Di Tella en los medios
Revista Ñ
4/07/15

Si hay imagen no hay olvido

Mirada histórica. En tres espacios de Buenos Aires se exhiben videos seleccionados de entre las tres mil piezas de la Colección Videobrasil.

La exposición Memorias imborrables es una oportunidad para conocer las obras de la colección de uno de los mejores archivos de videoarte del mundo: el de Videobrasil. El festival de video más conocido y antiguo de América Latina se fue construyendo durante más de 30 años, desde su inicio en 1983. Hoy una selección de su patrimonio –que reúne tres mil obras– puede verse por primera vez en nuestro país, en la exposición Memorias... Desarrollada en tres sedes –el Malba, la Embajada de Brasil y el Espacio de arte de la Universidad Torcuato Di Tella–, la muestra se fue inaugurando por etapas: primero el museo, luego la Embajada; resta la universidad.

Curada por Agustín Pérez Rubio –director artístico del Malba–, también estuvo presente en la inauguración de la exposición del museo la directora del festival, Solange Farkas. Exhibida en noviembre de 2014 en la impresionante sede del SESC Pompeia (San Pablo), ahora Memorias? llega a la Argentina: 14 trabajos más registros de performances y programas públicos realizados durante algunas de las ediciones del festival. Lo que caracteriza a la mayoría de los trabajos del patrimonio del festival es su intencionalidad histórica; su fuerte relación con las luchas y los reclamos sociales; su mirada crítica.

“Con la selección intenté ser fiel a la línea de Videobrasil, y a la cuestión política y social que el festival siempre muestra”, comenta Pérez Rubio. “Hay presentes una serie de artistas provenientes de puntos geopolíticos claves. A través de ellos me pregunté cómo intentan recrear la memoria y cómo reflejan los conflictos que ocurren alrededor.” El corralito de 2001 en nuestro país, el apartheid sudafricano, la guerra civil en el Líbano, el avance de las compañías petroleras sobre la Amazonia, el racismo, la discriminación por género, la esclavitud, la colonización, son temas que se presentan en estos trabajos –algunos, piezas históricas del lenguaje audiovisual– y que, en diferente medida, continúan vigentes.

El video más antiguo es de principios de los años 80: O sangue da terra, de Aurélio Michiles es un alucinante documental que el artista realizó con el pueblo Sateré Mawé en medio del Amazonas, en contra de la compañía petrolera francesa Elf Aquitaine, ¡sin siquiera tener una cámara propia! Analógica, por supuesto, la película fue hecha en U-matic, el primer formato de videocasete que estuvo a la venta.

El video más reciente es de 2013 –el excelente O samba do crioulo doido, de Luiz de Abreu–. Si se tiene en cuenta que entre uno y otro video hay tres décadas, es inmediata la reflexión sobre cómo algunos problemas políticos y sociales siguen sin solución aún tiempo después de haberse puesto en evidencia. También es notable en Memorias imborrables la cuestión del desarrollo técnico; los diferentes soportes con que cada uno de los videos fue realizado son indicadores, también, de diferentes períodos históricos. A pesar de que todas las obras están digitalizadas, existe un desafío que va más allá de esta muestra, y que se refiere a temas de conservación y restauración patrimonial técnica y digital: ¿cómo hacer para preservar las características de cada soporte de video? “Esto es fundamental para realizar una lectura histórica de las obras –comenta Farkas– ya que algunas están identificadas por los tipos de aparatos técnicos del momento en que fueron realizadas. Se trata de lo que podríamos llamar una arqueología de los medios”.


Rosângela Rennó, Vincent Carelli y Dominique Galois, Jonathas de Andrade, Liu Wei, Dan Halter, Sebastián Díaz Morales, León Ferrari y Ricardo Pons exhiben en el Malba. En la Embajada, Ayrson Heráclito y Danillo Barata, Enio Staub, Aurélio Michiles, una lectura-performance de Walid Raad, Coco Fusco, la keniana Ingrid Mwangi, y Luiz de Abreu. Por último, en la Universidad Torcuato Di Tella, Rabih Mroué, Akram Zaatari, Carlos Motta y Bouchra Khalili.

“En 1979 gané una beca para hacer un documental sobre la cultura guaraná entre los indios Sateré Mawé”, comentó alguna vez Michiles. “Fue mi vuelta a la Amazonia, donde nacieron mis padres. Entonces el jefe del grupo, Emilio, me dijo: Si vas a contar nuestra historia, que sea la que está pasando ahora: los ladrones están entrando por la ventana de nuestra casa”. Se refería a la compañía Elf Equitaine.

Inundaron la zona con centenares de hombres con químicos del “agente naranja” utilizado por los Estados Unidos durante la guerra de Vietnam. Emilio decía: ¿Cómo van a remover por debajo de la tierra sin pretender tocar lo que está sobre ella? “El petróleo es la sangre de la tierra”. Si bien el proyecto había sido pensado para ser filmado en 16 mm, tuvo que ser reemplazado por algo más práctico, la novedad de la época: el video-tape. También se ve en la obra la utilización del recurso del collage: textos, dibujos, recortes de diarios y fragmentos de otras películas.
Se debe a que Michiles no tenía una cámara propia: iba armándose sus propias pautas y archivo para completar el documental.

Un cartel: Movement of democracy. China. 1989. “Este es un recuerdo de cuando era un estudiante de segundo año en China –comenta una voz en off– 1989, el año en que casi me matan”. (El año de la masacre de Tiananmén). Otra imagen sigue: flores y mensajes escritos a mano. “No me siento con suerte por haber sobrevivido –cuenta la voz–. Al contrario, tengo una fuerte sensación de tristeza por mi incapacidad de hacer algo frente a la muerte”. Es Memorias inolvidables del artista chino Liu Wei, perteneciente a la corriente del Realismo cínico chino. El video expresa, primero, cómo el tema de la masacre de Tiananmén –realizada por el gobierno chino a los estudiantes que protestaban en esa plaza, con estimaciones que van desde los 800 a los 2.600 muertos, más 7.000 heridos– sigue siendo tabú. Pérez Rubio: “Liu ganó un premio en Videobrasil por su obra. El gobierno no lo dejó viajar para recibirlo ni tampoco percibir el dinero. Solange Farkas, cuando estuvo en ese país, intentó verlo. Fue imposible: todo intento fue clausurado. Liu Wei está más controlado que Ai Wei Wei”.

“Pienso que una acción política puede ser representada de múltiples maneras”, comenta Sebastián Díaz Morales, autor de Lucharemos hasta anular la ley, “aunque siempre es difícil encontrar un formato accesible que esté libre de clichés, que vaya más allá de lo informativo o lo documental”. Disociar la protesta de cualquier otra especificación: en la última sala del Malba, las imágenes casi abstractas del pueblo argentino post-2001 protestando frente a las puertas de los bancos. Un tratamiento del sonido especial, pocas selecciones. De repente, entre las personas golpeando las puertas de los bancos, se distingue una figura lenta, solemne: un cura de alta jerarquía eclesiástica; su capa negra. “Padre”, se lee como un rezo, “dígales que de acá no nos movemos.
Que no nos vamos a ir.”

Ficha
Memorias imborrables. Una mirada histórica sobre la Colección Videobrasil

Lugar: Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415
Fecha: hasta el 20 de agosto
Horario: jueves a lunes, 12 a 20
Lugar: Embajada de Brasil, Arroyo 1142
Fecha: hasta el 14 de agosto
Horario: lunes a viernes, 11 a 18
Lugar: Universidad Torcuato Di Tella, Av. Figueroa Alcorta 7350 
Fecha: desde el 17 de julio hasta el 14 de agosto
Horario: lunes a viernes, 15 a 19
Entrada: gratis en las tres sedes

Por Mercedes Pérez Bergliaffa
Publicado en: Arte
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