Di Tella en los medios
Clarín
4/03/17

Eduardo Levy Yeyati: "Rebotar un año es fácil, crecer 3% durante 10 años es más difícil"

El decano de la Escuela de Gobierno señala que aún no está claro si el país entró en un sendero de crecimiento sostenido. Y que a raíz del déficit elevado, el Gobierno tiene estrecho margen en 2017 para ceder en el plano fiscal.

Los economistas no saben muchas cosas. Por ejemplo cómo encender la antorcha del crecimiento y que flamee en el tiempo. Y ni hablar de que algo así brille en la Argentina. “Este país ya probó muchas recetas que fracasaron”, dice Eduardo Levy Yeyati (51).

Decano de la Escuela de Gobierno de la UTDT y asesor de la Jefatura de Gabinete, Levy Yeyati señala un punto: es más simple salir del cepo, de la inflación alta o del aislamiento financiero que crecer o desarrollarse. “Lo primero lleva esfuerzo y tiene sus riesgos. Pero se sabe el camino porque ya se hizo antes y en otros países. También hay medidas que consisten en dar marcha atrás errores de los últimos años. Pero desarrollar un país como la Argentina, mejorar su educación, seducir al inversor local e internacional es mucho más complejo porque no hay una receta conocida”.

-¿El crecimiento también es difícil?

El crecimiento es uno de los aspectos fundamentales del desarrollo. Es fácil rebotar un año, es muy complejo, muy difícil crecer diez años al 3%. Es tan difícil que nunca lo hemos hecho.

- ¿Este año rebotamos o crecemos?

Lo sabremos en 2018. Si los factores que impulsan el crecimiento son persistentes entonces posiblemente sea el primer año de una ola de crecimiento. Si los factores se agotan en un año y no se renuevan, habrá sido un rebote.

-¿A qué factores se refiere?

La producción de bienes agrícolas, la inversión que este año estará muy cargada por la inversión pública y al aumento del empleo que debería dar impulso al consumo. La expectativa es que estas fuerzas tengan una segunda ola de crecimiento en 2018.

-Pero la inversión crece

Crece la inversión pública pero sabemos que tiene un límite: los recursos fiscales no abundan porque hay déficit fiscal. Entonces la persistencia de esa inversión depende de seducir a capitales privados que es la apuesta del Gobierno con la ley de participación público-privada.

-¿La recesión quedó atrás?

Sí, se terminó. Pero vamos a necesitar meses para reunir los datos y corroborarlo empíricamente.

-El Gobierno ya anunció la salida

Lo que el Gobierno hace es otra cosa: dado que el impacto de la salida de la recesión ocurre con un rezago, anticipa la noticia para reducir el tiempo que lleva percibirla. Ahora, si después el poder adquisitivo de las personas no sube o no consiguen trabajo, será muy difícil de convencer que se salió de la recesión.

-¿Es por eso qué aún no se percibe?

El crecimiento de este año será muy desigual. Veremos sectores que crecen muy marcadamente, como el campo, y otros que incluso pueden llegar a contraerse. Habrá brotes verdes conviviendo con sectores que todavía están ajustando. Dentro de la comunidad empresarial habrá percepciones desiguales.

-¿Y entre los trabajadores?

Es más complejo porque depende de cómo el crecimiento impacta en el mercado laboral. Da la sensación que la expansión de la actividad de este año no tendrá un efecto particularmente alto sobre el empleo. El hombre de la calle es esencialmente el trabajador o la familia del trabajador, no una persona que mira los indicadores y los brotes verdes como un analista macroeconómico. A esa persona la recuperación de la que habla el Ministerio de Hacienda le llegará cuando tenga un salario o su poder adquistivo aumente, cuando se entera de que el amigo que había perdido el trabajo vuelve a tenerlo.

-¿Se vienen meses delicados con la inflación como dijo el BCRA?

Nuestro estimador preliminar de la inflación de febrero dio arriba de 2% y eso es un número alto. Con incidencia elevada de precios regulados. La inflación este año será alrededor de 20%, podría ser menos pero depende mucho de la política monetaria. No hay que extrapolar el 2% de estos meses.

-Menciona la política monetaria, ¿ve espacio para la suba de tasas?

No hay margen político para subir las tasas de interés. Tampoco desde el punto de vista teórico o académico. Si me preguntan cuál es la prioridad económica hoy es crecer lo más posible.

-Si la prioridad es crecer, ¿no habría sido más conveniente posponer los aumentos de tarifas para después de las elecciones ?

El Gobierno, cuando asumió, empezó con cuatro tareas: corregir el atraso cambiario, bajar la inflación, contener el déficit y crecer. Las cuatro no se pueden hacer a la vez. ¿Qué se hizo? Se liberalizó el mercado cambiario y la política monetaria se orientó a bajar la inflación. La tensión quedó entonces del lado del crecimiento versus el déficit y este último fue lo que menos ajustó en 2016. Ahora estamos en un nuevo año y hay que elegir de vuelta: inflación, tipo de cambio, déficit y crecimiento.

-¿Ya no queda margen para crecer a expensas del déficit?

No porque el desequibrio fiscal es tan alto que empezaría a afectar en la inversión. La pregunta entonces es si elegiría ir más lento en términos inflacionarios. Es parte de una discusión que se dio en algún momento y se eligió este camino.

-¿Y usted elegiría bajar la inflación de manera más lenta que la anunciada?

Digamos que de las tres variables la que menos margen tiene para ceder el Gobierno es en la expansión del déficit fiscal. Este año tendrá un rojo menor por el blanqueo. Pero si no se crece rápidamente, controlar ese déficit será sumamente complicado.

-Pero de vuelta, ¿la suba de las tarifas afecta la actividad o no?

Tiene impacto en el crecimiento pero sino se hiciera habría un punto más déficit y un aumento del costo financiero. Surgirían preguntas acerca de cómo financiar el costo financiero dentro de un año y en definitiva eso pega en el crecimiento. La economía transita un desfiladero muy delgado para dejar atrás esas cuatro herencias que mencioné.

-¿El nivel de las tasas pone un techo al crecimiento?

En algún punto sí aunque es indirecto. Por ejemplo una de las razones que imagino de por qué se demora tanto la construcción privada es que el costo de oportunidad de financiarla es una tasa de interés en pesos bastante atractiva.

-El Gobierno dice que el dólar no está apreciado, ¿le preocupa el nivel del tipo de cambio?

El dólar ha sido, junto con el déficit, una de las variables de ajuste de este país. Como decía el economista Carlos Díaz Alejandro, la sobrevaluación es como un elefante blanco, dificil de describir pero cuando ves uno por la calle te das cuenta. Modelar el tipo de cambio de equilibrio en Argentina es muy dificil porque vivimos muchos años apreciados y entonces nuestro equilibrio es la apreciación. Pero hay indicadores en la calle y en las fronteras que dicen estamos apreciados.

-¿Y usted qué preferiría?

Preferiría un tipo de cambio mas alto. Pero todo tiene costo. Si se sube el habrá más inflación. ¿Y si suben los precios, se toleran o aumentan la tasa para morigerarlos? Si la tasa aumenta habrá menos crecimiento. Hay que priorizar y, en mi opinión, el crecimiento es lo más importante. Una devaluación no daría crecimiento instantáneo pero en el mediano plazo el tipo de cambio debería ser más competitivo.

-¿Cómo se interpreta el aumento del empleo público de 2016?

Puede ser un reflejo o reacción al problema de generación de empleo. En el caso argentino gran parte de ello ocurre en provincias que les cuesta generar empleo privado y es una continuación de los últimos años. Pero volvemos al principio, es mucho más difícil y complejo resolver el problema del empleo privado que bajar la inflación. No hay fórmula probada, hay que experimentar.