Di Tella en los medios
La Capital de Rosario
30/10/11

El default griego y la urgencia del blindaje europeo

Por Germán Fermo. Director de la Maestría en Finanzas de la UTDT

Transcurrieron dos años desde que el problema europeo comenzó a preocupar. Hemos padecido días de pánico motivados por la incertidumbre que genera la preocupación de una quiebra en cadena en Europa.

Son cinco los países Europeos más comprometidos: Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España, sumados a un sistema financiero que no podrá sobrevivir a una corrida y que todavía recuerda el "efecto tsunami" generado por la quiebra de Lehman Brothers.

Los mercados han castigado especialmente a Grecia.
El mercado de seguros por riesgo de default tiene descontada una probabilidad de default cercana al 95 por ciento. Esto implica que el precio de sus bonos ya está en niveles de default inminente.

Que Grecia defaultee no será
sorpresa, pero la forma en la que Europa pueda o no instrumentar un paquete de medidas que protejan al resto de los soberanos podrá teñir de optimismo o pesimismo a un mercado que hace largo tiempo ya está esperando una señal más clara de la clase dirigente europea. La pregunta que realmente preocupa a los mercados internacionales no es si Grecia va a defaultear o no, el mercado ya se encargó de responderla: Grecia ya está defaul-teada si observamos el precio de sus bonos, este evento está completamente descontado.

LA MURALLA. Lo que no está descontado es si el resto de Europa será blindada, lo cual es esencial para frenar a un mercado que ante el menor error de política sale a vender indiscriminadamente, causando suba de yields y un consecuente empeoramiento de una situación financiera que ya es endeble.
El Banco Central Europeo y la Unión Europea están atrapados en una coyuntura de "emergencia financiera" en la que su eventual falta de acción desencadenaría un caos en cadena.
Es por esta razón, y valga la redundancia, que si el resto de Europa no fuese blindada ante un inminente default griego, la "tragedia sería tan trágica" que su sólo costo justifica medidas alternativas que, aunque muy costosas y subóptimas, dominan a la alternativa de "no hacer nada" y permitir a los mercados extrapolar un default griego al resto de Europa, subiendo la yield de sus respectivos bonos, ahogando la refinanciación de sus deudas y generando un estrés histórico en el sistema financiero.

ACCIÓN. Europa debe comprender la enorme responsabilidad que enfrenta. El mundo entero está esperando medidas que si bien no solucionarán inmediatamente el problema, darían al menos la señal de que la dirigencia europea comprende las consecuencias de dejar caer a Grecia en soledad y permanecer en este estado de constante "limbo" e inacción.

El problema de deuda debe ser atacado en forma integral. Si Grecia finalmente entra en default, Europa debería anunciar en forma simultánea medidas agresivas de carácter monetario y fiscal para evitar el ataque especulativo que los mercados impartirían al resto de Europa.

En economía no hay soluciones mágicas. Un problema puede transferirse en el tiempo pero no se puede ignorar permanentemente. El problema existe y es gravísimo: una enorme deuda en un contexto de bajo empleo.

La forma menos dolorosa de aceptar una realidad que de una u otra forma repercutirá en los estándares de vida europeos por las próximas décadas es ir "comprando tiempo" y "calmando mercados" a través de señales que indiquen que Europa reconoce que el problema les pertenece. La tragedia sería tan trágica que es impensado imaginarse a una Europa sin una reacción inminente. Con el anuncio del miércoles 26 de octubre parecería que finalmente Europa comenzó a moverse en la dirección correcta, incluso cuando falte muchísimo por concretar.


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