Di Tella en los medios
Río Negro online
23/10/14

Con Dilma, igual; con Aécio, casi igual

ELECCIONES EN BRASIL. Si Dilma mantiene el poder, cero cambio.Pero si el triunfo es para Aécio, mudanzas suaves. Nada de un antes y un después.

Por estas colectoras marchan las opiniones de diplomáticos, políticos y académicos respecto de cómo influirá el resultado de las elecciones presidenciales del Brasil en las relaciones con la Argentina.

-Es mucho lo logrado en democracia en relación con sincerar y oxigenar el vínculo, restarle sospechas, malentendidos, desconfianzas- señala a "Río Negro" el excanciller Oscar Camilión y exembajador en Brasilia. En estas funciones, durante los primeros años del régimen militar último, aceitó con serenidad de orfebre el Acuerdo Tripartito con Brasil y Paraguay para el uso energético de las cuencas de los ríos que dividen a los tres países. Una labor que irritó a amplios bolsones del nacionalismo argentino.

-Brasil es dúctil, tiene mucha plasticidad para hacer de la política exterior una herramienta eficiente a sus intereses nacionales. Pasan los gobiernos, pero las metas siguen siendo las mismas: negocios, inversiones. Colocar las diferencias ideológicas en la banquina... Mantener buena relación con Estados Unidos, pero sin renunciar a su personalidad... Claro, con la Argentina hay diferencias de volúmenes: Brasil es la séptima economía del mundo, huelgan las palabras. En consecuencia, seguiremos teniendo diferencias arancelarias y otras, como el déficit crónico de nuestra balanza comercial con Brasil... Pero el resto, con Dilma o Aécio, lo ya logrado o muy parecido -sentencia Camilión, quien a los 26 años fue subsecretario de Relaciones Exteriores del presidente Arturo Frondizi.

Brasileña, historiadora, profesora de Política Internacional en la Universidad Torcuato Di Tella y profesora visitante en las universidades estadounidenses Stanford y Harvard, Mónica Hirst vive desde hace 30 años en la Argentina. Y es, en el campo de la reflexión sobre las relaciones Brasil - Argentina, una de las fuentes más calificadas que hay en el país.

-Coincido con Camilión en que es mucho lo logrado a favor del vínculo. Una tarea que abonaron criteriosamente los presidentes Raúl Alfonsín y José Sarney. Lo interesante de lo logrado es la amplitud de vínculos que lo sostienen. Es decir, esa construcción ya no depende solamente de lo que hacen los dos gobiernos y sus agencias. Se consolida a través de infinitos lazos que surgen desde las mismas sociedades, de los movimientos sociales de uno y otro país, del plano cultural, académico, etc., etc. Hay un tejido inmenso que fortalece, desde esos espacios, el vínculo de manera creciente. Creo que si Dilma mantiene la presidencia, nada cambiará en cómo alimentar la relación...

-¿Y si gana Aécio? -pregunta este diario.

-Creo que si mantiene lo dicho es dable esperar, retroalimentará los vínculos con la Comunidad Europea y Estados Unidos. Y para el caso de la Argentina, no va a desalentar los lazos que emergen desde esos espacios sociales de lo que hable. Pero que la relación sea de gobierno a gobierno, muy centrada en lo comercial de corto plazo, de hechos concretos. Pero no me imagino que, aun en esa línea, ponga en situación crítica todo lo logrado en estos 30 años últimos.

Rosendo Fraga coincide con esta mirada.

-Lo logrado, logrado está. Es mucho y positivo -sostiene el director de Nueva Mayoría. Pero a renglón seguido advierte:

-Si gana Aécio, hay que computar que prometió "flexibilizar" el Mercosur...

-Pero el Mercosur si no está muerto, está orillando el coma...

-Pero con el "flexibilizar", Aécio está emitiendo un mensaje: con él en la presidencia, Brasil no descarta ampliar, por fuera de esa organización, acuerdos comerciales y más acuerdos. Pero no será un camino, una decisión inmediata, no bien se asume el gobierno. Brasil tiene una característica para el manejo de sus relaciones exteriores: los dos tiempos... avanza cautelosamente, luego imprime mayor velocidad... Es un viejo estilo de Itamaraty (cancillería brasileña)... Y sabemos otra cuestión a no olvidar si gana Aécio: no le gustan los términos con que Dilma maneja decisiones de la Argentina -restricciones concretamente-, al comercio bilateral... Pero sí, más allá de cuestiones puntuales e importantes, desde ya, no hay razones para creer que con Aécio en la presidencia se arroje por la borda el buen vínculo que mantienen los dos países -cierra Rosendo Fraga.

Un logro impecable, fruto de la madurez de ambos países.

Por Carlos Torrengo