Di Tella en los medios
Diario Perfil
22/11/15

Argentina y China

Por Bernardo Kosacoff

La Argentina tiene el desafío de generar un desarrollo económico sustentable y crecientemente inclusivo. Esta meta requiere la construcción de una visión colectiva de la sociedad que identifique las posibilidades de un país deseado y posible. Un primer determinante del logro de este objetivo es crear crecientemente riqueza a través de un nuevo patrón de especialización productiva, caracterizado por utilizar intensivamente mano de obra calificada y generar capacidades tecnológicas endógenas. Un segundo determinante es definir una inserción inteligente en un escenario internacional que está transitando profundas transformaciones en los modelos de organización de producción de bienes y servicios, del comercio, las inversiones, el financiamiento y la tecnología. Esta inserción debe priorizar negociaciones y acuerdos internacionales que sean acordes a la posibilidad de potenciar la dinámica de cambio estructural doméstica hacia bienes con mayor valor agregado y la viabilidad de acceso a los mercados externos de estos productos diferenciados.

El país cuenta con un punto de partida, que nos permite un aire de optimismo, fundado en su excelente dotación de recursos naturales, de nuevos servicios de exportación y una base industrial heterogénea, pero indispensable para el desarrollo de las cadenas de valor y la generación de empleos, que posee un enorme potencial de crecimiento. (…)

El mundo global evidencia la aparición de convenios entre grandes zonas económicas, destacándose las asociaciones entre los países asiáticos, entre los países del área del Pacífico y el acuerdo de Europa con Estados Unidos. Asimismo, se destaca, (...) China que es generador de enormes desafíos para la Argentina, para lograr un saldo positivo en su vinculación minimizando sus amenazas y maximizando las enormes oportunidades que se le presentan al país.

China ha vuelto a ocupar un lugar de privilegio en el mundo, retornando como potencia luego de casi de tres siglos de haber perdido ese posicionamiento. A su capacidad industrial se le suman sus enormes reservas financieras y el dinamismo como inversor en la búsqueda de materias primas, principalmente en Africa y América Latina. Se prevé que próximamente la economía china supere en tamaño a la de los Estados Unidos. Sin embargo, aunque los ingresos promedio han aumentado muy rápidamente en las últimas décadas, China es aún un país pobre, con ingresos por habitante siete veces inferiores a los existentes en los Estados Unidos. (…)

Frente a este cambio, el país ha asumido una nueva estrategia de crecimiento, que incluye los retos de disminuir las desigualdades sociales y territoriales. Continuando con una fuerte participación del accionar del Estado, que cuenta crecientemente con una burocracia de alta calificación profesional, se pone más énfasis en el consumo y el desarrollo de los servicios, sin perder su preocupación por las inversiones y las exportaciones.
El desarrollo urbano es clave en la nueva etapa, que se implanta con una preocupación mayor por favorecer la “ecociudad”, para disminuir su dramático problema ambiental.

El hecho de que el ingreso per cápita urbano más que triplica el de las zonas rurales es uno de los determinantes para fortalecer la expansión del consumo. A su vez, se requieren  inmensas inversiones para desarrollar un par de centenares de áreas urbanas de más de un millón de habitantes en los próximos quince años, para albergar a cerca de 20 millones de personas que migran anualmente del campo a la ciudad. La idea de reforma del hukou –el sistema chino de registro de propiedades que impide el acceso a los beneficios y servicios públicos en otra localización– es fundamental para facilitar las migraciones. El envejecimiento de la población y las reformas de la red de seguridad social permitirán reducir los altos niveles de ahorro preventivo, con impactos en la expansión de los consumos. Los ciudadanos que antes ahorraban para su jubilación ahora consumen más. (...)

En el sector productivo manufacturero se verifican fuertes transformaciones. Muchas actividades están escalando en la cadena de valor y de generación de tecnología con la producción de bienes más complejos, tanto por parte de las empresas transnacionales como de las firmas locales. (…)

En los últimos meses la Argentina y China han firmado el Convenio Marco de Cooperación en Materia Económica y de Inversiones y han avanzado en varias áreas específicas. En primera instancia, aparecen como una respuesta a la necesidad del país de profundizar esta relación. Estas negociaciones han generado un debate, con posiciones muy contrapuestas, que aún no está concluido. China tiene claro su objetivo de incrementar sus exportaciones con participación creciente de manufacturas de medio y alto valor, desarrollar inversiones en infraestructura y, a su vez, garantizarse el abastecimiento de materias primas y recursos naturales. La Argentina no tiene articulada una inserción estratégica en el mundo consistente con una visión de largo plazo de su economía.

Las principales críticas a estas recientes negociaciones son: i) la prioridad de obtener financiamiento de corto plazo, para aliviar sus dificultades de reservas internacionales, ii) la adjudicación directa de obras de infraestructura, sin licitaciones abiertas, transparentes y competitivas; iii) la falta de información sobre temas específicos de los acuerdos; iv) la escasa participación en las negociaciones de todas las partes involucradas (empresas, sindicatos, Brasil y los países regionales que se ven afectados); v) la falta de criterios para el desarrollo de proveedores locales y sistemas de compras estatales; vi) las facilidades otorgadas para la contratación de mano de obra china, y vii) la consolidación de nuestro vinculo comercial como exportador de materias primas e importador de bienes industriales. Para obtener los mejores logros la Argentina debe posicionarse con una visión de largo plazo, considerando al resto de nuestros socios comerciales, con coordinación público-privada y priorizando una estrategia de dinámica de cambio estructural de su patrón de especialización, que sostenga el desarrollo con inclusión creciente.

(*) Licenciado en Economía. Ex director Cepal, Naciones Unidas en la Argentina. / Prólogo del libro China de Horacio Busanello (Planeta). Profesor de la Universidad Torcuato Di Tella