Di Tella en los medios
Clarín
23/10/17

Macri y el fin del relato (global)

"La inserción internacional no puede ser un subproducto de decisiones internas más improvisadas que informadas o más efectistas que estratégicas", sostiene el profesor del Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Di Tella.

Con las elecciones de medio término finalizadas, Cambiemos logró imponerse sobre el relato -y los representantes- de la década pasada. Se abre ahora un período más arduo, en particular en ámbito de la política exterior. La inserción internacional no puede ser un subproducto de decisiones internas más improvisadas que informadas o más efectistas que estratégicas. Para comprender los desafíos que esperan al gobierno, pueden pensarse –siguiendo a Jaguaribe- dos dimensiones: la viabilidad nacional y la permisibilidad internacional.

El objetivo interno primordial de Cambiemos que se llevó al plano internacional fue lograr el acceso al financiamiento externo y la atracción de inversiones.

En la nueva economía política internacional, el endeudamiento garantizó el gradualismo económico y fiscal. Ello permitió evitar los costos del ajuste a algunos sectores de la población y dinamizar ciertos sectores corporativos de la producción.Las inversiones internacionales constituirían el nuevo motor del crecimiento, en alternativa al consumo interno del modelo kirchnerista. Pero la “vuelta al mundo” se probó más compleja y dificultosa.

Aun habiendo exitosamente sorteado el riesgo de la sobreactuación, un gobierno amigable con los mercados y los poderes occidentales no alcanzó para generar la esperada catarata de inversiones: en 20 meses se anunciaron proyectos por un total de 70 millones de dólares. Los inversores probaron cautelosos la capacidad del gobierno para acumular más poder político legislativo en aras de llevar a cabo reformas.

La institucionalidad interna será determinante para sintonizar internacionalmente. El país cuenta con disponibilidad y accesibilidad a una serie de recursos naturales (agro, energía, minería), capacidad industrial y excepcional capital humano. Pero ello no alcanza.

Aunque Vaca Muerta se encuentre entre las cinco principales reservas mundiales de petróleo y gas no convencional, la petrolera china Sinopec anunció su retiro citando la alta conflictividad laboral. Las economías ricas en recursos no pueden escapar a su condición. Pero pueden hacer mucho para contener los repuntes (booms) y amortiguar los descensos (busts).

La “inserción internacional inteligente” debe servir a una “construcción interna incluyente”: menores niveles de pobreza y desigualdad, mayor acceso a bienes y servicios públicos de calidad.

Con respecto a la permisibilidad internacional, el diagnóstico originario sobre el entorno mundial requiere ser recalibrado de manera menos voluntarista y más realista. Es poco probable que para la Argentina “las buenas noticias lleguen de afuera”, como solía decir el Presidente.

El mundo atraviesa hoy tiempos fragmentarios. Hace tiempo se busca el paradigma ordenador de las relaciones internacionales contemporáneas.

Parecen desintegrarse las bases materiales del orden internacional y disolverse los soportes inmateriales de la subjetividad colectiva global. Los regímenes democráticos asediados por liderazgos extremistas, iliberales o antisistema, el comercio internacional amenazado por el proteccionismo nacionalista, los proyectos de integración regional como la UE jaqueados por el separatismo desde arriba (Brexit) y por debajo (Catalunya) y la estabilidad global desequilibrada por la amenaza de guerra convencional (Siria), no convencional (ISIS) y hasta nuclear (Corea del Norte).

Al no haber hegemonía, no aparece con claridad un bloque histórico dominante o emergente que sostenga o desafíe. En este contexto, la región latinoamericana puede avanzar con mayores grados de autonomía: procesando sus conflictos –la crisis política brasileña, la transición cubana o la conflictividad venezolana- en tiempos y formas propias.

En el contorno de la incertidumbre global pueden distinguirse amenazas estratégicas concretas que pueden restringir los grados de libertad de la acción internacional del país. Un cambio en el liderazgo de la Reserva Federal podría alterar la tasa de interés norteamericana; un escenario de alto riesgo para la captación de inversiones. Ponderar la situación de seguridad en la península coreana y sus impactos en el espacio geoeconómico y geopolítico del Asia Pacífico es de primer orden estratégico para la Argentina.

También es de crítica importancia calibrar los impactos del Brexit en la relación argentina con la UE en general y con Bretaña en particular. Determinar si el escenario político en Brasil demora o deroga la posibilidad de una transformación seria y de largo plazo para el MERCOSUR. Comprender la mejor manera de relacionarse con China luego de la ratificación absoluta del poder del Presidente Xi. Lo mismo con la Rusia del presidente Putin y los Estados Unidos del presidente Trump. Además de riesgos estructurales como la sostenibilidad de la liquidez financiera global, la robotización de la producción y la gobernanza económica mundial. El mundo se ha vuelto más complejo y riesgoso, más volátil y peligroso.

Mariano Turzi es Profesor de Relaciones Internacionales de la Di Tella. Autor de "El (des)orden mundial" (Paidós, 2017)