Di Tella en los medios
Tiempo Argentino
16/04/15

"Hoy las tecnologías se vuelven religiosas: quieren perpetuarse"

El filósofo, crítico de arte y teórico de los medios Boris Groys visita por primera vez la Argentina

Reconocido internacionalmente desde hace tiempo, fue publicado en el país el año pasado. Ayer, en una entrevista pública, pasó revista a sus conceptos fundamentales en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. 

Es una estrella entre los pensadores del arte contemporáneo sobre todo en Alemania pero con reconocimiento mundial cuando se trata de buscar referentes para pensar las vanguardias, los nuevos medios y las sociedades a partir de la tecnología. Fue hasta el año pasado una cuenta pendiente de las editoriales argentinas hasta que Caja Negra editó Volverse público.
Las transformaciones del arte en el ágora contemporánea y, este año, Cruce Casa Editora acaba de publicar La posdata comunista, "un ensayo sobre la revolución comunista como transferencia de la sociedad desde el medio del dinero al medio de la lengua". Boris Groys filósofo, crítico de arte y teórico de los medios llegó ayer de madrugada por primera vez a la Argentina para encontrarse con sus lectores invitado por el Goethe-Institut, la Universidad Nacional de San Martín y la Universidad Torcuato Di Tella y, por la tarde, fue entrevistado públicamente por la investigadora Flavia Costa en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
Hijo de padres rusos nació en plena posguerra, en 1947, en la Alemania oriental. Pero pasó su niñez en la Unión Soviética. Dice que por causa de su mala salud no recuerda demasiado de aquellos años. “No tengo recuerdos muy claros, son más bien borrosos sobre mi niñez allí. Fui un niño muy enfermo y por esto no me permitían ir al colegio, así que mi infancia fue bastante atípica para un soviético”.
Activista de los círculos no oficiales de intelectuales y artistas de Moscú y la que por entonces se llamaba Leningrado (San Petersburgo) Groys emigró en 1981 a Alemania, donde se doctoró en filosofía: "Con respecto al momento al que me fui puedo decir que yo nunca decidí hacerlo sino que me pidieron que lo hiciera. En los años 70 comencé a publicar en Occidente sobre la escena artística de Moscú y Leningrado. Nadie sabía muy bien cómo funcionaba el sistema, al principio parecía que no había problemas, pero en cierto momento la KGB me acusó de estar haciendo actividad antisoviética.
O paraba de hacerlo o me tenía que ir. Yo no era una excepción a la regla, había muchas personas que publicaban en Occidente aún viviendo en la Unión Soviética." Entonces se fue. Y a partir de allí fue profesor de Estética, Historia del Arte y Teoría de los Medios en el Centro de Arte y Te c - nología de los Medios de Kalsruhe, ciudad en la que reside hasta que se muda a Nueva York para ser profesor de estudios rusos y eslavos en la New York University.
Sus estudios versan sobre el nuevo espacio público digital. ¿A qué desafíos se enfrenta la humanidad en tiempos de la era digital? ¿A qué se refiere cuando habla sobre la noción contemporánea de libertad, de guerras cibernéticas, del retorno de las religiones y sobre todo de la relación entre el arte y la política? Estas son sus líneas de trabajo.
Uno de los ensayos más jugosos del libro Volverse público se titula "La obligación del diseño de sí". “El diseño de las cosas que se presentan ante los ojos del sujeto que observa es fundamental para una comprensión del diseño. La forma última del diseño es, sin embargo, el diseño del sujeto. Los problemas del diseño son adecuadamente abordados solo si se le pregunta al sujeto cómo quiere manifestarse, qué forma quiere darse a sí mismo y cómo quiere presentarse ante la mirada del Otro. Esta cuestión surgió con gran claridad a comienzos del siglo xx, luego de que Nietzsche diagnosticara la muerte de Dios. Mientras Dios estaba vivo, el diseño del alma era más importante para la gente que el diseño del cuerpo. El cuerpo humano, así como su entorno, eran entendidos desde la perspectiva de la fe como una coraza que contiene el alma. Se creía que Dios era el único capaz de ver el alma. Se suponía que para él, el alma virtuosa, éticamente correcta, era hermosa, es decir, simple, transparente, bien formada, proporcionada y sin desfiguraciones de vicio alguno ni marcas de pasiones mundanas. En general, se ha pasado por alto que, en la tradición cristiana, la ética ha estado siempre subordinada a la estética, es decir, al diseño del alma. Las reglas éticas, como las reglas del ascetismo espiritual –de los ejercicios espirituales, de la educación del espíritu– tienen como objetivo principal servir al diseño del alma de manera tal que ella se vuelva aceptable a los ojos de Dios, para que le permita entrar al paraíso”, dice un fragmento. Es decir que según su línea de pensamiento la revolución en diseño que tuvo lugar a comienzos del siglo xx puede ser perfectamente caracterizada como la aplicación de las “reglas del diseño del alma” para el diseño de los objetos mundanos. Y Groys sostiene: “Con la muerte de Dios, el diseño se volvió el medio del alma, la revelación del sujeto oculto dentro del cuerpo del hombre. Por eso, el diseño adoptó una dimensión ética que no tenía antes. En el diseño, la ética se volvió estética; se volvió forma. Donde alguna vez estuvo la religión, ahí emergió el diseño.
El sujeto moderno tenía ahora una nueva obligación: la del autodiseño, la presentación estética como sujeto ético”, explica.
Hoy, en la era digital, donde cada quien forma su perfil público en redes sociales, profesionales, comparte fotos, videos pensamientos y se va “diseñando a sí mismo”, hasta hay sitios de Internet que han empezado a ofrecer la vida eterna creando avatares con logaritmos de inteligencia artificial. A esto Groys responde: "La pregunta es si las máquinas pueden ser inteligentes. Mi respuesta es que no, porque cualquier máquina, cualquier computadora puede apagarse.
Entonces una máquina que no puede resistirse a ser apagada no es inteligente, es estúpida. Estos programas que son subidos a un sitio no son subjetividades sino programas. Considero que el concepto de inteligencia y subjetividad están relacionados al concepto de muerte. El concepto de alma inmortal acunado por el cristianismo también es estúpido. Existe una analogía entre máquina y alma.
La máquina no puede morir porque puede ser actualizada por otras o reparada.
Entonces lo que estamos viendo es el fin de la secularización, el retorno a la religión , no en términos de futuro, sino en términos de eternidad, de inmortalidad. Entonces podemos afirmar que las tecnologías se vuelven cada vez más religiosas porque ambicionan este prolongarse en el futuro.
Es un movimiento continuo”. Pero Groys, detrás de las máquinas están las personas... -le comenta alguien en la sala de prensa- Y él responde con humor “No, es detrás de las personas que están las máquinas. Como verán, sigo siendo un marxista”. « 

La agenda de boris groys
Hoy: Las relaciones entre el arte y la política. Poder personal versus Poder institucional. Groys en diálogo con Claudio Ingerflom y Agustín Cosovschi. A las 17 en la UNSAM.
Campus Migueletes, 25 de Mayo y Francia. San Martín. Entrada libre Mañana: El arte como medio de verdad. Conferencia en el marco del "Simposio internacional Misterio- Ministerio". A las 18:30 en la Universidad Torcuato Di TellaAv. Figueroa Alcorta 7350, con inscripción.
Más información: www.goethe.de 
Publicado en: Cultura
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