Di Tella en los medios
Ámbito Financiero
6/05/14

Una artista que se resiste a dar lo que pide el público

No resulta fácil comprender la producción artística de Dora García. Ella misma explica que su obra le niega al público el placer y lo que pide, y agrega que no le importa defraudarlo. El Departamento de Arte de la Universidad Torcuato Di Tella inauguró la semana pasada la exposición "Exilio" de la artista española Dora García (1965).
Con el apoyo de la Embajada de España en Argentina, la directora del área, Inés Katzenstein, presentó un ciclo de actividades que giran en torno de la muestra. Para comenzar, García dictó una conferencia donde aclaró aspectos de su trabajo complejo y multidisciplinario, consistente en performances, teatro, TV, películas e instalaciones. Luego, la instalación "Exilio" iniciada en el año 2012, ocupa una mesa de grandes dimensiones en la renovada sala de exhibiciones de la UTDT y llegó a Buenos Aires después de ser expuesta en el Museo de Arte de Tel Aviv y en Rupert, Vilna, Lituania. Centenares de cartas, algunas todavía guardadas en sobres de distintos colores y tamaños, otras desplegadas sobre ese gran plano de la mesa, casi todas de puño y letra, atraen por las cualidades personales de los rasgos y las cuestiones que sugieren. La caligrafía de algunas cartas revela la intimidad de aquel que escribe y hay textos que -supuestamente- desnudan asuntos privados de sus autores. Pero esta condición subjetiva se contrapone a la evidencia del drama, a los problemas sociales y políticos que acarrea el destierro. La configuración artística subraya estos contrastes y dispara la imaginación. Hay varios impresos sellados con la palabra Exilio en tinta azul y con la tipografía utilizada en las cajas de mudanza, semejantes a los que indican la condición "frágil" del contenido. Los membretes de las cartas y los sobres, los sellos postales de lugares distantes, los libros, las fotos y hasta el recorte de unos centímetros de encaje blanco, conforman un conjunto de objetos cuyo significado adquiere la dimensión de una marea. El clima envolvente generado por esta puesta en escena es deudor de la literatura y el cine, de la ficción y la realidad. Las palabras destinadas incorporarse a esa mesa son respuestas a una demanda de García. La artista pidió que determinadas personas enviaran correos postales, con una consigna: debían hablar del exilio. Si los manuscritos tienden a desaparecer y se perciben como una rareza, el proyecto entero está dedicado a hablar sobre la pérdida del territorio de origen en un mundo cuyas fronteras se desdibujan. García aclara que, más allá de los desplazamientos, "el exilio interior suele ser una postura inevitable para el artista". Su herencia española trasciende el batallón de artistas e intelectuales que huyeron de España durante la dictadura de Franco, y comprende a los que se quedaron, los que debieron buscar refugio en su propio mundo.Ella misma se mueve por el mundo como un pez en el agua. Dora García se aparta de la vertiente denominada "arte correo" y señala las cartas que llegaban en bloque, como esculturas, o aquellas que nunca se abrieron. No resulta fácil comprender su producción artística. Ella misma explica que su obra le niega al público el placer y lo que pide y agrega que no le importa defraudarlo. "Lo inadecuado", título de su intervención en el pabellón español de la Bienal de Venecia que implica un desajuste, cierta torpeza, consistía en leer durante seis horas "cartas a nadie". Entre los escasos objetos que se exhibían figuraba el colmo de lo inadecuado: el "Ulyses" de James Joyce ilegible, con una esquina mutilada, cortada como una torta. García describió el sentimiento de malestar que genera su obra. Para describir la forma de trabajo contó que en una de sus performances deseaba presentar un mendigo, pero a la vez rechazaba la idea de realizar una obra con contenido social. "Me robé entonces el personaje de una ópera", observa, y sí tomó distancia de lo real. "Un artista no puede decir 'tengo hambre', tiene que actuar". García no es la primera que defiende la ficción. "La función del artista consiste en inventar, no en hacer la crónica", enfatizaba Oscar Wilde. Las investigaciones de García sobre los manicomios, presentadas en la Bienal de San Pablo, y los efectos de una "estadía" en una cárcel de Roma, delatan su interés por la psicología de los personajes.La ponencia de la artista, cruzada por observaciones sobre la importancia del lenguaje, los exilios de Conrad, Beckett, Artaud, además del "A Passionate exile" de Joyce, rinde cuenta de su amplia cultura libresca. Pero, en rigor, concluye con el concepto del "arte criminal" que causa perplejidad y provoca percepciones intensas. Con esta intención creó el proyecto "Robe este libro" y publicó miles de ejemplares con el mensaje como título impreso en la portada. "Robe este libro" fue literalmente robado, hecho que implica transgredir una ley, aunque el objeto diga robame."Exilio" sumó en su gira por la UTDT las cartas de los argentinos Runo Lagomarsino, Marie Orensanz, Magdalena Jitrik y Santiago García Navarro.El programa continuó durante la semana pasada con la proyección de los films "Hôtel Wolfers" (2009) "Zimmer, GesprTMche" (2006), "The Joycean Society" (2013), y una conversación entre Dora García y Ricardo Piglia, autor de la novela "Respiración artificial" que ha inspirado una obra de la artista.

Por Ana Martínez Quijano 
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