Di Tella en los medios
Ámbito Financiero
6/10/14

"Los ciclos fiscales son fuente de inestabilidad"

Lo señala Andrés Neumeyer, de la Universidad Di Tella. “Si alguien dice que puede estimar dólar con exactitud, miente”.

Acertar el valor del dólar (cualquiera de sus variantes) para fin de año es una misión imposible. "Si alguien te dice que lo puede estimar con exactitud, miente", señala Andrés Neumeyer. Doctorado en la Universidad de Columbia y hoy director del Departamento de Economía de la Torcuato Di Tella, habló con Ámbito Financiero de las particularidades por las que atraviesa el país. "El déficit fiscal que tiene que financiar el Gobierno en lo que queda del año es muy grande y hay muchas dudas si el BCRA lo financiará emitiendo deuda o emitiendo dinero", señala. Agrega que "si el mercado percibe que se elegirá la primera opción el peso se apreciará, mientras que la emisión lisa y llana de pesos para financiar el déficit resultará en una depreciación mayor". Neumeyer se especializó en trabajos en el campo de la macroeconomía, el desarrollo y las finanzas internacionales que fueron publicados en American Economic Review, Journal of Monetary Economics y Econométrica. Concluye señalando que "una constante en nuestra historia es que la sociedad parecería no apreciar los beneficios de tener una política fiscal equilibrada". 

Periodista: ¿Cómo ve el dólar en lo que resta del año?

Andrés Neumeyer: 
El precio del dólar es sumamente volátil, reflejando la incertidumbre general que hay en la economía. El déficit fiscal que tiene que financiar el Gobierno en lo que queda del año es muy grande y hay muchas dudas si el BCRA lo financiará emitiendo deuda o emitiendo dinero. Si el mercado percibe que se elegirá la primera opción el peso se apreciará, mientras que la emisión lisa y llana de pesos para financiar el déficit resultará en una depreciación mayor del peso.

P.: De base, el problema es fiscal.

A.N.:
 Los ciclos fiscales son una importante fuente de inestabilidad macroeconómica en la Argentina. Las crisis financieras, inflacionarias y las recesiones más importantes de los últimos 50 años estuvieron acompañadas de fuertes crisis fiscales. Obviamente una cosa en la que la Argentina falla es en mantener presupuestos equilibrados de manera sostenida. Es nuestra falla como sociedad. Tenemos déficits fiscales que terminan en default cuando se financian con deuda o con inflación cuando se financian con dinero. Después hay un ajuste fiscal forzado, típicamente logrado bajando el valor real de los salarios en el sector público y de las jubilaciones, superávit, recuperación económica y volvemos a lo mismo. La famosa crisis del país cada diez años. Es el fracaso nuestro como sociedad. En la primera nota que publiqué en el blog Foco Económico justamente escribí sobre la importancia de terminar con estos ciclos fiscales.

P.: Pero hay conexión entre los términos de intercambio y el déficit fiscal.

A.N.: 
Tenés razón. Hay relación entre el precio de nuestras exportaciones y los ciclos fiscales. La Argentina exporta principalmente bienes primarios. Cuando sus precios son altos, el país es más rico, crece la demanda agregada y ello se traduce en demanda de trabajo más alta derivada de la mayor demanda de bienes. Son períodos de auge: aumentan el empleo y el salario real, se aprecia el tipo de cambio y los impuestos a las exportaciones y la mayor actividad económica engrosan las arcas del Estado. Cuando pasa lo contrario, como ahora, ocurre al revés. Se contrae la demanda agregada, caen el empleo y el salario real, necesitás una devaluación real, y caen los ingresos fiscales. Esta situación genera conflictos que la Argentina no maneja bien.

P.: ¿Cuál sería hoy el valor del dólar?

A.N.:
 Si alguien te dice que lo puede estimar con exactitud, miente. Una variable fundamental en su determinación es la oferta monetaria futura esperada por el público. 

P.: ¿Qué herencia le dejará el Gobierno a quien gane las elecciones presidenciales de 2015?

A.N.: 
Parecería que es cada vez más compleja. A la fase descendente del ciclo de los bienes primarios hay que agregarle que el déficit fiscal se está agrandando, y que las distorsiones de precios relativos también se agrandan. Me refiero al ajuste de los precios de la energía y el del tipo de cambio real oficial. 

P.: ¿Puede llegar sin grandes sobresaltos la economía al cambio de Gobierno?

A.N.: 
El panorama general de la macro argentina es de gran incertidumbre. El BCRA puede financiar al Tesoro con deuda o con emisión de dinero. En enero se puede arreglar tema con los holdouts o no. El Gobierno puede sacar subsidios a la energía porque son caros o los deja, el Gobierno ajusta el tipo de cambio nominal oficial o no. Algunos temen situaciones apocalípticas, pero no sabemos lo que va a pasar. Esperemos que el Gobierno sepa evitarlas.

P.: El precio de los bonos refleja que la Argentina arreglará la deuda en default en enero o si no que lo hará el próximo Gobierno...

A.N.: 
Exacto. La gente sabe que la probabilidad de que la Argentina pague es alta. 

P.: ¿Juzga peligroso el mayor endeudamiento del BCRA vía Lebac?

A.N.:
 Eventualmente es como una bola de nieve. Es un riesgo a la economía. Es deuda que vence cada mes y tiene una tasa interés nominal que depende de expectativas de inflación. Si la deuda pública (incluyendo la del BCRA) en pesos se hace importante, la situación es delicada y se presta a profecías autocumplidas. Una tasa de inflación esperada alta lleva a tasas de interés nominales altas que alimentan el crecimiento de la deuda, de la emisión y de la inflación. Es un círculo vicioso. La solución a este problema en 1990 fue el plan Bonex, que convirtió deuda de corto plazo del BCRA en bonos en dólares a largo plazo. 

P.: Los errores se pueden repetir.

A.N.:
 Me parece que la historia no se repite. El mundo es distinto; la gente es distinta. No creo que haya determinismo histórico y no creo que volvamos a tener algo como el plan Bonex. No quiero decir que no podamos aprender de la historia, todo lo contrario. Una constante en nuestra historia es que la sociedad argentina parecería no apreciar los beneficios de tener una política fiscal equilibrada.

Por Guillermo Laborda