Di Tella en los medios
La Nacion.com
22/04/15

Los acuerdos con Rusia y China, en la mira del próximo presidente

Hacia el final de su gobierno Cristina Kirchner dejará firmados unos 60 acuerdos con China y Rusia, que marcarán el rumbo de los próximos años de la Argentina en materia de política exterior, salvo que haya un percance en el camino: que el próximo presidente decida dar por desterrados de un plumazo estos entendimientos o apunte a redefinir buena parte de la letra chica de muchos de esos convenios que tanta polémica despertaron.

El viaje de la Presidenta a Rusia para cerrar acuerdos con Vladimir Putin desató en Buenos Aires un debate de fondo: ¿El nuevo jefe del Estado estará dispuesto a anular los acuerdos firmados con otros países? ¿Podrá hacerlo sin ayuda del Congreso? ¿Si decide modificar lo que acordó Cristina Kirchner con Rusia y China generará inseguridad jurídica para los potenciales inversores externos?

Esos y otros interrogantes recorren por estas horas el espinel de los especialistas en política exterior de los diversos candidatos presidenciales. También generaron inquietud en el ámbito empresarial que ya cuestionó los acuerdos con China y ahora objetó lo que firmará la Presidenta en Moscú bajo libro cerrado.

Se estima que en los últimos dos años Cristina Kirchner firmó con su par de China Xi Jinping unos 43 acuerdos de los cuales sólo unos 23 fueron dados a conocer y el resto se mantienen en secreto. Al menos tres especialistas argentinos en temas de China, que no tienen nada que ver con la oposición, admitieron a LA NACION que les resulta muy difícil acceder a esos convenios por su secretismo. Con Rusia se firmarán otros 17 acuerdos cuya letra chica hasta ayer se mantenía bajo estricta reserva.

Un grupo de ex secretarios de energía cuestionó la semana pasada los alcances de los acuerdos que se firmarán con Rusia. De hecho, emitieron un duro documento que cuestiona la conveniencia de esos contratos. Apuntaban al convenio que Cristina y Putin sellarán hoy para que la gigante estatal Rosatom avance en la construcción de una nueva central nuclear con términos no especificados en la ley que regula al sector.

El ministro de Planificación Julio De Vido ratificó ayer en Moscú que firmarán dos convenios con Rosatom con la finalidad de avanzar en una sexta central, de uranio enriquecido, con transferencia de tecnología y financiamiento a tasas bajas.

Los cuestionamientos opositores a esta catarata de acuerdos firmados con Pekín y Moscú, algunos de los cuales se extenderán por 50 años como es el caso de la estación espacial de China en Neuquén, empezaron a crujir en los búnker de campaña de los candidatos a la Presidencia.

Mario Negri, el jefe de bancada de diputados radicales y un aliado al precandidato presidencial Ernesto Sanz objetó esos acuerdos y planteó abiertamente a LA NACION: "Nadie pretende quitarle seguridad jurídica a la Argentina. Pero hay acuerdos que se están firmando que desconocemos y merecerán ser analizados o eventualmente objetados por el próximo presidente".

Desde el Pro, el ex embajador en Estados Unidos Diego Guelar dijo que "el Gobierno se viene excediendo en sus facultades y, en algunos casos, incorporando clausulas secretas que impiden el debido control parlamentario". Por ello planteó la estrategia que podría tener Mauricio Macri si gana las elecciones: "trabajaremos junto a las autoridades Chinas y Rusas - ambos países son importantes socios de Argentina- para subsanar los defectos corregibles en el espíritu de honrar los compromisos externos contraídos", dijo.

Este mensaje quedó sellado también por el propio Macri en una carta reservada que le envió al embajador chino en Buenos Aires Yang Wanming hace 15 días donde le advirtió que si llega a la Casa Rosada podría revisar los acuerdos firmados por Cristina Kirchner. Macri apunta a dos ejes de esos convenios que causaron polémica en el empresariado. La intención de avanzar en obras de infraestructura con adjudicación directa y el ingreso irrestricto de mano de obra china.

El ex embajador argentino en China y asesor del socialismo a nivel nacional César Mayoral también advirtió que los acuerdos con China y Rusia se podrían incumplir por el próximo gobierno para evitar que el nuevo presidente herede una situación económica adversa y en inferioridad de condiciones con otros socios mundiales.

En el entorno de Daniel Scioli mantienen un sugestivo hermetismo cuando se plantea este espinoso tema. Quieren evitar una confrontación con la política exterior que fijo Cristina Kirchner aunque los especialistas en temas de política exterior de Scioli aclaran que el gobernador bonaerense mantendrá una buena relación con Estados Unidos y Europa como "socios tradicionales" de la Argentina en detrimento de la estrategia pro rusa y china que se planteó la Presidenta.

En rigor, parece ser que los actores de la política doméstica evalúan estos temas con mayor facilidad que la realpolitik internacional. Es decir, no analizan los costos que un movimiento en falso podría generar a futuro para la Argentina si no se hacen con cuidado.

El profesor de la Torcuato Di Tella y especialista en política exterior Juan Tokatlian pone esto en blanco y negro: "Los tratados son compromisos de Estado. Un tratado es un acuerdo que implica obligaciones jurídicas internacionales", dijo a LA NACION.

Tokatlian, al igual que otros académicos, coincide en que se pueden derogar convenios contraídos pero eso es muy complejo: es más fácil decirlo que hacerlo ya que si no se controla el Congreso el sólo control del Ejecutivo no significa que se pueden lograr coaliciones favorables en el Congreso para derogar tratados internacionales.

"Es más usual la continuidad que la denuncia de acuerdos de naturaleza internacional", sintetizó Tokatlian. Claro que en la Argentina lo inusual siempre supera a lo usual, al mismo tiempo que la realidad es superior a la ficción. Sino pregúntenle a Cristina Kirchner que ayer dijo que al llegar a Moscú dejó de nevar y salió el sol porque ella arribó a Rusia.

Por Martín Dinatale