Di Tella en los medios
La Nación
14/07/14

Las encuestas, insumo vital para el diseño de políticas de seguridad

Por Ernesto Schargrodsky

En los últimos años, la inseguridad se ha transformado en una de las principales preocupaciones de nuestra sociedad. Es un problema complejo, con muchas aristas, pero no imposible de resolver. Varios países y ciudades, tanto en el mundo desarrollado como en América latina, han logrado reducir el delito. Estas experiencias exitosas, por ejemplo las de Medellín, Bogotá o San Pablo, muestran como elementos comunes haber atacado simultáneamente, con programas específicos, tanto las causas de largo plazo de la inseguridad (con políticas sociales), como sus consecuencias y mecanismos reproductivos de corto plazo (con programas de prevención y políticas punitivas).

Estos programas de políticas públicas fueron cuidadosamente diseñados, evaluados e implementados. El insumo básico para cualquier diseño de políticas de seguridad es contar con datos. ¿Dónde ocurre el delito? ¿Quién lo sufre? ¿Qué se roba? ¿Se recurre a la violencia? ¿Se trata de crimen organizado? Algunas preguntas básicas e imprescindibles para diseñar políticas efectivas.

Desde hace por lo menos 30 años, a partir de las recomendaciones de la ONU, se ha comprendido que los datos de denuncias de delitos son extremadamente insuficientes. La razón es sencilla: la mayoría de los delitos no se denuncian. Además, la falta de denuncias afecta particularmente a ciertos grupos y ciertos tipos de delitos. Por ejemplo, los pobres denuncian menos; en las sociedades con mayor corrupción policial se denuncia menos, y ciertos delitos, como los sexuales, son menos denunciados. En el caso argentino, nuestras encuestas muestran que sólo un 46% de los delitos son denunciados; el robo automotor (para activar el seguro y deslindar responsabilidades eventuales) es el más denunciado.

La solución para corregir este conocido problema de falta de denuncias es la realización de encuestas de victimización criminal. En estas encuestas se entrevista en forma personal o telefónica a una muestra de hogares seleccionados aleatoriamente y se los interroga voluntariamente sobre delitos sufridos y sus características.

Lamentablemente, en la Argentina las encuestas oficiales de victimización se interrumpieron en 2003 y los datos oficiales sobre delitos denunciados se publican con años de atraso o en forma incompleta. La disponibilidad de estadísticas confiables, recolectadas de manera transparente y comparables internacionalmente, es un insumo indispensable para el diseño de políticas públicas que permitan reducir la inseguridad que hoy se sufre.

(*) Director del LICIP de la UTDT
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