyecto, así como centros de convenciones y actividades culturales, y por qué no inducir a que se reubiquen allí nuevas sedes de casas de estudio privadas o estatales, como las de algunas facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA), siempre carentes de espacio?
Finalmente, el microcentro es el área mejor servida por la infraestructura y el sistema de transporte y a diferencia de otros desarrollos posibles, cualquier cosa que en ella encaremos para sanearla y darle vida el fin de semana tendrá un muy bajo costo marginal desde el punto de vista de la infraestructura pública.

Tal vez este enfoque, carente de nuevas grandes obras que inaugurar, parezca modesto para la sana ambición de trascendencia de un joven equipo de gobierno. Sin embargo, basta caminar unas cuadras por nuestras calles para percibir que por el contrario es un objetivo extraordinariamente ambicioso y "rentable" desde el punto de vista social y político si se lo sabe presentar a la ciudadanía.

La ciudad más competitiva de América latina es Curitiba, capital del estado de Paraná en Brasil. En ella, una activa política urbanística garantizó durante tres décadas la adecuada utilización del suelo urbano y sus condiciones de habitabilidad, y comenzó precisamente por el área central.

Buenos Aires es mucho más interesante, hagámosla más vivible.

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