Di Tella en los medios
América Economía
11/11/13

Compite o muere

El conflicto entre LAN y el gobierno argentino por el uso de un aeropuerto bonaerense pone en evidencia la eterna contradicción entre medios y fines que padece el ejecutivo de Cristina Fernández.:

"Si nos quitan el hangar nos veríamos obligados a dejar de volar a 14 destinos de Argentina". Así resumió un ejecutivo de la aerolínea chileno-brasileña LAN los efectos de la medida anunciada por el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna).

A partir del 1 de agosto de 2013 LAN y otras aerolíneas que operan naves de menor tamaño desde el Aeroparque Jorge Newberry (que concentra los vuelos al interior del país) debían cederle sus instalaciones al Estado. Una orden cautelar de la justicia suspendió la medida.

Para Santiago Urbitztondo, uno de los economistas jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) y ex presidente de la Comisión Nacional de Defensa de la Libre Competencia, la resolución "en la mejor de las lecturas es la indefinición total. Ahora, después de ocho meses, uno se da cuenta de que la intención era sacarle el hangar a LAN".
Factor aerolíneas. ¿Pero sacar a LAN para meter a quién? La respuesta la dio el presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, al presentarse en una sesión del Senado para informar sobre el estado de la compañía: admitió que este año tendría un déficit de US$250 millones y que gestiones anteriores la habían dejado "al borde de la quiebra": en 2008, el déficit era de US$859 millones, el 78% de la facturación. En la misma sesión se encontraba el senador de la Unión Cívica Radical (UCR) Gerardo Morales, uno de quienes han puesto en duda estas cifras. Para él, Aerolíneas tiene una deuda de US$780 millones con el Banco Nación y un déficit de US$450 millones. 

La sesión quedó registrada en video y en una parte Recalde relata la propuesta que le hizo a la presidenta Cristina Fernández para que el Estado le negara "la autorización de ciertas rutas para volar a LAN". La respuesta de la presidenta fue negativa. "No era muy diplomático ni correcto", fueron las palabras de la presidenta, según el ejecutivo. La siguiente propuesta fue poner vuelos internacionales de Aerolíneas en Aeroparque, y "eso le gustó: hizo dos llamados y en una semana nos pusimos a trabajar para obtener después de tres meses la autorización para volar desde Aeroparque". Para Recalde, el gran beneficiado por la internacionalización de ese aeropuerto es la gente de provincia, que ya no tiene que hacer una combinación de aeropuertos.

De este modo el factor Aerolíneas fue apareciendo y de alguna manera explicando el conflicto LAN-gobierno: la empresa de bandera se constituía como el tercero en discordia. Para Santiago Urbitztondo, desde su estatización "ha habido una política discriminatoria en favor de Aerolíneas, no sólo con los subsidios [US$30 por pasajero], sino también habilitándola para hacer vuelos internacionales desde Aeroparque". 

El problema de fondo con LAN sería entonces "el modo" en que Aerolíneas podría disminuir su déficit y hacerse sostenible como empresa. 

Para Lucas Llach la explicación de este conflicto es muy sencilla: "Aerolíneas es una empresa de alto costo que tiene que optar entre tener tarifas competitivas y mucho déficit (para cubrir ese sobrecosto), o tarifas más altas y menos déficit". La única competencia de Aerolíneas es LAN, por lo que "tener menos competencia le permite tener tarifas más altas sin perder mercado, y de ese modo limitar el déficit. De hecho, en los tramos en los que no compite con LAN sus tarifas son más altas que donde sí compite".

La historia oficial. Los defensores de la medida dibujan un cuadro distinto: los privilegios de LAN. Alejandro Robba, ex subsecretario de coordinación económica del ministerio de Economía y Finanzas e integrante de la agrupación de economistas La Gran Makro, cree que se le ha dado demasiada importancia a un tema que es de gestión.
Pero además pone en duda que una regulación del Orsna haga que una empresa como LAN deje una inversión de gran magnitud en Argentina, los 14 vuelos que anunció el alto ejecutivo en su minuto. "Es una decisión que se tomó en diciembre del año pasado, por lo que tengo que pensar en otra cosa y no en esa regulación". Y esa "otra cosa" puede ser que la empresa de capitales chilenos y brasileños haya tomado la "decisión de retirarse del mercado". 

Gustavo Lipovich, titular del Orsna, pareció darle la razón a Robba cuando dijo que la situación de LAN no tenía nada de particular "comparada con otras empresas que operan en Aeroparque". De hecho "hay siete empresas que deben relocalizar sus hangares", y que por el contrario donde hay mucho de particular es en los privilegios que cuenta: la ubicación de sus oficinas de venta y de sus puestos para hacer el check in, entre otros.

Clientes sin voz. Alejandro Robba es enfático además en defender la gestión de Mariano Recalde en la presidencia de Aerolíneas, porque la ha vuelto más competitiva: "Se privatizó, se vendió todo. Hoy la situación es distinta: "LAN con rentabilidad y Aerolíneas con rentabilidad social (vuelos a provincias)". Federico Sturzzenegger, presidente del Banco Ciudad y una de las figuras del PRO, advierte que hay que pensar más en el consumidor. El problema de las decisiones del gobierno en relación con Aerolíneas es que sólo toma en cuenta "la obtención de rentas para la empresa estatal a fin de sostener sus ineficiencias o corrupción". Para ello basta ver lo que demoró Aerolíneas en publicar sus números, y aun así no están auditados: "Esta falta de trasparencia sólo se explica cuando hay números que no se pueden mostrar". 
Para Gustavo Genoni, economista y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, el déficit operativo de Aerolíneas se explica por "la impericia que tiene la empresa, y en particular quien la dirige". En este sentido LAN parecería ser víctima de la voluntad del gobierno "de mantener un equipo gerencial politizado, partidario e incapaz de operar con ganancia". Genoni agrega que el verdadero damnificado en situaciones donde hay falta de competencia es el cliente, quien "a la larga termina pagando más caro un peor servicio".

Que LAN consiga mantener el hangar por mucho tiempo en Aeroparque es un dato de una causa más grande; cómo competir en el mercado argentino de la aeronavegación comercial, donde una empresa de bandera aspira, según algunos, al monopolio sin las regulaciones del Estado; en la otra cara de la moneda, está cómo Aerolíneas logra hacerse sustentable por un camino distinto al de la destrucción de la competencia.
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