Di Tella en los medios
Ámbito Financiero
25/08/14

"La Argentina es el peor ejemplo por la falta de independencia del Central"

Lo dijo Finn Fydland en una cumbre de Nobel de economía. "Si no hace lo que gobierno quiere, remueven presidente"

Lindau, Alemania - "Parece no haber importancia en el largo plazo por parte del Gobierno argentino, y es éste el que importa. Éste es el punto que se tiene en cuenta para el comportamiento de inversión". Así lo sostuvo Finn Kydland, economista noruego que enseña en la Universidad de California en Santa Bárbara (también lo hizo durante varios años en la Carnegie Mellon), que ganó el premio Nobel de Economía en 2004.

"Bostero" por definición, tal como se caracterizó frente a esta periodista, aseguró haber ido a la Bombonera más de ocho veces, incluso la última vez que Diego Maradona jugó en este equipo. Fue profesor visitante de la Universidad Torcuato Di Tella, hecho que lo acercó a la realidad argentina.

Presente en esta ciudad para el "5° Meeting on Economic Sciences", un encuentro de premios Nobel de Economía donde estuvieron también Joseph Stiglitz, Edmund Phelps, Eric Maskin, entre otros, que concluyó el sábado, Kydland criticó la falta de independencia del Banco Central argentino. "Es el peor ejemplo", definió.

De perfil bajo y temple tranquilo, Kydland se sentó a la entrevista en una de las mesas dispuestas en el Inselahalle de esta ciudad e hizo un repaso de sus orígenes en una zona rural en Noruega, en una familia donde fue el único que estudió de sus seis hermanos. "Cuando estaba en la escuela no tenía idea de que existía un campo que fuera Economía. Como era bueno en matemáticas, pensé que lo natural sería ser ingeniero", recordó.

Periodista: Usted escribió un paper sobre la economía argentina en la década de 1980 y lo llamó "La década perdida". Hoy el Gobierno llama a los últimos años "La década ganada". ¿Cómo ve la economía argentina hoy?

Finn Kydland:
 Parece haber muchos problemas. Es verdad que luego del segundo período de recesión más intenso en la historia, de 1998 a 2002, aparentemente les fue muy bien. Pero tuvieron suerte porque los precios de los commodities subieron bastante. Pero aún es insuficiente, bajo parámetros normales, la inversión en capacidad productiva futura. Entonces, con una baja en los precios de las materias primas como hemos visto recientemente, no les va tan bien. Es interesante ver al Gobierno argentino en acción con medidas una y otra vez muy de corto plazo. Parece no haber importancia en el largo plazo, y es éste el que importa. Es el que tienen en cuenta para el comportamiento de inversión, en nueva tecnología.

P.: ¿Qué piensa sobre la deuda y los fondos buitres? ¿Es acertada la decisión de reapertura del canje?

F. K.: 
A decir verdad, es un tema que no he seguido de cerca. Y de hecho, aún no sabía de la noticia que me acaba de decir sobre el nuevo canje.

P.: Mencionó ayer en su ponencia que la Argentina sufre de la enfermedad de inconsistencia en el tiempo. ¿A qué se refiere?

F.K.:
 En la práctica, implica la tentación de tomar más decisiones basadas más en el corto plazo que en el largo. Y la Argentina lo hizo muchas veces. El largo plazo es mucho más importante que el corto. Si el Gobierno se ve tentado a hacerlo, sobre todo una y otra vez, entonces no es bueno y las cosas se tornan bastante malas para la sociedad.

P.: ¿Cuál es la política que considera más importante a la que no habría que despegarse?

F.K.:
 La principal implicancia que más se menciona es la de los beneficios de tener un banco central independiente, aislado de las decisiones del Gobierno, como el Bundesbank.

P.: Entonces la Argentina no estaría entre los mejores alumnos.

F.K.: 
No, el caso argentino es el peor ejemplo. Es los bancos centrales más independientes los presidentes duran por largos plazos, que van más allá de quién esté en el poder político en ese momento. En la Reserva Federal han llegado a estar por hasta 12 años. De hecho, Janet Yellen es la séptima desde 1950. Sólo para tener una idea, fui a Wikipedia y busqué datos sobre la Argentina. Desde 1945, ¿cuántos cree que hubo? Fueron 54.

P.: ¿Eso es contando el actual, Juan Carlos Fábrega?

F.K.:
 No, no sabía que habían cambiado nuevamente en noviembre. Entonces son 55. Ésa es una señal de que el banco central argentino no es independiente. Si no hacen lo que el Gobierno quiere, son removidos. 

P.: Fue el único que fue a la escuela de su familia, en Noruega, en una zona rural.

F.K.:
 Siempre me interesó aprender. En la escuela primaria, en matemática, los maestros nos dejaban ir a nuestro ritmo entonces iba adelantado uno o dos años respecto de mis compañeros. Me parecía obvio que iba a ir a la escuela secundaria. Pero para hacerlo, me tuve que mudar de mi casa y alquilar una habitación en una casa, porque era muy lejos de donde vivía con mis padres. Y la escuela secundaria resultó ser muy buena. Para mí era obvio que continuaría.

P.: ¿Se sintió diferente de otros?

F.K.:
 Nunca sentí que quería saber más que otros. Simplemente me resultaba fácil aprender, sobre todo en matemáticas. En ese momento no tenía idea de que existía un campo que fuera Economía. Como era bueno en matemáticas, pensé que lo natural sería ser ingeniero. Pero luego me tomé un año para pensar. Justo había faltante de maestros en la escuela primaria, entonces enseñé un tiempo. Fui a la escuela de negocios y tuve la suerte de cruzarme con alguien que yo reconozco como mi mentor: fue tan importante para mí que de hecho, cuando llegó el Nobel de Economía y me dijeron que tenía sólo 15 invitaciones, si bien tengo una familia bastante grande, sabía que él tenía que estar entre mis invitados. Fue crucial para mí.

Por María Iglesia