Di Tella en los medios
La Prensa
23/10/16

Repensar el crecimiento de las ciudades

Por Cynthia Goytia

La directora del CIPUV opinó sobre planeamiento urbano y sobre la urbanización de villas

Las ciudades de la Argentina se están proponiendo nuevos objetivos de sustentabilidad, así como también procuran revertir las condiciones de pobreza, que hoy afectan a más del 32% de los habitantes. Sin embarcjo, resulta asombroso que en la discusión y formulación de las políticas públicas exista aún una severa omisión: entender como el crecimiento de nuestras ciudades y la localización de los hogares de menores ingresos contribuye a generar y reforzar estas condiciones de pobreza que se busca mejorar.

Durante la década 2001 -2010, la tasa de crecimiento territorial de los 31 aglomerados urbanos de la Argentina han sido del 3,5% anual, triplicando la tasa de crecimiento poblacional de 1,2% anual.

Algunos centros urbanos, como Catamarca o Jujuy, presentan una tasa de crecimiento territorial aún más elevada, alcanzando al 5% anual. El dato no es trivial ya que al ritmo de crecimiento territorial 3ue las ciudades vienen experimentano no es desacertado asegurar que en 20 o 25 apos, muchas de ellas duplicaran su tamaño, con los consiguientes costos implícitos de financiar este desarrollo y sus infraestructuras, muchas veces im- Por Cynthla Goytia posibles de enfrentar con presupuesto público a la escala que tal magnitud del crecimiento lo requiere. Un problema central es justamente que este crecimiento, muchas veces en forma discontinua a la trama urbana existente, y la marcada disminución de las densidades, hace prácticamente inviable financiar con fondos públicos la extensión de las redes de infraestructura, desde agua de red, saneamiento a transporte público. Por lo tanto, las áreas de reciente crecimiento se caracterizan por la baja dotación de servicios y bienes públicos.

¿Por qué debe preocuparnos este patrón de crecimiento urbano? Son los hogares de más bajos ingresos los que se localizan en las áreas periféricas de nuestras ciudades, ya sea en viviendas sociales ubicadas en áreas con muy mala accesibilidad o en los barrios informales que allí se desarrollan, justamente Dorque el costo del suelo es allí más económico. Los lotes con valores menores o informales, son los peores dotados en términos de acceso a servicios básicos (agua, luz y cloaca), son los que se encuentran en zonas con mayor porcentaje de familias viviendo con necesidades básicas insatisfechas y con viviendas deficitarias. Además de estas condiciones socioeconómicas desfavorables, la cantidad de puestos de trabajo a los que se puede acceder con trasporte público desde estos lotes es, como en el caso de la Región Metropolitana de Buenos Aires, menos del 10% que los que se accede desde lotes de iguales dimensiones, pero valores del suelo más elevados (y mejor localizados). Estos factores, determinan en gran parte el crecimiento y densificación de villas y asentamientos en áreas centrales de las ciudades, cuando los hogares buscan minimizar sus costos y tiempos de traslado y mejorar su acceso a la oferta laboral concentrada en los centros urbanos.

Hogares segregados en áreas con limitada accesibilidad a servicios públicos y oportunidades van a seguir perpetuando la pobreza y el crecimiento de la inequidad en nuestras ciudades.

Si buscamos mejorar la inclusión que todos deseamos para las ciudades de la Argentina, debemos enfrentar seriamente el desafío de repensar como crecen nuestras ciudades. Hasta aquí, no hemos dedicado el esfuerzo ni el tiempo necesario para abordar este tema en las politicas urbanas, y nos queda por entender que la pobreza no se enfrenta solo con política social, sino que tiene su matriz en la condición urbana y su localización y geografía de oportunidades.

Esta omisión es problemática. Sabemos que las malas decisiones en las ciudades persistirán en ellas a través de los años, y no se pueden ocultar. El momento es hoy para acercar políticas urbanas que guíen el crecimiento sustentable de las ciudades y su financiamiento, abordando los temas de inclusión, para construir un futuro sin pobreza.

Las villas: el caso de la 31


Uno de los mayores problemas en las graneles ciudades es el crecimiento de los asentamientos y su falta de infraestructura, que implica construcciones precarias, falta de servicios básicos, calles y espacios verdes. Tanto académicos como políticos concuerdan en que es necesario urbanizar esas áreas e integrarlas como un nuevos barrios a las ciudades. Uno de los casos ¡cónicos es la Villa 31, en el barrio porteño de Retiro, donde en estos días comenzó una prueba piloto de mejoramiento de viviendas en dos manzanas, y se prevé completar, para fines de 2017, el 100 por ciento de las cloacas, el tendido eléctrico y la pavimentación de las calles.

“Respecto a los asentamientos, la política imperante en el mundo no es más la erradicación, hoy dentro de lo posible se urbaniza. Es decir, no se hace si está sobre un terreno contaminado o inundable” , dijo a La Prensa Iván Kerr, subsecretario de Vivienda y Desarrollo Urbano del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda de la Nación.

“No hacer nada no es una opción de política. Hay que urbanizarlos, resolver los temas de inclusión a la Ciudad: que pueda entrar una ambulancia cuando hay una situación de riesgo, los pasillos de la villa son sumamente angostos, mejorar la calidad de las viviendas con luz, gas y agua” , acordó Cynthia Goytia, directora de la Maestría en Economía Urbana de la Universidad Torcuato Di Tella.

“Entonces, un tema es mejorar la condiciones de habitabilidad de estos barrios y, el otro, es generar políticas preventivas para evitar que sigan creciendo. Si la política de vivienda es simplemente urbanizar barrios informales, lo que se va a conseguir es que el mecanismo de acceso a la vivienda siga siendo ocupar, densificar y urbanizar villas. Así, la lógica de desarrollo informal sigue prevaleciendo”, remarcó Goytia.

“La Ciudad nunca podía avanzar en la urbanización porque los terrenos eran de Nación. Hoy eso es posible. El ABE (Agencia de Administración de Bienes del Estado) está trabajando en transferir todo ese macizo de tierra a la ciudad de Buenos Aires y ahora si hay un plan integral de urbanización de la villa 31. De hecho, la Ciudad tiene el acceso a un crédito multilateral de BID y del Banco Mundial para financiar todo ese costo que va a incluir desde ya la construcción de viviendas sociales para todos aquellos que sean necesarios relocalizar para lo que es apertura de calles. El grueso de la urbanización es infraestructura, calles, luminaria, espacios verdes para lograr convertir a la Villa 31 -como a tantas otrasen un barrio porteño más” , afirmó Kerr.

El polígono actual del Barrio 31 comprende 32 hectáreas divididas en 10 sectores y en total hay unas 10.000 viviendas, 9.000 familias y 43.000 habitantes.

Según explicaran desde el gobierno de la Ciudad, se rediseñará toda la red eléctrica del barrio, en su distribución y suministro.

Las 900 familias que viven debajo de la autopista lllia son las que están en peores condiciones, ya que no entra la luz del sol a sus hogares, hay mucha humedad y nada de ventilación. Esas familias serán relocalizadas en un terreno ubicado al este de la autopista, donde construirán 1.200 viviendas y se instalará el Ministerio de Educación de la Ciudad.

Con el corrimiento de la autopista se generará un corredor parquizado que aumentará la proporción de espacio verde por habitante en ese sector de 0,3 a 6 metros cuadrados, igualando la cifra promedio de la ciudad de Buenos Aires.

“El tema de las villas es muy importante. Así como no tuvimos información sobre pobreza en los últimos años, tampoco tenemos un diagnóstico claro sobre la dimensión de nuestras villas y asentamientos en todo nuestro territorio. Tendríamos que tener información sistematizada para poder tomar buenas decisiones”, concluyó Goytia.



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