Di Tella en los medios
Revista Ñ
17/02/18

Expectativas, con un pie en el MoMA

Por Alejandra López

Inés Katzenstein, directora del Departamento de Arte de la UTDT, será la curadora de Arte Latinoamericano del Museo de Arte Moderno de Nueva York, y dirigirá el Instituto de Investigación Patricia Phelps de Cisneros de esa institución



Esta semana fue singular, en el ámbito del arte argentino, porque coincidieron dos designaciones internacionales que dan relevancia -y altas ilusiones- a nombres propios de la crítica.

Finalmente fue oficializado que Inés Katzenstein será la curadora de Arte Latinoamericano del Museo de Arte Moderno de Nueva York, y que dirigirá el Instituto de Investigación Patricia Phelps de Cisneros para el Estudio del Arte de América Latina, que se inicia con su gestión. Al mismo tiempo, la historiadora del arte Ana Longoni, docente y especialista en arte político argentino, fue nombrada al frente de las actividades públicas del Museo Reina Sofía, de Madrid. Longoni está en sus primeros días de trabajo y no pudo responder a la consulta de N; Katzenstein lo hizo pocas horas antes de viajar a los EE.UU.

Después de cursar en la Universidad de Buenos Aires, Katzenstein partió a Nueva York con una beca de la Fundación Antorchas y el Fondo Nacional de las Artes para hacer una maestría en el Bard College; se trata del centro de estudios curatoriales más importante del mundo. La crisis del 2001 la encontró de nuevo en el país, con el título y una nutrida agenda. La Argentina también era otra y ella tomó partido; comenzó a escribir sobre la efervescencia de un presente que solo algunos periodistas olfateaban entonces. Se concentró en la obra de artistas jovencísimos que celebraban el deseo desde la pobreza. Utilizó el término trash, creó una escena -sus detractores la acusan de haber inflado a algunos de sus protegidos-, echó luz sobre un circuito periférico, en un lenguaje claro, y ofició de facilitadora.
Su libro Listen, Here, Now!, editado por el MoMA en 2007, es de consulta obligada para cualquier angloparlante que quiera indagar en el arte argentino.

También fue crucial el Malba, del que fue curadora entre 2004 y 2008.

Katzenstein ya era una gran voz crítica contundente cuando en 2007 curó el envío nacional a la Bienal de Venecia, con un proyecto de Guillermo Kuitca.

Un año después fundó el Departamento de Arte de la Universidad Di Tella. Por último, fue la curadora encargada de la selección de galerías en ARCOmadrid 2017, cuando Argentina fue el país invitado.

-La noticia de tu nombramiento en el MoMA ilusiona a los artistas argentinos, pues podría favorecer su inserción en el panorama global.

¿Esta expectativa es razonable? -Mi tarea va a ser mapear el arte de toda la región, representar artistas, movimientos y lenguajes que actualmente estén subrepresentados en la colección del MoMA, y plantear temas de investigación transregionales. Esta tarea es enorme y requerirá de mí un intenso proceso de investigación y reflexión sobre un territorio que es heterogéneo y complejo; un proceso que haré en diálogo y colaboración con especialistas. Con Inés Katzenstein. Flamante curadora de Arte Latinoamericano del MoMA y directora del Instituto de Investigación Patricia Phelps de Cisneros para el Estudio del Arte de América Latina.

esto quiero decir que, si bien mi especialidad es el arte argentino, e intentaré compartir toda mi pasión y admiración por su historia, mi función en este nuevo rol será trabajar con una perspectiva ampliada.

-¿Crees que los artistas latinoamericanos y argentinos que tienen cierta presencia en el mercado estadounidense tienen una presencia acorde en los museos y en el MoMA? -Todavía no puedo expresar conclusiones acerca de la representatividad del arte argentino en los museos de Estados Unidos. Quienes han tenido una carrera internacional (Guillermo Kuitca, León Ferrari o Jorge Macchi, para nombrar los paradigmáticos hoy) están representados en la colección del MoMA.

En este sentido, uno de los desafíos será insertar en la narrativa internacionalista a artistas que hayan tenido una valoración y una repercusión más locales, así como a artistas mujeres. Pero me parece prematuro anticiparme a mis estrategias de adquisición.

-¿Cómo es hoy la integración de los artistas que viven en Nueva York? Por ejemplo, ¿se considera a Liliana Porter latinoamericana?

-Se da una integración cada vez mayor de los latinoamericanos, pero la experiencia en esa ciudad nunca es un camino fácil, ni en la dimensión personal ni en cuanto al equilibrio que los artistas buscan entre identidad e internacionalismo.
Liliana Porter, que vive en Nueva York desde 1964, sigue siendo considerada una artista latinoamericana, lo cual en su caso, creo, no es signo de "no integración", sino parte de una voluntad propia de la artista de mantener una conexión intensa con su origen.

-¿Tenés idea de cuáles serán tus primeros pasos?

-Mi primera tarea concreta en el MoMA va a ser delinear los objetivos y las estrategias del flamante Instituto de Investigación. También, empezar a trabajar en la curaduría de una exhibición de la colección, para 2019.


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