La hipocresía multidimensional de la pobreza argentina
Mi resignación como economista al poco cambio estructural que observaremos en el futuro mediato es consecuencia directa de reconocer a la sociedad argentina, como principal restricción.
El 32% del INDEC sólo refleja una dimensión de nuestra
pobreza hipócrita. Somos también un terruño pobre de paciencia, de memoria, de
república, de instituciones, de respeto al prójimo, de sueños y en última
instancia de la utopía de buscar en lo ex-ante imposible, la motivación de una
nación entera.
Peronia, un país de pobres. Algunos de los que me leen han
remarcado con atino, un giro evidente en mi forma de analizar la Peronia de
hoy, un ángulo mucho más político y por lo tanto, resignadamente menos
económico. Lo que originalmente era una fuerte crítica al gradualismo de
Cambiemos, fue mutando hacia un duro mensaje a la sociedad argentina, de la
cual formo parte y a la que no le gusta mirarse el ombligo propio. Mi
resignación como economista al poco cambio estructural que observaremos en el
futuro mediato es consecuencia directa de reconocer a la sociedad argentina,
como principal restricción. Y si bien, el recurrente mensaje explícito o
implícito del oficialismo, "queremos cambiar pero no podemos hacerlo
rápido dada la restricción social" lo exonera convenientemente del
"no poder hacer", también le resta protagonismo y nos pone a
nosotros, todos los ciudadanos de Peronia, como los principales artífices de lo
bueno o malo que nos ocurra en los próximos años. Ahora somos los
"endógenos" del modelo, Cambiemos delegó la carga de la metamorfosis
a nosotros mismos lo cual puede vivirse como un drama o una formidable
oportunidad de ponerle el pecho a las balas. ¿Seremos esta vez, lo
suficientemente pobres de espíritu y convicción como para abortar este proceso
de cambio y retornar al decadente status-quo anterior?
Somos multidimensionalmente pobres e hipócritas. El drama de
la pobreza argentina no termina en el dato frío del INDEC. Los ciudadanos de
Peronia somos hipócritas frente a nuestra pobreza multidimensional. Somos
pobres de república, de instituciones, de objetivos de largo plazo, de
conceptualizar al esfuerzo y sacrificio como claves para el éxito de una
nación. Somos hasta capaces de hacer "kilombo al pedo" si una
selección pierde una final pedorra e irrelevante de no sé qué, pero por 70 años
fuimos testigos silenciosos del colapso de nuestra nación en el ranking del
mundo y a nadie se le movió un pelo. Somos también muy pobres de paciencia y de
memoria, exigimos a un gobierno que intenta cambiar nuestro eterno sendero de
decadencia, resultados inmediatos pero a la vez, permitimos por una déKada
entera el mayor avasallamiento institucional y despilfarro fiscal, de la
democracia argentina. Somos pobres de justicia, un fiscal "se
suicida" y aceptamos la respuesta. Somos pobres de cuestionamiento, escuchamos
una y otra vez a un Papa populista, pero sin embargo lo veneramos como si fuera
Dios. Somos pobres de respeto al prójimo, sólo basta con que algo no nos guste
o nos frustre en lo individual, para piquetear al resto de la sociedad,
chantajeándola a cambio de una limosna social.
Somos además, pobres de autocrítica, observamos pasivamente cómo la
Argentina era arrasada por el kirchnerismo y hoy, como obra de magia queremos
saltar de la recesión a la expansión vía endeudamiento, sin hacernos cargo del
saqueo que autorizamos con nuestro voto. Somos pobres de plantarnos y decir
basta a tanto abuso del Estado al ciudadano. Somos pobres de dignidad porque
nos gusta pedir prestado y al mismo tiempo, defaultear más tarde echándole la
culpa siempre a otro. Somos pendularmente pobres de identidad, a veces jugamos
a liberales y una déKada después intentamos la versión más grotesca e
improvisada del comunismo. PERO por sobre todo, somos pobres de utopías, el
populismo nos secó nuestra capacidad de imaginarnos un futuro mejor y posible.
Un país pobre en sueños, es un país que simplemente, dejó de existir.
El 32% es sólo un aspecto de nuestra hipócrita pobreza. Los
datos del INDEC nos cuentan que 1 de cada 3 argentinos es pobre. La oposición
populista hace meses que intenta enchufarle todos los bardos que padece la
sociedad argentina a la administración actual, como si se hubiesen gestado en
sólo NUEVE meses. Aun queriendo, es imposible empobrecer así de rápido a una
sociedad. La gestación de pobreza es un fenómeno estructural de muy largo
plazo. Si hoy hay 32% de pobres es porque vienen heredados de administraciones
anteriores y en este entorno no puedo dejar de comentar que de los últimos 27
años, 24 los gobernó el peronismo. Ese mismo peronismo que se desentiende de su
pasado kirchnerista, hoy se le planta a Macri con hidalguía e intenta darle
lecciones de ortodoxia fiscal y tarifaria. Populismo, hacete cargo: sos el
hipócrita y obsceno responsable de la pobreza argentina, porque el
empobrecimiento del ciudadano lo esclaviza y te favorece electoralmente. Ese
mismo populismo, sistemático y mentiroso escondedor de pobres, hace sólo meses
atrás nos tomó a todos de boludos y nos dijo caricaturescamente que en Peronia
había menos pobreza que en Alemania.
La pobreza más extrema del ser humano no radica en lo
material, la forma más cruel y siniestra de empobrecer a otro es secándolo de
intelecto, aquí está la clave de la supervivencia populista, mucho fulbo y muy
poco libro. Lo utópico siempre me sedujo, lo inalcanzable ex-ante me moviliza
exponencialmente, y no acepto entonces, que se considere utópico imaginar a un
nene que a los cinco años ingrese a la escuela primaria y culmine tres décadas
después siendo universitario y no en la cárcel. Esos chicos ricos en educación
¿votarían al populismo de Peronia? Lo que verdaderamente lamento, es que
durante la déKada derramada Argentina vivió el mejor rally de commodities de su
historia, por lo que tuvimos un entorno exógeno irrepetiblemente favorable y
sin embargo, nos dejaron con 32% de pobres y todos haciéndose ahora los
desentendidos pensando ya en la próxima elección y en cómo seguir viviendo de
los pocos privados que con nuestro sacrificio diario bancamos a este populismo
infame e inmoral. Una clase política populista "rica, sospechada y
apoderada" le habla paradójicamente a su electorado empobrecido e
intencionalmente sub-educado, intentando convencerlo otra vez más.
¿La oportunidad en el drama? Quizá esta pobreza hipócrita y
multidimensional que padecemos no sea sólo un drama, quizá y sólo quizá, otra
vez más, la tragedia de Peronia sea la oportunidad de intentar cambiar de raíz
y con sumo sacrificio la esencia de un populismo que lo único que supo generar
fueron más pobres. Quizá alguna vez, se nos dé la gana de trabajar arduamente
para sentirnos orgullosos de una Argentina a la que hoy el populismo convirtió
sólo en un terruño de personas compitiendo desesperadamente. Quizá alguna vez
erradiquemos nuestra pobreza multidimensional comprendiendo que la grandeza de
una sociedad radica en los sueños que la definen. Quizá alguna vez dejemos de
votar gordos mentirosos, inútiles pero a la vez, muy ricos, y comencemos a
exigir una clase política que en vez de darnos vergüenza nos enorgullezca y
exalte. La restricción social que el kirchnerismo le plantó al gobierno actual
es tan grave y grosera que le restó protagonismo en el cambio, por lo que
Cambiemos quedó como "exógeno" y los ciudadanos de Peronia como "endógenos",
tremenda responsabilidad tenemos. El cambio esta vez necesita de la sociedad
argentina y nos plantea como en otras circunstancias preguntas simples y a la
vez, contundentes. ¿Qué tan multidimensionalmente pobres queremos seguir
siendo? ¿Qué tal si como nación nos permitimos ser ambiciosamente utópicos?
¿Qué tal si dejamos que un libro finalmente se coma al choripán? ¿Queremos que
este país vuelva a llamarse República Argentina o nos resignaremos a ser la
Peronia pobre de espíritu y dignidad de las últimas décadas infames que
padecimos? El cambio depende de nosotros, aflojemos con echarle la culpa al
muñeco de turno esta vez, el Presidente Macri.
Link: http://www.infobae.com/economia/2016/10/03/la-hipocresia-multidimensional-de-la-pobreza-argentina/