¿Yo acuso? ¿Y me acuso?

El reciente establecimiento de relaciones diplomáticas entre Costa Rica y China, tras 61 años de vínculos del país centroamericano con Taiwán, es una movida político-diplomática con varias aristas de proyección regional y hemisférica que es necesario tener en cuenta.

En primer lugar, reafirma el hecho que América latina es el principal campo de enfrentamiento entre China y Taiwán en su irresuelta puja por la reunificación. Desde este punto de vista, China y Taiwán han construido de facto un triángulo con América latina y el Caribe (ALC) en el que dirimen su controversia, rémora de la Guerra Fría.

En segundo lugar, reafirma el irrenunciable objetivo chino sobre reunificación combinando recursos políticos, económicos y militares para aumentar el aislamiento internacional de Taiwán.

De esta forma, China rompe la "diplomacia de bloque" que los países centroamericanos habían adoptado frente a Taiwán. En tercer lugar, resalta la importancia de los actores económicos en este juego de fino ajedrez diplomático. Han sido —según expresiones del presidente costarricense Oscar Arias— los intereses económico-empresariales determinantes para modificar la relación de fuerzas China-Taiwán en la subregión. Pragmatismo puro, deja librado al debate el cambio de orientación de un país —y un presidente— identificados con la defensa de los derechos humanos y la democracia.
En cuarto lugar, el fin del ciclo responde también a las flaquezas propias de un convulsionado Taiwán, en el que fuerzas proindependentistas en el gobierno (DPP) y la oposición política (KMD, PPP) volcada hacia un status pacífico de convivencia con China, mantienen divergentes visiones sobre el futuro de la isla. Finalmente, cabe preguntarnos qué tan relevante es este nuevo escenario para los Estados Unidos, en tanto evidencia el éxito de la operación política china en un espacio económico dependiente del mercado estadouni dense vía TLC, y geopolíticamente sensible para los intereses estadounidenses de seguridad.

En tal sentido cabe recordar algunos otros hitos recientes: la visita de la vicepremier china Wu Yi a los Estados Unidos reafirmó la importancia que adquiere la relación estratégica sino-estadounidense. Algunas de estas aristas pueden apreciarse en la vinculación entre China y América latina. Como consecuencia, surge una nueva valoración de las relaciones triangulares China, Estados Unidos y América latina.

Pero China no está sola y esto es una buena noticia para nosotros. La India, segundo país más poblado del globo (detrás de China) y la segunda economía del mundo en desarrollo, también despliega una estrategia focalizada en estrechar vínculos con la región.

Dado este escenario, América latina y Central parecen estar en el centro de las estrategias globales de empresas y gobiernos de China e India en su búsqueda de nuevos mercados, acceso a fuentes de materias primas y exportación de servicios. Pero más importante es, tal vez, el juego de intereses que ambos desarrollan en sintonía o no con los intereses de los Estados Unidos.
Sergio Cesarin POLITOLOGO (Universidad Torcuato Di Tella), INVESTIGADOR CONICET
El tiempo pasa y no debería pasar en vano para quien ejerce el poder. Si se está en el Gobierno, lo que se deja de hacer es también lo que se hace. Desde hace cuatro años, Aníbal Fernández conduce cuatro fuerzas antidroga: las de Gendarmería, Policía Federal, Prefectura y Aduana. Y un poco más acá, la que le faltaba: Seguridad Aeroportuaria. Desde que este Gobierno se la quitó a la Fuerza Aérea.

Sin embargo, el ministro del Interior acaba de declarar que ordenó no perseguir a consumidores de drogas porque "por perseguir perejiles las bandas crecieron a sus anchas". Si hubo una política errónea ¿a quién si no a él le cabe la mayor responsabilidad en esa expansión nefasta de las bandas y del narcotráfico?

Quizá Fernández, en vez de autoincriminarse, quiso cargar el problema sobre una legislación inadecuada. Si fue así, él integra el Poder Ejecutivo. Y el Poder Ejecutivo dispone de mayoría suficiente en el Congreso para cambiar la ley, tal como lo hizo cada vez que quiso. Quien sí se sintió aludido por su llamativa denuncia fue uno de sus subordinados, Marcelo Sain. El jefe de la Seguridad Aeroportuaria dijo que fue "acusado injustamente de ser ineficiente". El ministro completó entonces una parábola curiosa: abrió la polémica pública y cuando Sain le respondió del mismo modo, la cerró diciendo que "estos temas no se hablan por la radio".

Si no fue coletazo de esta historia, se le parece bastante: cuatro colombianos fueron acusados de integrar una red que llevaba cocaína a España. Y hubo allanamientos en una villa del Bajo Flores, hace tiempo conocido búnker de un cartel de narcos (ver pág. 43). El narcotráfico es difícil de combatir en todos lados. Pero seguro que la mejor manera no es con excusas.
por Ricardo Roa | EDITOR GENERAL ADJUNTO DE CLARIN
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