Di Tella en los medios
El Cronista
29/07/11

Argentina y Perú: lección de sus historias

Por Julio J. Nogués Profesor. Universidad Di Tella

En un sentido que se elabora más abajo, Perú ha tenido particularidades históricas únicas que han dejado sus huellas y lecciones en la sociedad.

Habiendo sido apoyado públicamente por Hugo Chávez durante la campaña electoral, los primeros pasos del Presidente Ollanta Humala muestran una diferencia abismal con su no deseado propagandista internacional. Su gabinete está caracterizado por personas de centro o centro izquierda, todos con reputación profesional y elevados grados de estudio y conocimientos.

Más importante aun, sus primeras decisiones en el área económica muestran un elevado respeto por la base institucional heredada. El Banco Central de Perú ha sido independiente por muchos años y en contraste con el de Argentina, desde mediados de los 80 esta independencia ha sido respetada por todos los gobiernos. Siguiendo esta tradición, Humala ha confirmado que su Presidente permanecerá en funciones hasta el final de su mandato, y la experiencia de las últimas dos décadas sugiere que el país no se alejará de su modelo de desarrollo.

Históricamente, en otros temas importantes, Perú se ha diferenciado de América Latina incluyendo Argentina y sobre esto, hay otro aspecto que quiero recordar. Primero, a diferencia del resto de la región, a fines de la década de 1940, ya concluida la segunda guerra mundial, Perú abrió su economía manteniendo esta política hasta principios de la década de 1960 cuando el resto de América Latina ya llevaba años implementando políticas proteccionistas con entusiasmo. No casualmente este fue un período de elevado crecimiento que con el tiempo dejó su lección histórica.

El proteccionismo asomó tímidamente durante el primer Gobierno de Fernando Belaúnde Terry entre 1963 y 1968. Este gradualismo termino abruptamente cuando es derrocado por un golpe militar liderado por el General Juan Velasco Alvarado (1968-1975) cuyo modelo económico estaba basado en la planificación vertical. Se nacionalizaron las empresas de servicios públicos y muchas otras en sectores que el gobierno militar definía como "estratégicas". Aquella parte de la economía que siguió en manos privadas fue, a través de distintos mecanismos, esencialmente socializada y co-administrada por dirigentes nombrados por el Gobierno. El desmanejo económico sumió al país en una importante desaceleración de su desarrollo y esta experiencia también dejo marcas profundas en la sociedad.

Fue durante el gobierno de Alberto Fujimori (1990-1995), luego del fracasado populismo del primer gobierno de Alan García (1985-1990), que la economía volvió a abrirse de manera importante. Desde entonces ha habido cinco gobiernos (Alberto Fujimori: 1995-2000; Valentín Paniagua: 2000-2001; Alejandro Toledo: 2001-2006; el segundo de Alan García: 2006-2011, y Ollanta Humala: 2011-2016), y las reglas e instituciones de una economía abierta se han mantenido. Los primeros indicios presagian que Humala mantendrá la base de políticas e instituciones heredadas.

Perú a diferencia de Argentina ha comprendido la importancia de la fortaleza institucional y de los flujos de inversión y comercio internacional como condición necesaria para apuntalar el desarrollo económico y social de largo plazo. Nuevamente, nuestro país se diferencia de otros caracterizados por su consistencia temporal de políticas bajo gobiernos de diferentes preferencias.

¿Por qué?
En base a lo dicho, aventuro una hipótesis. Nuestro país nunca pasó por la experiencia de una economía dirigida desde arriba y por la fuerza en el grado con que lo experimentó el Perú, y su historia no le ha dado la oportunidad de aprender lo que pueden llegar a ser las consecuencias. La experiencia de Velasco fue relativamente breve pero muy dolorosa como para que la sociedad quiera acercarse nuevamente a este modelo. En contraste, nuestra historia populista lleva décadas y nos hemos acostumbrado a convivir con un proceso de decadencia lento y sostenido. Nos hemos olvidado los beneficios de adoptar políticas alternativas con consistencia temporal.

A este proceso de deterioro paulatino se agrega una propaganda ideológica dirigida y administrada por el gobierno en contra del proceso de desarrollo experimentado durante las primeras décadas de nuestra historia constitucional. El discurso del Presidente de la Sociedad Rural recordando la tarea abnegada y hercúlea de Sarmiento, sería parte de la historia que los argentinos debemos resucitar. Es de esta manera como volveremos a colocar en su lugar la importancia de algunas instituciones y políticas y de esta manera, descorrer el velo sobre nuestra historia que desde el gobierno nos han colocado.

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