Di Tella en los medios
Clarín
11/12/14

La resiliencia peronista le pone límites al kirchnerismo

De los varios mitos de esta década, pocos tan fantasiosos como el del dominio kirchnerista sobre el peronismo. Los presidentes Kirchner han sido repetidamente laudados como continuadores de Perón y Eva tanto como conductores indisputados del PJ, capaces de someterlo a su voluntad y llevarlo en la dirección que les placiera.

Sin embargo, ni Néstor ni Cristina Kirchner fueron nunca líderes indiscutidos del peronismo. Como mostramos con Marcos Novaro y Nicolás Cherny en un libro de reciente aparición, los intentos kirchneristas de sojuzgar a la dirigencia peronista chocaron, una y otra vez, contra los límites institucionales que protegen la autonomía de esa élite política. Cuando tras el choque con el duhaldismo en el congreso partidario de 2004 Kirchner dinamitó la conducción acordada y se lanzó a conquistar el liderazgo, el peronismo bonaerense se partió y una facción lo enfrentó en las elecciones de 2005. Cuando, tras su victoria en esos comicios, Kirchner buscó imponer candidatos propios para las elecciones de 2007, el gobernador Solá intentó su propia reelección y los intendentes bonaerenses resistieron la incorporación de piqueteros e izquierdistas en sus listas de diputados y concejales. Cuando en 2007 Kirchner insistió ubicando a Scioli para gobernador y habilitando listas colectoras en los municipios, la dirigencia peronista respondió movilizando más votos para intendentes y concejales que para la elección presidencial. Cuando en 2009 Kirchner redobló la apuesta colocándose junto a Scioli y Massa como candidato “testimonial”, los intendentes reaccionaron apostando en varias listas para diversificar su riesgo, lo cual resultó en la derrota del supuesto líder indiscutido, maniobra que replicaron en 2013 liderados por el ex “testimonial” Massa. Inclusive en 2011, cuando la Presidente impuso candidatos propios en las listas de diputados nacionales y provinciales, gobernadores e intendentes conservaron el control del resto de las candidaturas y movilizaron más votos para ellas que para las nacionales. Sostenida en el federalismo fiscal descentralizado que garantiza acceso a recursos para la movilización electoral local, la resiliente dirigencia peronista mantuvo así su autonomía y fue el eficaz límite interno a la voluntad hegemónica del kirchnerismo.

(*) Politólogo. Profesor de la Universidad Torcuato Di Tella. Investigador CONICET