Di Tella en los medios
Infobae.com
25/03/14

El pesimismo es un grave error para la Argentina del 2015

Por primera vez en una década, la ortodoxia económica comienza a dominar a la política, y eso es precisamente lo que permite ser optimista con el futuro desempeño financiero nacional

Comienzo con el final: el mercado todavía necesita disipar una pregunta que le saca el sueño: ¿habrá crisis argentina en 2014 al estilo 1989 o 2001? Si la respuesta es no, como creo que será el caso, este mercado va a empezar a operar 2015 antes de lo que imaginamos. Los pesimistas "Argentina" van a quedar relegados a un pasado dinosáurico como quedaron los pesimistas "Grecia" dos años atrás, esto será volátil pero el tiempo de shortear Argentina ya fue.

Los mercados internacionales todavía no han hecho pero harán en breve un "de-pricing" del kirchnerismo (descargarlo de los precios de activos financieros) con sustanciales consecuencias en las tasas de descuento argentinas. Ustedes que me leen y que me leyeron anticipar el rally de Argentina en agosto del 2013 cuando todos lloraban: ¿están viendo esto, o siguen mirando el blue, el PBI, las reservas, el oficial, el "contado con liqui", 15 veces por día?

Argentina tiene la prima de riesgo soberana más alta del Planeta Tierra, esto lo sabemos todos, gracias por la sopa. Su riesgo país a cinco años cotizado en el mercado de Credit Default Swaps es más de diez veces el de Chile, Colombia, Perú, Uruguay o Brasil, esto también lo sabemos todos, gracias otra vez por la sopa. Esto significa que todo proyecto de inversión valuado en Argentina es terriblemente castigado por la tasa de descuento utilizada. Mientras nuestros vecinos valúan proyectos de mediano plazo al 5% anual, nosotros lo hacemos a más del doble por lo que la destrucción de valor vía prima de riesgo es enorme. Argentina como equity value está colapsada en relación a nuestros vecinos.

Entonces, podríamos ponernos a llorar y a no hacer nada y dedicarnos todo el santo día a ver cómo bajan las reservas y cómo sube el blue, actividad escogida por muchos. O por el contrario, comenzarnos a imaginar la Argentina que se viene en donde probablemente necesitemos articular historietas relevantes para bajar la prima de riesgo y en ese contexto me pregunto:

¿No será ya el tiempo de mirar a la Argentina como una oportunidad inminente en emergentes?
Mientras los pesimistas, que la ven pasar todo el tiempo, siguen mirando la caída de reservas, la inflación y la inminente recesión del 2014, ¿los hombres de negocios no estarán ya mirando el upside que se viene para Argentina post-2014?

Uno sin embargo, podría preguntarse: ¿y por qué tenemos que suponer que esta vez, con la reputación que tenemos, vamos a hacer las cosas bien de cara al futuro cercano, si nunca lo hicimos? Cortita y al pie: porque no nos queda otra chance. Estamos tan en el horno, hemos tocado tantas restricciones fiscales y monetarias que por primera vez en una década la ortodoxia económica comienza a dominar a la política, y eso es precisamente lo que me pone optimista Argentina. Estar mal hoy, ya está obligando a encarar reformas económicas impensadas un año atrás que irán ganando aceleración en la medida que avancemos de cara al nuevo Presidente en 2015. En este contexto es inminente la apertura de la cuenta capital y un colapso en la prima de riesgo argentina. Entonces, en vez de llorar el 2014, se me hace agua la boca al imaginar una Argentina posible y seductora en 2015/2016. Convengamos que Argentina tiene la patológica costumbre de reinventarse una vez por década y estamos precisamente ante una renovada e inminente reinvención de esta bendita república.

No parecería casualidad que Argentina intente acordar en el CIADI, o el claro intento de acercamiento con el Club de París, o la confección de un índice inflacionario razonablemente fidedigno que deje contento al FMI o el flamante acuerdo YPF-Repsol. Estas medidas, aunque tardías y onerosas, son correctas y apuntan a la clara necesidad de abrir puertas nuevamente que permitan a la Argentina en los próximos años recomponer entre otras cosas su posición energética, la cual en el mejor de los casos llevará años de intenso trabajo e inversión: la energía es la única importación que no se puede cerrar, se hace indispensable nuevamente abrir la cuenta de capital y el acceso al financiamiento externo.

El 2014 será un año difícil, gracias por la sopa, pero una cosa es "año difícil" y otra muy distinta es "un año en crisis" al estilo de lo que los argentinos estamos tan acostumbrados a observar una vez cada diez años (1989, 2001). Tengo la sensación de que la Argentina del 2014 no tendrá un desenlace crítico. Pero entonces: ¿por qué no esperar al próximo gobierno para comprar Argentina? Muy sencillo, normalmente los mercados financieros se anticipan todo el tiempo, esperar al próximo gobierno muy probablemente significaría llegar muy tarde al trade "long equity-Argentina". Si uno espera comprar "regalada" a la Argentina post-crisis, quizá no llegue a comprarla nunca: otra vez no viste la vaca dentro del baño.

Sin embargo, el mercado todavía necesita disipar una sola pregunta remanente: ¿habrá crisis argentina en 2014 al estilo 1989 o 2001? Si la respuesta es no, como creo que será el caso, este mercado va a empezar a operar 2015 antes de lo que imaginamos. Parecería claro que bajo ninguna circunstancia le conviene al Peronismo deteriorar a la macroeconomía local al punto de ocasionar un desenlace trágico, nunca observé al Peronismo "suicidarse" y no creo que ésta sea una excepción. Los años que le esperan a los activos argentinos serán muy volátiles, de eso no caben dudas, sin embargo los trades ganadores hay que armarlos cuando duelen y todavía hoy irse long-Argentina duele y es precisamente en este punto en donde está la oportunidad: "No pain, no gain, no guts, no glory". Y muchas gracias por la sopa.


(*) Germán Fermo es director de la Maestría en Finanzas de la Torcuato Di Tella y titular de la consultora MacroFinance

Twitter: @germanfermo