Di Tella en los medios
Diario Perfil
6/12/14

El 40% de los hogares sufrió un delito en 2014 y la mayoría fue con violencia

Por Sebastián Galiani

Un relevamiento de la UTDT refleja que desde 1990 los crímenes contra las personas no dejan de aumentar, en períodos de crisis o de recuperación. La Policía Metropolitana ayudo a moderar la curva en la CABA.

Si uno estudia la evolución de los delitos contra las personas entre 1991 y 2010 descubrirá que éstos subieron constantemente. Durante los años 90 aumentaron el desempleo, la desigualdad y la pobreza, pero ello se revirtió tras la recuperación de la crisis de 2001-2002. ¿Por qué el crimen siguió aumentando desde que la economía se recuperó? Esto es difícil de responder por varios motivos.

En primer lugar, en Argentina es muy difícil hacer un diagnóstico acabado de la evolución de la incidencia y prevalencia del crimen en los últimos años por la falta de disponibilidad de datos estadísticos. La principal fuente de información para un análisis del sector son los datos de los registros de la policía: las denuncias. Sin embargo, en Argentina la información sobre delitos no se publica en forma periódica, y no contamos con estadísticas oficiales sistemáticas desde 2010. La otra fuente de información que se utiliza en general para complementar los registros administrativos de la policía en el análisis del sector son las encuestas de victimización. Estas encuestas miden el porcentaje de personas que dicen haber sufrido actos de violencia en los últimos doce meses. Actualmente en la Argentina la falta de disponibilidad de datos oficiales transforma a la encuesta de victimización que realiza el Laboratorio de Investigaciones sobre Crimen, Instituciones y Políticas (Licip) de la Universidad Torcuato Di Tella en un instrumento muy importante para saber que está pasando en materia de seguridad en Argentina. La encuesta que realiza el Licip es la única del país que permite generar un indicador de inseguridad mensual para un período extendido que llega a la actualidad.

Los números hablan. En uno de los gráficos que acompaña esta nota podemos ver la evolución del índice de victimización (IVI) para todo el país. El IVI mide el porcentaje de hogares que declararon haber sufrido por lo menos un delito en los últimos doce meses. En marzo de 2008, el 28% de los hogares indicó haber sufrido por lo menos un delito. Las últimas mediciones de junio y julio del presente año ubican al mismo indicador alrededor del 37%. Esto implica un incremento de nueve puntos porcentuales en seis años. En todos los casos graficamos medias móviles, es decir, cada dato corresponde al promedio de las últimas doce mediciones. De esta forma se suavizan las fluctuaciones de plazos cortos, resaltando así las tendencias o ciclos de plazos más largos. Por otro lado, aproximadamente el 60% de los hogares que sufrieron por lo menos un delito considera que fue violento. Analizando ahora las distintas regiones del país, podemos ver que ambos indicadores presentan un comportamiento particular para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y para los partidos del Gran Buenos Aires (GBA). En primer lugar, el IVI ha alcanzado cierta estabilidad para el caso de la CABA, mientras que para el GBA ha mantenido su tendencia ascendente durante todo el período en estudio. En el gráfico también se observa que a comienzos del segundo trimestre del año 2013 el IVI correspondiente a la CABA comienza a caer para luego subir levemente a comienzos del presente año. En cambio, para el GBA la evolución del mismo indicador presenta una tendencia creciente durante todo el período. Por otro lado, el IVI muestra un crecimiento mayor para el interior del país. A comienzos de 2008 el IVI para el interior del país se encontraba aproximadamente cinco puntos por debajo del IVI correspondiente al GBA, mientras hoy parece haber alcanzado valores similares a los observados para los partidos del Gran Buenos Aires.

Falta de datos. De los datos anteriores, los únicos disponibles con una metodología comparable a lo largo del tiempo para el país, surgen muchas preguntas sobre las cuales es necesario profundizar. Por ejemplo la tendencia diferencial en CABA respecto del GBA y el resto del país habría que analizarla rigurosamente y contrastarla con las tendencias de los datos administrativos de crimen. Puede ser que las mejoras se deban al impacto de la reorganización de la policía en CABA, con mejoras en su equipamiento y modernización que podría haber resultado tras la introducción de la Policía Metropolitana. Ello sería posible dado que el fenómeno de la inseguridad es complejo y multicausal y la presencia de fuerzas policiales capacitadas y motivadas tiene un rol importante en la reducción del crimen.

En la última década, en Argentina observamos grandes deficiencias en el Sistema Estadístico Nacional (que incluye no sólo las estadísticas de crimen, sino también las de inflación, pobreza, empleo, cuentas nacionales, entre otras). En particular en el ámbito de la seguridad ciudadana, el problema de la delincuencia parece estar agravándose según los datos disponibles, y constituye la mayor preocupación de la población en las encuestas de opinión.

(*) Profesor de Economía, Universidad de Maryland. Director del LICIP, Universidad Torcuato Di Tella.