Di Tella en los medios
Economía y Negocios
23/10/7

Premio Nobel de Economía: "Recomiendo al B. Central que resista las presiones políticas"

En entrevista con "El Mercurio", el ganador 2005 <STRONG>Finn E. Kydland</STRONG>, dice que las propuestas fiscales de este tipo de entidades "terminan siendo muy destructivas en el largo plazo".

Finn E. Kydland es la máxima celebridad que se pasea por los espaciosos salones del Incae, el centro de estudios de negocios más importante de Centroamérica y que durante estos días organiza un seminario internacional sobre políticas públicas en su sede central, a las afueras de San José, Costa Rica.

Este economista noruego, galardonado -junto con Edward Prescott- con el Premio Nobel de Economía 2004 por su trabajo sobre los ciclos de negocios y las políticas macroeconómicas, es reconocido como uno de los grandes impulsores de la autonomía de los bancos centrales. Él, humilde y accesible, conversa con quien le estreche la mano y pronuncia con timidez las pocas palabras que sabe de español.

Es profesor de la Universidad de California en Santa Bárbara (UCSB), y conoce bastante la situación económica de América Latina por su relación con Argentina, donde dicta algunos cursos en la Universidad Torcuato Di Tella, además de ser un fanático de Boca Juniors.

-Su trabajo ha sido muy influyente en el convencimiento de los países de tener bancos centrales autónomos. ¿Cómo evalúa su contribución?

"Honestamente, me siento extremadamente feliz de saber que algunas veces, cuando salgo a hablar de estos cambios y converso con los banqueros centrales de Argentina o el Primer Ministro de India, veo cómo puedo influir, aunque sea un poco, para que millones de personas vivan algo mejor. Eso es maravilloso".

-Usualmente las personas no se enteran de que una propuesta académica les cambió la vida.

"Es claro para mí que las buenas políticas económicas son muy importantes para las naciones. También me resulta evidente que las malas políticas económicas apestan, porque pueden ser muy destructivas para los países. Lo vimos en Argentina, por ejemplo, y en Chile ustedes están siguiendo mejores políticas. En comparación con otros países latinoamericanos, Chile es el que lo está haciendo mejor".

-Aunque hay críticas...

"Bueno, todo siempre puede hacerse aún mejor. Ustedes todavía están atrasados en términos de la productividad total de factores (PTF), cuyo bajo crecimiento termina conspirando contra su desarrollo. Todos esos países sudamericanos, como Chile y Argentina, tienen el potencial de acercarse a los progresos de Estados Unidos, Canadá y la Europa Occidental".

-¿Cree que el problema está en que muchas de las propuestas de los economistas chocan con las prioridades políticas de los gobiernos?

"Mi conocimiento sobre la realidad de América Latina proviene de mi conexión con Argentina. En las últimas semanas, además, he estado leyendo varios papers sobre la PTF en la región y viendo soluciones. Todo ello me ha permitido observar cómo algunas medidas se han ido ejecutando en esos países. El punto es que, aunque los economistas puedan tener buenas ideas para beneficiar a las personas, sí, en la implementación suele estar el gran problema".

-En Chile algunos políticos han cuestionado al Banco Central y piden sumar a sus preocupaciones el crecimiento y la desigualdad. ¿Pueden controlarse todas esas variables?

"Lo importante para el Banco Central es concentrarse sólo en la inflación -dice con un tono enérgico-. Ése es el rol, su esencia y explica por qué un banco central debe ser independiente. Los bancos centrales que hagan propuestas en materia fiscal pueden tener muy buenas intenciones, pero terminan siendo muy destructivas".

"Cuando la política del Banco Central es mantener la inflación baja, eso es también pavimentar un buen camino de largo plazo. No pueden diseñarse políticas para el corto plazo. Entonces, le recomiendo con mucha fuerza al Banco Central de Chile que resista las presiones políticas y se enfoque en lo que debe: el control de la inflación".

-Las presiones están aumentando justo ahora, cuando en todo el mundo se observa un fenómeno inflacionario importante.

"Se trata de una cuestión difícil, porque aunque la política monetaria se encarga de estos temas, lo que está ocurriendo en los distintos países no tiene sus causas en razones monetarias. Es algo más amplio y corresponde a un fenómeno global. Claro, los expertos del Banco Central entienden todo esto y saben cuáles son las limitaciones de sus herramientas, pero es muy difícil explicárselo al público".

-¿Cuán profunda cree que es la actual crisis financiera?

"Tengo sentimientos encontrados, pero no creo que estamos ante un escenario real de grave crisis. Algunas instituciones han tomado decisiones equivocadas, pero han perdido millones -y no miles de millones- de dólares de capital".

"Lo que sí es más preocupante es que afecte la confianza de las personas. Cuando vemos que un banco entra en problemas en Londres y hay largas filas de personas que quieren retirar sus depósitos, puede empezar a cuestionarse el funcionamiento del sistema financiero, el cual es esencial para la economía. Entonces, cuando algo pasa, no importa el motivo, y la confianza de las personas se daña, puede generarse un efecto negativo que dure más de lo que uno piense".

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