Di Tella en los medios
Clarín
27/11/14

Eran la minoría, son la norma

Por Claudia Romero

La gran mayoría de los alumnos de la secundaria termina el año sin aprobarlo, con asignaturas pendientes. Cuando las clases terminan, entre tres y cuatro de cada diez chicos completaron el año aprobando todas las materias; el resto deberá pasar por los períodos de evaluación de diciembre y de marzo para promover al año siguiente y sólo un poco más de la mitad de ellos lo logrará. Esta tendencia crece cada año y se va naturalizando. Históricamente los que “se llevaban materias” eran una minoría, hoy es la norma.

Las asignaturas pendientes no son precisamente las laterales sino las centrales: Lengua y Matemática, las grandes materias instrumentales del currículum encabezan hoy el ranking de materias no aprobadas, lo que habla de la seriedad del problema.

Varias estrategias se pusieron en marcha en estos años para tratar de evitar que la acumulación de materias pendientes termine en repitencia y luego en abandono de la escuela. Aumentar la cantidad de materias que los chicos pueden llevarse para pasar de año, fraccionar los exámenes de las asignaturas pendientes en pequeñas evaluaciones distribuidas en el tiempo, son algunos de los caminos sinuosos que más que salidas al problema representan atajos, parches, que lo esconden.

La gran asignatura pendiente es la reestructuración profunda del régimen académico de la secundaria, sus sistemas de evaluación y promoción, para que propicien aprendizajes significativos durante el ciclo lectivo y a cargo de la escuela. Esa es la tarea urgente.

(*) Directora del área de Educación de la Universidad Torcuato Di Tella