Di Tella en los medios
La Nación
26/08/14

Las instituciones, claves para el desarrollo

En el marco de la Convención, el panel sobre política atrajo todas las miradas. Se debatió sobre los factores naturales y culturales que influyen en el crecimiento de las naciones, pero se puso especial énfasis en los institucionlaes.

Con la moderación del analista político Sergio Berensztein, por la tarde tuvo lugar el panel político, que abordó el tema "La nueva institucionalidad para la democracia argentina". En primer lugar, el politólogo de la Universidad Nacional de San Martín, Sebastián Mazzuca, planteó durante su exposición que, en principio, "el desarrollo económico no tiene misterio", ya que desde la década de 1960 a esta parte los economistas saben que se trata de invertir e innovar. Sin embargo, desde entonces, el debate intelectual se ha centrado en los factores que promueven la inversión y la innovación tecnológica, que se agrupan en tres grandes clases: la geografía, la cultura y las instituciones.

Dentro del factor geografía, se engloba la dotación de recursos naturales (lo que podría denominarse "capital natural"), la ecología y el clima. "La geografía, como factor que explica el desarrollo de las naciones, es muy cuestionable", sostuvo Mazzuca, ya que las grandes riquezas naturales pueden ser una bendición (como en el caso de Noruega) o una maldición (como sucede en Nigeria). Por otra parte, los países pobres son todos de clima tropical, es decir, de temperaturas benignas.

En tanto, el factor cultura abarca la religión y el llamado "capital social" de los países. En materia religiosa, Mazzuca repasó los conceptos del sociólogo Max Weber, quien destacó el rol de la ética protestante en la promoción del esfuerzo, la innovación y el ahorro de las naciones. "El protestantismo se caracteriza por ser una religión con menos énfasis en el más allá, más mundana y esto habría impactado en el desarrollo de los países en los que predomina", explicó Mazzuca. Sin embargo, países predominantemente católicos como Francia, España y Portugal, dejando de lado la última crisis internacional, también lograron alcanzar un sendero de desarrollo. Otro factor cultural es el capital social, es decir, el entramado de relaciones de confianza y crédito que se establece entre los conciudadanos de un país.

"Los factores geografía y cultura, si bien jugaron algún rol en el pasado, actualmente son muy cuestionados como variables explicativas del desarrollo económico sostenido de las naciones", consideró Mazzuca, quien pasó a referirse a la tercera gran clase: las instituciones, concepto en el que se engloba "todo lo demás", es decir, las reglas generales o fuentes de incentivos que rigen la convivencia dentro de una nación y que llevan a que sus habitantes cooperen, compitan o inviertan. "Corea del Sur y Corea del Norte son idénticas en
términos culturales y religiosos pero se diferencian por sus instituciones: mientras la primera es una democracia capitalista, la segunda es una dictadura comunista", ilustró.

En contraposición a los arreglos institucionales, las sociedades pueden regirse también a través de sistemas de privilegios o directamente mediante la fuerza. El académico recordó que el Estado se define como "el monopolio de la violencia". "Sin Estado, no hay orden, y sin orden no existe inversión", sintetizó y agregó: "el desarrollo es intensivo en el empleo de instituciones", justo aquello en que "anda mal la Argentina".

A continuación, clasificó a las instituciones en dos grandes grupos: las de acceso al poder (democracia versus dictadura) y las de ejercicio del poder. "El problema histórico de ' la Argentina son las instituciones de
ejercicio del poder", sostuvo. Las instituciones de ejercicio del poder, a su vez, pueden clasificarse en las vinculadas a la división de poderes y aquellas asociadas a la burocracia. "Aunque el término burocracia haya adquirido una connotación negativa, se trata de un arreglo institucional crucial para la creación de bienes públicos, que se contrapone con el patrimonialismo, que crea bienes privados o partidarios", explicó.

Por último, Mazzuca estableció dos dimensiones del ejercicio del poder: la concentración y la apropiación. Cuando la concentración en el ejercicio del poder es elevada, existe un mal diseño de las políticas públicas. En tanto, si la apropiación en el ejercicio del poder es excesiva, lo que falla es la implementa-ción de dichas políticas. Cuando se conjugan ambos males (alta concentración y elevada apropiación), se generan hegemonías presidenciales predatorias, como, según Mazzuca, sucede en la Argentina.

Luego fue el turno de la exposición del politólogo y profesor de la Universidad Torcuato Di Telia Mariano Turzi, quien abordó el plano internacional. "El orden internacional ha cambiado", dijo e identificó varias tendencias del poder a escala mundial. En primer lugar, el poder internacional ha cambiado su distribución entre los estados, pasando a ser de una creciente multipolaridad, con países como China, Brasil, India y Rusia con creciente protagonismo. Además, la difusión del poder ha mutado: los estados ya no controlan todas las áreas del desarrollo, ya que empresas y organizaciones no gubernamentales también llevan a cabo políticas que podrían ser calificadas como "de desarrollo". Una tercera tendencia es la creciente interdependencia global. En tiempos de redes sociales, existen más conexiones, a más velocidad y con más impacto.

"La Argentina está al margen de la comprensión de estas tendencias", consideró Turzi, paraquien el país interpreta mal el rol de China del mismo modo que en el pasado comprendió erróneamente el papel de los Estados Unidos. "El país viró al aislamiento", opinó, y agregó: "la manera de comprender el mundo condiciona la inserción del país: la Argentina se cierra a la llamada Patria grande cuando no existe tal antinomia". Ante este panorama, Turzi resaltó que "si el país no se integra al mundo, de todos modos, el mundo lo integrará, pero lo hará a través de males públicos globales como las redes criminales mundiales". Para evitar este último escenario, llamó a aprovechar la oportunidad de prosperidad que ofrece una buena inserción internacional pero, también a procurar una correcta relación con el mundo "por un imperativo de seguridad". "La globali-zación conlleva oportunidades y riesgos", resaltó. "La voluntad de conflicto permanente por parte del Gobierno genera una seguidilla de oportunidades perdidas", concluyó.
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