Di Tella en los medios
La Gaceta de Tucumán
22/07/16

“Estamos ante la cara más oscura de la globalización”

El encuentro de politólogos concluyó con un debate sobre el mundo, el continente y la vinculación. El catedrático Tokatlian habló de la existencia de pugnas capaces de restar calidad a la democracia. En ese contexto, el especialista Luna llamó la atención sobre las relaciones de los estados latinoamericanos con el crimen organizado Tokatlian advirtió que el mundo hoy habla más de desintegración que de integración

Con una mesa panel sobre el mundo, el continente y la vinculación cerró ayer el “Encuentro de las Américas: escenarios y perspectivas en los bicentenarios americanos”. En esa cumbre de profesionales de la Ciencia Política, el catedrático Juan Tokatlian sentenció: “estamos ante la cara más oscura de la globalización”. El profesor de la Universidad Torcuato Di Tella manifestó que la clave para entender esto es la desigualdad, que ha aumentado en el mundo. “En Estados Unidos vemos la misma desigualdad de los años 20. En China hay pavorosos niveles de desigualdad, lo mismo que en India y Rusia”, acotó.

Durante su exposición en el hotel Hilton Garden Inn, Tokatlian llamó la atención sobre el persistente avance del mercado y el repliegue del Estado. Y dijo que la desigualdad tenía su correlato en la polarización que se advertía como fenómeno electoral recurrente, y cuyas manifestaciones más actuales habían sido los comicios en Perú y en Reino Unido (“Brexit”), y la campaña en EEUU. “Es objetivo: hay más pugna de clases, controversia y disputa”, observó en el estrado que compartió con el embajador de Bolivia, Liborio Flores Enrique; el ex canciller Jorge TaianaÁngel Cárdenas, ejecutivo de la Corporación Andina de Fomento-Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), y el coordinador Marcelo Leiras.

El desafío de una globalización creadora de desigualdad con incremento de las pugnas se inscribe dentro de una reorganización del poder mundial. “Las turbulencias que vemos son producto de ello, de que existe una transición”, dijo el sociólogo y doctor en Relaciones Internacionales. Aquel horizonte se corresponde con un momento difícil para las instituciones internacionales. “Son importantes porque moderan los conflictos y las tensiones, y pueden ser espacios para el logro de consensos. Me refiero a la Unión Europea, la Organización de las Naciones Unidas, etcétera: todas presentan déficits. El mundo hoy habla más de la desintegración que de la integración, situación que alimenta el aumento de las disputas”, apuntó.

Tal y como está planteado, el escenario internacional puede ser comparado con el sistema sobrecargado de la computadora, según Tokatlian. “La sobrecarga se produce cuando hay un exceso y hace falta hacer un ajuste. Para que la máquina vuelva a funcionar, es necesario reducir o eliminar ciertos archivos o programas. ¿Qué se va a ajustar hacia el futuro? ¿La globalización, donde predomina el sistema financiero, o la democracia?”, interrogó. Y a modo de respuesta indicó que el contexto no autorizaba a pensar que la democracia podría imponerse a la globalización. “Me temo que habrá menos calidad democrática”, meditó.

Se va Monroe, entra Troilo

Al analizar la coyuntura del continente, Tokatlian se detuvo en un hecho de 2013: el discurso de John Kerry, secretario de Estado de EEUU, en el que anunció el fin de la Doctrina Monroe a la Organización de los Estados Americanos. A caballo de esta teoría se expandió el intervencionismo estadounidense en América Latina a partir del siglo XIX. “Kerry entendía que el rol de su país en el hemisferio había cambiado. Se creía que, entonces, iba a comenzar un período de pasividad. Pero se fue Monroe, y llegó (Aníbal)Troilo”, comentó el orador. Luego precisó que se refería a la siguiente estrofa del tango “Nocturno a mi barrio”, que recitaba “Pichuco”: “alguien dijo una vez/ que yo me fui de mi barrio / ¿Cuándo? ¿Pero cuándo? / ¡Si siempre estoy llegando!”. Acto seguido, el ponente manifestó que EEUU era eso: “siempre está acá, no se fue ni se desvaneció, y hay que ver qué hacemos con eso”. 

En la reunión de politólogos organizada por el Ente Provincial del Bicentenario y la CAF, el coautor de “Autonomía y neutralidad en la globalización: Una readaptación contemporánea” opinó que, en el futuro, había que evitar la frustración en la relación con EEUU. “Gane Hillary Clinton o Donald Trump, el país se mirará hacia adentro. Esto implicará una propensión mayor para usar la fuerza en sitios estratégicos. América Latina va a tener menos ‘viento de cola’ y niveles altos de movilización social. No debemos abrazarnos como en los años 90 ni esperar que venga a nuestro auxilio: tendremos relaciones más complejas”, pronosticó.

No tan progresistas

En cuanto a la patria latinoamericana, Tokatlian subrayó el espíritu asociativo advertido en el siglo XXI. “Tuvimos una ampliación del Mercosur, y nació la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA); la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur); la Alianza del Pacífico, etcétera. Más allá de la ideología, este impresionante espíritu asociativo resulta muy paradójico porque los niveles de integración no crecieron. No estamos más integrados que antes. Es un discurso con integración real negativa”, afirmó. Hacia el final de su ponencia, Tokatlian evaluó que la “nueva izquierda sudamericana” había sido una experiencia más nacionalista que progresista: “la brecha entre la economía y la política fue notable. Esto se debió a que las matrices no se alteraron en forma significativa. Vamos a enfrentar importantes restricciones, y, en ese contexto, costará mucho esfuerzo conservar el bienestar interno y la autonomía externa”.