El desafío: formar líderes con conciencia colectiva

Comienza sin duda un año desafiante bajo el marco de la crisis financiera mundial. Pero no sólo las empresas deben hacerle frente, sino que también las escuelas de negocios toman responsabilidad, capacitando a los futuros líderes que guiarán a las compañías a la mayor utilidad. Este nuevo paradigma fue el tema de debate en el Panel Educación que reunió a los representantes de las cuatro principales escuelas de negocios del país.

"Hay una creencia en que el liderazgo está vinculado a lo autoritario, corrupto pero nosotros desde la educación debemos re-vitalizar el concepto. Volver a la esencia de lo que significa el liderazgo como acción de influir y de ejemplaridad frente a la sociedad", destacó José Luis Roces, vicerrector del ITBA, para iniciar la discusión.

Sin embargo, el decano de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella, Juan José Cruces, no estuvo de acuerdo, ya que desde su punto de vista los principios éticos son adquiridos entre los tres y los nueve años. "La gente viene a una escuela de negocios entre los 25 y los 50 años y soy un poco escéptico en que nosotros podamos cambiarle el interés propio por el interés ajeno", sostuvo. Ante este dilema, Cruces subrayó que desde la educación se debe hacer entender a los estudiantes que, en variadas oportunidades, la persecución de un bien individual, lleva a una situación socialmente pésima.

Producto del individualismo

El paradigma de la búsqueda por el interés individual está cambiando para Juan Cruz Lozada, director de la Escuela de Negocios de la UADE. "Las nuevas generaciones son conscientes de que la competitividad es, cada vez, un elemento menos individual y más sistémico y, desde esa perspectiva, nuestros alumnos saben que deben trabajar dentro de un contexto, dentro de la sociedad civil", opinó. En la misma línea intervino el director de la escuela de negocios de la UCA, Zenon Biagosh, quien consideró que la crisis global de 2008 fue producto del individualismo, por lo tanto, hoy, se esta pensando también en el entorno y la sociedad. "Debemos despertar esta vocación en nuestros alumnos, ya que estamos en un mundo donde el capital humano es el recurso estratégico más importante sobre el capital físico y financiero", subrayó.

Con el cambio en el pensamiento, también devienen variaciones en las expectativas y demandas de los alumnos. Roces remarcó que la vida personal de los jóvenes pasa a tener un rol más que destacado sobre la vida profesional y que esto es de suma importancia para las empresas que deben atraer y retener a sus empleados y para que las escuelas de negocios lo tengan en cuenta en sus programas. "Nos tenemos que replantear a nosotros como directivos modalidades de comportamiento distinto. Los jóvenes todos los días nos desafían, pero no todos estamos preparados", agregó.

Debido a los mayores grados de libertad que la juventud desea tener en el mundo del trabajo, hay una gran cantidad de alumnos que quieren desarrollar negocios y transformarse en emprendedores. Es por ese motivo que las escuelas de negocios intentan formarlos desde el sistema educativo más bajo. "El argentino per se es pujante, tiene una gran actitud emprendedora. Es capaz de intuir la necesidad de un tercero, algo insatisfecho", detalló el director de la UCA.