Di Tella en los medios
La Nación
25/09/17

Innovar en serio: escuelas que tiran paredes y motivan a sus alumnos

"Los cambios en educación requieren hacer muchas cosas al mismo tiempo. Hay que reformular qué se enseña, cómo se enseña y con qué recursos", sostiene Claudia Romero, directora de Educación de la Universidad Di Tella.

Ya sea desde la pedagogía o los espacios, son cada vez más las instituciones que deciden romper con el modelo tradicional; el objetivo es darles a los chicos un mejor ambiente y nuevas herramientas para aprender.

El diagnóstico es claro: no se puede seguir enseñando a alumnos del siglo XXI con una escuela pensada en el siglo XX. Y también existe un fuerte consenso sobre la necesidad de innovar para desarrollar una escuela que enseñe a pensar, que empodere a los alumnos y que haga más atractivo el conocimiento.

Como bien dice Axel Rivas, codirector de Educación de Cippec, en su libro Cambio e innovación educativa: las cuestiones cruciales, "innovar es alterar los elementos de un orden escolar que apagan o limitan el deseo de aprender de los alumnos. Buscamos escuelas que den sentido a lo que enseñan y construyan puentes con la vida de los alumnos. Buscamos escuelas donde los alumnos sean protagonistas y puedan hacer cosas en la vida real con lo que aprenden. Buscamos escuelas donde el conocimiento sea más transversal y busque promover la comprensión más que la memorización inerte. Buscamos escuelas que generen un genuino compromiso social, que activen capacidades de transformación en un mundo lleno de injusticias".

Y si bien son muchas las escuelas que ya lo están haciendo desde el trabajo por proyectos o la disposición de los espacios, también es cierto que surgen varios interrogantes que todavía faltan despejar: ¿por dónde arrancar? ¿Están capacitados los docentes para esta nueva tarea? ¿Hace falta mucha plata para innovar? ¿Es posible hacerlo en los contextos más vulnerables?

Muchas cosas al mismo tiempo

A Emprender, un éxito
A Emprender, un éxito. Foto: Santiago Cichero / AFV

"Los cambios en educación requieren hacer muchas cosas al mismo tiempo. Hay que reformular qué se enseña, cómo se enseña y con qué recursos. Y estas innovaciones tienen en común un rol docente diferente que ya no busca que los alumnos repitan conocimientos, sino que acompaña y estimula con intervenciones profesionales muy precisas el desarrollo de capacidades en los estudiantes", sostiene Claudia Romero, directora de Educación de la Torcuato Di Tella.

En lo que los especialistas coinciden es que en todas las escuelas pueden innovar: en la planificación didáctica de cada día, en cómo se encara la clase, en las estrategias que se usan. "Es posible innovar en todos los contextos y muchas veces donde hay más necesidad es donde más prende la innovación. En la Argentina estamos viendo el impacto positivo que tiene el proyecto Comunidades de Aprendizaje, una experiencia transformadora en escuelas públicas de diversos contextos sociales. Muchos docentes quieren ir más allá del orden tradicional escolar pero están limitados por los formatos, las normativas y la cultura institucional del sistema educativo. Pero esto está cambiando, cada vez hay más apertura, por ejemplo, en los directores y supervisores de escuelas", dice Rivas.

En esta misma línea, Romero señala que, sin duda, la invitación a crear en las escuelas es impulsada por los directores. "Son ellos los que abren o cierran las puertas de la escuela a la innovación, y quienes además entusiasman a sus docentes a experimentar con nuevos enfoques de la enseñanza. Para nosotros hay una clave, que es tener una gestión innovadora en las escuelas, pero poniendo en el centro el aprendizaje de los alumnos."

Por eso, Romero destaca como prioridades en la política pública la formación de los directores e identificar experiencias innovadoras en diversos contextos, sobre todo los más vulnerables, documentar y realizar evaluaciones que permitan generalizar aquellas que resultan exitosas.

Desde el Gobierno nacional sostienen que la innovación es para ellos una preocupación central y que tienen un objetivo concreto para 2030: que el 100% de los estudiantes que ingresa al nivel secundario pueda finalizarlo. Para poder conseguirlo están priorizando el nivel del aprendizaje y revertir la tendencia al abandono. ¿Cómo lo están haciendo? Poniendo los esfuerzos en la capacitación docente.

Afuera, también se estudia
Afuera, también se estudia. Foto: LA NACION / Silvana Colombo

"Tenemos una agenda de trabajo que acordamos con las 24 jurisdicciones y nuestro foco está puesto en tres cosas: ¿qué es aquello que vale la pena aprender? ¿Qué es aquello que vale la pena enseñar? ¿Y cómo vamos a evaluar? Para eso estamos impulsando la introducción de la tecnología, el trabajo por proyectos, una escuela que sea más relevante para los estudiantes, que sientan que eso que están aprendiendo tenga un uso para la vida cotidiana", dice Mercedes Miguel, secretaria de Innovación y Calidad Educativa del Ministerio de Educación.

A su vez señala la urgencia de que los alumnos encuentren en el interior de la escuela, un ambiente similar al que tienen en su vida cotidiana. "Hay que habilitar a las escuelas para que sean innovadoras, confiar más en los equipos docentes, flexibilizar la normativa obsoleta y empezar a generar nuevos formatos de aprendizaje. Los alumnos necesitan poder equivocarse, aprender con otros, comunicarse por varias vías simultáneamente y no encerrarlos en las escuelas", agrega la funcionaria.

A su vez, señala urgencia de que los alumnos encuentren en el interior de la escuela, un ambiente similar al que tienen en su vida cotidiana. "Hay que habilitar a las escuelas para que sean innovadoras, confiar más en los equipos docentes, flexibilizar la normativa obsoleta, y empezar a generar nuevos formatos de aprendizaje. Los alumnos necesitan poder equivocarse, aprender con otros, comunicarse por varias vías simultáneamente y no encerrarlos en las escuelas", agrega.

Para Romero, más que en soluciones aisladas hay que pensar en un ecosistema de la mejora y la innovación escolar. "La clave es que se pueda hacer un cambio profundo de mentalidad acerca de lo que significa aprender y enseñar. Lo que sabemos, sobre todo por investigaciones internacionales, es que cuando los alumnos participan en proyectos que conectan con sus intereses disminuyen los conflictos, el bullying, y aumenta el nivel de satisfacción de padres y alumnos con la escuela", dice.

Poniendo el foco en la secundaria, Rivas señala que es clave trabajar en dos velocidades: una es la sistémica, donde es clave redefinir las prioridades curriculares, crear condiciones para el trabajo de los docentes por cargo, fortalecer la formación de los directivos y repensar la carrera docente. La otra es la velocidad de los ecosistemas. Es clave trabajar con escuelas en el corazón de la educación que son las prácticas pedagógicas, con trabajo por indagación, preguntas, desafíos, proyectos aplicados a cada área de enseñanza. Allí se necesita más apoyo externo, directivos muy comprometidos y una clara visión practicable con recursos curriculares y pedagógicos de avanzada".

La reforma secundaria

La reforma de la escuela secundaria en la ciudad propone aplicar algunos de los principios innovadores que las escuelas mencionadas ya están implementando: trabajo por proyectos, reforzar el rol de los tutores, que los profesores sean designados por cargo y con jornada completa para una misma escuela (y así tener más contacto con los alumnos) y una nueva infraestructura que mejore los espacios de aprendizaje."Hay que sacar a los chicos del aula, que dejen de mirarse la nuca", dice Mercedes Miguel, secretaria de Innovación y Calidad Educativa del Ministerio de Educación.