Di Tella en los medios
AméricaEconomía.com
3/09/7

"El crimen también es un problema de las empresas"

<STRONG>Ernesto Schargrodsky</STRONG> (Ph.D in Economics de la Universidad de Harvard), es <STRONG>decano de la Escuela de Negocios</STRONG> de la<FONT color=#ff0000> <STRONG>Universidad Torcuato Di Tella</STRONG></FONT> de Argentina y, junto al académico Rafael Di Tella (D. Phil. in Economics de la Universidad de Oxford) dirigen el Laboratorio de Investigaciones sobre Crimen, Instituciones y Políticas (LICIP). El centro de investigación surge como una necesidad de dar respuesta a los problemas de delincuencia que afectan a la sociedad, a las empresas, y a los ciudadanos. Si bien estudian los casos particulares de algunos países, el énfasis está puesto en América Latina, ya que el crimen es concebido como un problema regional, que afecta tanto al crecimiento económico, como a los procesos democráticos de los países.

-¿Cómo surge la idea de crear un centro como el Licip dentro de una escuela de negocios?

Este es un problema muy importante y decidimos crear un centro para estudiar cómo el crimen afecta a la sociedad, a las empresas y al sector privado. Es un gran inconveniente en América Latina, que no es sólo de los ciudadanos, sino también de las empresas ya que afecta las inversiones con gastos improductivos en seguridad e implica una gran pérdida de oportunidades de negocios. En Argentina, por ejemplo, hay empresas que ya no distribuyen los productos en ciertas áreas porque los robos eran muy altos. Además de afectar la calidad de vida de la población, puede perjudicar el proceso democrático, llevando a la búsqueda de soluciones incompatibles con la democracia.

-¿Cómo se relaciona el Licip con los alumnos y el programa de MBA?

No hay una relación directa. Lo que tenemos son alumnos, no sólo del MBA, sino también de la licenciatura o de distintos programas, que vienen a conferencias, a nuestros debates públicos y leen los materiales del centro. Nosotros somos una escuela de negocios que forma a la gente con gran cantidad de actividades, docencia, consultoría e investigación, y dentro de estas últimas, tenemos tres centros y uno es el Licip. Lo que sí es un rasgo característico, es que somos una universidad de investigación. Nuestros profesores publican en journals importantes y uno de los temas que estamos divulgando es del crimen en América Latina.

-Existiría entonces un círculo vicioso entre el crecimiento de la economía, la delincuencia y la falta de recursos como uno de los factores que contribuyen con el crimen. ¿Cómo se puede romper con esto?

Lo del círculo vicioso es algo muy importante. América Latina tiene niveles de criminalidad altísimos, de los más altos del mundo, y el crimen y la violencia forman un engranaje muy importante del subdesarrollo La región está en una trampa de pobreza, por lo cual es una sociedad muy desigual y con un grupo de población que queda muy excluido. También, con instituciones muy débiles, como la judicial y policial. Esas redes de instituciones y la pobreza nos llevan a altos niveles de delitos, lo que a su vez nos baja la tasa de rentabilidad de las empresas, obligándolas a reducir las inversiones. Hay un trabajo para Colombia que muestra que mayor cantidad de secuestros implica una menor presencia de ejecutivos importantes en una región, eso reduce la productividad de la economía y nos lleva repetir la pobreza. En ese círculo vicioso, el delito cumple lamentablemente un rol importante.

Durante los 90 y la década actual, el delito aumentó en toda la región, y nuestro conocimiento sobre los factores que generan el incremento del crimen y sobre qué prácticas son efectivas, sigue siendo muy escaso. Por ejemplo, si hay una política fuerte de mano dura en Colombia contra el narcotráfico, éste aumenta en Perú o en Bolivia. Si mañana restringen la actividad delictiva en Río de Janeiro, crecerá en Buenos Aires. Nuestras ciudades están unidas, el problema ahora es regional.

-Entonces, ¿una política de mano dura o de mayor presencia policial no solucionaría necesariamente el problema de la delincuencia, sino que lo trasladaría a otro lugar?

De hecho esas dos preguntas están relacionadas. En nuestro trabajo “Do the police reduce crime?”, se muestra que cuando hay un policía fijo en una cuadra, la actividad criminal se desplaza hacia otra zona, por lo que esto no generaría una reducción en el delito.

-Usted, habló sobre la falta de solidez de ciertas instituciones, como la judicial y la policial. ¿El tema de la corrupción está considerado dentro de las investigaciones que se realizan?

Absolutamente. La corrupción cumple un rol muy importante en la reproducción del subdesarrollo y del delito en América Latina. Tenemos instituciones judiciales, policiales y penitenciarias que son muy débiles y con bajos salarios, por lo que están en condiciones de mucha fragilidad frente a la corrupción, desde el caso del delito común, hasta el narcotráfico y niveles de soborno que pueden ser muy importantes. Creo que viéndolo de un modo más optimista, la solución va por mejorar el nivel de nuestras instituciones. Este también es un problema regional, que va desde México hasta el Cono Sur. Creo que no existe suficiente conciencia en la clase dirigente sobre lo que esto genera en nuestras economías.

-¿Cuál sería el rol que cumple el empresario en todo esto?

América Latina reúne dos condiciones, alto delito y mala distribución del ingreso. Todos los empresarios deberían estar preocupados por estos temas. Por un lado, desde el punto de vista ético, tendría que haber una preocupación por los sectores más desprotegidos de la sociedad. Y por otra parte, aún cuando hubiese empresarios que fuesen totalmente egoístas y no tuviesen una motivación genuina, les correspondería estar interesados por cómo le va a otros sectores de la sociedad.

La pobreza y la desigualdad generan el delito, y éste a su vez crea un montón de ineficiencias y costos para la actividad productiva. Entonces, invertir, contribuir y preocuparse por políticas que impliquen mejorar la distribución del ingreso impacta positivamente sobre la actividad empresarial.

Todos estos factores reducen la rentabilidad y productividad de nuestras economías, por lo que debería ser un problema crucial de los empresarios, como cualquier factor que esté reduciendo la productividad.

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