Di Tella en los medios
La Prensa
22/11/15

China, al margen de la campaña

Los candidatos presidenciales no hicieron mención alguna a la agenda de trabajo con el gigante asiático. El vínculo comercial con Pekín requiere de un salto de calidad en el management, destaca Mariano Turzi, especialista de la UTDT. Hay que respetar los acuerdos.

Pese a que la economía argentina está anémica de dólares y buena parte del financiamiento ha llegado de la mano de la exportación de harina de soja a China o mediante el swap de monedas con el Banco Central de ese país, el Gigante asiático, segunda potencia mundial, ha estado al margen de la campaña electoral.

Ni Daniel Scioli ni Mauricio Macri hicieron mención alguna a una supuesta agenda de trabajo con uno de los principales socios comerciales del país, y cuando abordaron el comercio exterior lo hicieron desde el flanco interno, apuntando a la eliminación de trabas e impuestos, pero no proyectaron hacia la profundización de vínculos existentes o la búsqueda de nuevos mercados.

"No me sorprende para nada porque lamentablemente no ha habido durante la campaña nada de política exterior ni de relaciones internacionales -explica Mariano Turzi, especialista en relaciones internacionales y director del Programa Asia Pacífico de la Universidad Torcuato Di Tella-. La campaña fue absorbida por temas internos".

-¿Alguno de los dos exhibe una postura más favorable hacia las relaciones comerciales con Pekín?

-La verdad es que ninguno de los dos equipos de política exterior, tanto el de Daniel Scioli como el de Mauricio Macri, ha dicho nada al respecto. Para Scioli podría ser más sencillo por un tema de continuidad con lo que ha hecho el Gobierno hasta el momento. En cuanto a Macri, lo que se ha mostrado es una línea un poco más dura al respecto, fue abiertamente más crítico.

-¿Cambiemos privilegiaría las relaciones comerciales haciendo eje en la relación con Estados Unidos y Europa, en detrimento de China?

-No lo sé, no puedo decirlo. Algunos lo suponen, pero son especulaciones y yo no me pronuncio desde especulaciones.

-¿Qué estrategia debería adoptar el nuevo gobierno con respecto al vínculo con el Gigante asiático?

-El próximo gobierno tendrá crecientes dificultades por delante ya que lo que viene es una etapa más difícil en las relaciones bilaterales. Hace falta más calidad en el management de la relación con China. El gran desafío para la Argentina no estará dado sólo en el terreno de la economía, sino también en el de la economía política. En el corto plazo habrá más temas en la agenda y más protagonistas, por lo cual también el escenario será más complejo en la relación bilateral. Cualquiera sea el peso de China en el comercio bilateral, lo importante es manejarse con alta calidad. En este punto el problema es nuestro, no de ellos.

ACUERDOS POLEMICOS

-¿Qué lectura hace de los acuerdos firmados por el gobierno de Cristina Fernández con el presidente Xi Jinping?

-La firma de los acuerdos significó un cambio de paradigma. Hay que pensar la relación con China desde lo que se firmó hacia adelante. No es posible revisarlos, es decir, más allá de que sean o no ventajosos para la Argentina, replantearlos es un error porque no se puede. Lo cierto es que si no se hubiesen firmado estos acuerdos, en este contexto económico Argentina lo hubiera pasado mucho peor. No hubieramos tenido acceso al financiamiento.

-¿Es verdaderamente relevante la condición de socio estratégico que recibió Argentina?

-Es una categoría importante. La política exterior china es muy atenta a lsa denominaciones. Nosotros, en cambio, tendemos a menospreciarlas. En la coreografía del poder chino esta denominación es delicada e importante. Nosotros no acostumbramos a eso, pero debe quedar claro que no es una etiqueta irrelevante.

-¿Tener aceitada la relación con Pekín puede ser la llave para hacer pie en el resto de Asia?

-No tiene nada que ver, son dos cuestiones completamente separadas. La relación con China es bilateral. Podría ser la puerta de entrada si nosotros jugáramos bien nuestras cartas, pero ya tendríamos que hablar de cadenas globales de valor. Hasta el momento Argentina no ha transitado para nada el camino que la lleva a Asia. Falta mucho en términos de alineamientos, de acuerdos de intereses privados y políticas públicas. Se hizo mucho, pero todavía falta bastante.

LOS BLOQUES

-¿Cómo impactará el Acuerdo Transpacífico en la economía argentina?

-Nosotros estamos a años luz de eso. Chile y Perú, en cambio, son economías del Pacífico. La pregunta para la Argentina es justamente cómo impactará el nuevo bloque, dónde nos paramos frente a esto. Creo que aún nos falta mucha inversión en conocimiento, ese es uno de nuestros puntos débiles. El programa que yo dirijo hace dos años que no tiene financiamiento. Nadie quiere hacer una inversión en investigación de largo plazo.

-¿Contrastan los intereses o podría haber complementariedad?

-La división entre Alianza del Pacífico y Mercosur, por caso, es por completo artificial, tendenciosa y falsa. Hay que pensar que un Mercosur fuerte y una Alianza del Pacífico fuerte implican una América Latina bioceánica. En este mundo donde se puede cooperar, competir, disentir, ser socio y rival al mismo tiempo, generar estas antinomias es triste.

-Tampoco estuvo el Mercosur entre los temas de campaña.

-Me da la sensación de que no es un momento para discutir políticas. No hay interlocutor. Dilma Rousseff está en otra cosa, Brasil se encuentra replegado sobre sí mismo. En el debate presidencial Mauricio Macri planteó fuertes críticas hacia Venezuela, ha sido muy directo. Este es el problema de hacer tribuna interna con la política extrior, el tema se usó como chicana en el debate. Así el bloque se resiente. Claramente Macri no llamó a Itamarati -sede de la diplomacia brasileña- para decir esto antes. Este tipo de cosas no son buenas. En política exterior se puede hacer lo que uno quiere, pero la palabra clave es previsibilidad.

Por Gustavo García