Di Tella en los medios
Apertura revista
20/10/17

Profile: Carlos Arguindegui

Por Lucila Lopardo

En 1999 le recomendaron que hiciera "shopping' entre las universidades, y la Universidad Torcuato Di Tella captó su atención. Allí cursó la Licenciatura en Economía y la Maestria en Finanzas. Actualmente se desempeña como Vicepresidente de Aplicaciones de Oracle Latinoamérica


Carlos Arguindegui se levantaba a las seis de la mañana para entrenar en el Club Pueyrredón, ir a trabajar, volver a entrenar junto a los Pumitas - la selección juvenil de rugby- e ir a la facultad.

Todo en 24 horas. Aunque los días en el colegio no estaban tan lejos y seguía viendo a sus amigos-"los 12 apóstoles", quienes siguen siendo su grupo de cabecera lo cierto es que la rutina se hizo sentir.

"Veía a mis compañeros, que tenían hijos y después se tenían que ir a trabajar. Eso te motiva y te reúne". Mientras posa para las fotos, juega con una pelota de rugby que sus amigos le regalaron antes de mudarse a Colombia -fue Country manager de Oracle en ese país- y confiesa que su padre quería que estudiara abogacía. "Decía que tenía mucha labia, pero yo no quería. Siempre pensé que la facultad era una caja de herramientas pero no sabía qué iba a hacer después", reconoce. La decisión llegó gracias a un consejo del economista Juan Carlos de Pablo. Amigo de su padre, le dijo que hiciera "shopping' entre las universidades. La Universidad Torcuato Di Tella captó su atención. Se recibió de economista y cursó una maestría en Finanzas. Su primer trabajo fue en MB&L, una consultora de capacitaciones de venta compleja. "Era el pibe que marcaba el tiempo desde atrás, con carteles, durante las capacitaciones", relata y agrega que uno de los clientes era Oracle: "Me acuerdo que personas con las que hoy trabajo estaban en esas capacitaciones".

El trabajo le hizo romper un prejuicio personal. "Siempre decía que nunca iba a ser vendedor, que eran unos 'chantas"', confiesa entre risas.

Es por esto que siguió su carrera como consultor de procesos bancarios, pero sus jefes le aseguraban que tenía "pasta" comercial.

"La consultoría no era lo mío, era un trabajo estructurado", relata y continúa: "Me di cuenta de que en esta industria para ser vendedor hay que poder agregar valor y que, con los resultados, pueden cambiar los procesos de las compañías". Arguindegui le tomó el gusto a la que sería su expertise e hizo el salto a SAP, en donde estuvo dos años y también tuvo una experiencia en Colombia. Volvió al país para trabajar en Tata y luego ingresó en Oracle, también como vendedor.

Cuatro años después, un ejecutivo regional le confesó que tenían míedo de que se fuera a otra empresa por no darle oportunidades de crecimiento, lo que se tradujo en la posibilidad de dirigir la filial del país cafetero.

"Ni lo pensé", asegura. La decisión, sumada a lesiones, lo llevó a dejar el rugby y a pelearse con su novia, a quien terminó yendo a buscar después a Chile y con quien hace pocos meses tuvo a su primera hija. Tanto en Colombia como en Buenos Aires, Arguindegui tuvo que romper el prejuicio de la edad: "Fui el primer Country manager de menos de 35 en la firma", y reconoce que se apoyó en sus coaches para sostener su posición. Para él una de las claves para conectar con sus colaboradores estuvo en poner el foco en el propósito: "Es muy difícil decirle a la gente que no venga a trabajar por el salario. Trato de saber por qué trabajan. Eso me dio resultado".


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