Di Tella en los medios
América Economía
28/05/14

¿Por que pagamos impuestos?

Por Pablo Sanguinetti

Lo que nos motiva a pagar impuestos no es nuestro sentido moral, sino el temor a la autoridad.

Por Pablo Sanguinetti (*)

En un pasaje de Lo que el Viento se Llevó, Scarlett O'Hara llora desconsoladamente la muerte de su marido número dos, con quien se había casado por interés y a quien le había hecho la vida imposible. "¡Es que tengo miedo de ir al infierno!", confiesa la heroína.
Una disyuntiva similar puede trasladarse al campo del cumplimiento tributario. ¿Pagamos impuestos motivados por nuestro sentido moral, o más bien por miedo a la autoridad tributaria?
En la literatura económica el debate está abierto. El enfoque clásico de "disuasión" enfatiza que los contribuyentes deciden si y cuánto pagan impuestos de la misma forma en la que abordarían cualquier decisión riesgosa, es decir, evaluando beneficios y costos de forma de maximizar la ganancia esperada. Enfoques más modernos priorizan aspectos culturales y de reciprocidad hacia el Estado que determinan la "moral tributaria".
En un estudio reciente realizamos un experimento en el municipio de Sucre, en Venezuela. Con la cooperación del ente de control asignamos 6.100 firmas a cinco grupos de tratamiento y uno de control, y les enviamos cartas con diferentes mensajes para ver su impacto.
La primera carta buscaba testear si los contribuyentes reaccionan a un mayor control de la autoridad tributaria. Informaba sobre una "modernización de la Dirección de Rentas Municipales", "la incorporación de nuevos fiscales", "un sistema de control sobre sus labores" y "un novedoso sistema de información que facilitará la identificación de los contribuyentes y el seguimiento de sus estados de cuenta con la alcaldía".
La segunda y tercera carta exploraban el efecto de la reciprocidad, es decir, si los contribuyentes se sienten motivados a cumplir porque sus impuestos financian bienes públicos que valoran.
La segunda carta se centraba en la provisión de bienes públicos relevantes para la operación de los negocios, como "avances importantes en materia de seguridad, limpieza, movilidad, obras, control del comercio informal y recuperación de espacios públicos". La tercera carta, en cambio, enfatizaba acciones de asistencia a la "población más necesitada".
La cuarta carta apelaba al sentido de moral tributaria, exaltando sobre todo "la responsabilidad y compromiso" de los contribuyentes. Y la quinta carta era un placebo: comunicaba la nueva dirección del ente recaudador, su teléfono de contacto y su sitio web, información común a todas las cartas anteriores.
¿Cómo respondieron las firmas en cada caso? Para evaluar esto comparamos el balance fiscal de cada firma antes y después de la recepción de las cartas con los valores correspondientes al grupo de firmas que no se les envió ninguna información ("el grupo de control"). Los resultados sugieren que la mayor parte del efecto se debió a las firmas pequeñas, de menos de US$ 4.700 en ventas, las cuales redujeron sus obligaciones fiscales pendientes acumuladas en aproximadamente 8% un mes y medio luego de recibir la comunicación.
Los resultados sugieren que mejoras en el control y el enforcement son los factores más promisorios para incentivar un mayor cumplimiento impositivo, seguido por la reciprocidad en el caso en que los bienes públicos benefician directamente al contribuyente. Sin embargo, un análisis más riguroso de la evidencia no nos permitió rechazar la hipótesis de que los efectos de todas las cartas fuesen similares (incluida la carta placebo).
Pareciera, entonces, que lo que importa para el mayor cumplimiento tributario es el contacto de la autoridad tributaria con los contribuyentes, independientemente de lo que diga. Este efecto parece mayor en las firmas pequeñas, posiblemente porque no están acostumbradas a este contacto. Para ellas, recibir una carta del ente recaudador puede haber creado la sensación de estar bajo su radar y enfrentar una mayor probabilidad de detección y castigo.
Aun cuando el contenido de las cartas parece tener cierta relevancia, el temor a la autoridad aparenta ser la motivación principal detrás del cumplimiento tributario. Los contribuyentes, al fin y al cabo, parecen asemejarse bastante a la calculadora Scarlett.

(*) CAF y  UTDT


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