Di Tella en los medios
La Prensa
29/10/14

Hay un peligroso ajuste global de precios

Por Germán Fermo

Estaba dando una charla en estos días y justamente discutía que probablemente el evento más significativo en el futuro cercano será la implementación de QEI (programa de estímulo monetario) en la eurozona y su impacto en el equilibrio global. Una forma de resumir lo acontecido desde el 2007 hasta inicios del 2012 es que la debilidad del dólar generó un trade global clásico y muy rentable: comprar activos reales y salir del dólar. Sin embargo, ya desde el 2012 se veía claramente como el dólar a pesar de enfrentar una curva de yields colapsada comenzaba a capturar la mejoría relativa de la economía esatdounidense y por lo tanto se observó una apreciación contra el resto de las monedas y commodities. Lo que por el periodo 2007/2011 fue un clásico: largo commodities, short dólar se comienza a revertir y aquéllos que antes compraban monedas locales o commodities contra el dólar ahora te venden monedas locales o commodities y te compran dólares en varias de sus formas, una de ellas acciones estadounidenses lisa y llanamente. Por lo tanto, si uno grafica la evolución del índice S&P desde el 2012 contra ETFs de emergentes, commodities o monedas locales, la dinámica no podría ser más contundente: el S&P voló por el aire y el resto fue masacrado en términos relativos.

Lo interesante es que todo esto ocurrió en un contexto de tasas muy bajas en Estados Unidos y la pregunta es ¿por qué?. La respuesta parecería se sencilla: es cierto que la curva de yields en USA está casi en mínimos históricos, perotamWén ocurre lo mismo en Japón y en Europa. Entonces: en un mundo de palomas, el menos paloma termina siendo el halcón. Y esta frase lejos está de ser un trabalenguas: desde mayo del 2014 a pesar de ver una curva de tasas en USA que no para de bajar, observamos una muy clara apreciación del dólar contra el euro.

Obviamente que con ambas curvas en colapso lo que importa es quien imprimirá más a futuro y parecería que la Fed estaría cerrando el grifo de QEIII mientras que ahora el impredecible Banco Central Europeo comenzaría con su propia versión de misil monetario, un QEI en euros, que a esta altura nadie termina de comprender bien qué es. Lo cierto es que si el euro entra en una fase de depreciación sostenida digamos, en los próximos dos años, la presión descendente sobre commodities y monedas emergentes quizá esté para quedarse por un tiempo más largo de lo que cualquier economía emergente exportadora de commodities desearía.

Si el euro sigue depreciándose contra el dólar, el mundo enfrentará un claro cambio de numerario y en consecuencia todos los activos del mundo, sin excepción se ajustarán. El mundo entero está actualmente en una clara parábola de precios en donde todo parecería querer volver a inicios de la crisis por junio del 2007. Basta con observar al dólar australiano, o al canadiense o al yen para ver una tendencia de precios en donde muchos ya están a niveles del 2007 o sea, no es que el dólar se va a apreciar,' ya lo vino haciendo desde inicios del 2012.
Todo vuelve en los mercados financieros, nada es eterno y los árboles no crecen hasta el infinito. Tengo la sensación de que el euro está condenando a hacer 1000 pips más hacia abajo. La pregunta relevante no creo que sea cuánto se depreciará el euro sino qué tan rápido lo hará y eso lamentablemente dependerá de un BCE que no está ni cerca de tener el prestigio y contundencia de la Fed. Frente a un QEI en Europa, el gran desafío del BCE será llevar en cámara lenta al mercado a un nuevo y muy diferente nivel de precios relativos. Será clave entonces, que tal como lo hizo Bemanke por cinco años, el BCE sea capaz de darle tiempo al equilibrio general de que se ajuste a un nueva realidad con un dólar mucho más firme frente al euro. Pero si esta depreciación se desordena y gana velocidad, tendremos a más de un país emergente sintiendo en su economía real los impactos de una debilidad de commodities causada por la depreciación acelerada del euro.

Parecería quedar claro que el gran desafío del BCE es reajustar el valor del euro frente a todos los activos y la pregunta será si Draghi podrá estar a la altura de un Ben Bemanke. Fingers crossed: los activos financieros probablemente comiencen a depender mucho más del BCE que de la Fed y eso en sí mismo es un enorme signo de preguntas, el ancla de riesgo comienza a girar hacia el otro lado del Atlántico.
Insisto, no es trivial un cambio en la tendencia de cotización del dólar frente al euro.

(*) Director de MacroFinance y de la maestría en Finanzas de la Torcuato Di Tella 
Publicado en: Economía
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