En los medios
"No la ven": la clase media vs. la política de Milei
Juan Negri, director de las Licenciaturas en Ciencia Política y Gobierno y en Estudios Internacionales, fue consultado sobre la significancia política de la marcha universitaria.
En esta versión de país en urgencia, todo está en discusión. La demanda de un cambio profundo por parte de la ciudadanía trasciende a Javier Milei, aunque en parte también lo explica.
Pablo Semán, antropólogo y autor del libro Está entre nosotros, también compartió su punto de vista con El Cronista: "Una de las características de esta manifestación es que no fue organizada ni liderada por ningún individuo cuestionable. Esto no permite ni voceros únicos ni obligatorios". Semán cree que la relación entre economía, sociedad y universidades ha cambiado, y entre esos cambios está la emergencia de una corriente que es antiuniversitaria por diversas razones.
"Milei se dirige a todos ellos, pero creo que sobreestima en qué medida la universidad pública es legítima más allá de los problemas que pueda tener y de la crisis que atraviesa el mundo universitario en general. Además, creo que Milei no tiene el mismo margen para enfrentarse al mundo universitario que [Donald] Trump o [Jair] Bolsonaro tienen para enfrentarse específicamente al mundo Woke. Cometieron el error de no prestar atención a lo que esta manifestación significaba", explica Semán.
El antropólogo, quien analizó profundamente en su último libro a los votantes de Milei, considera que uno de los motivos del crecimiento de su popularidad, a pesar del ajuste, es que los dirigentes opositores son impresentables y creen que la crisis se resolverá sola, lo que genera apoyo al gobierno entre los independientes que son partidarios de darle tiempo y ven que el camino de la inflación está disminuyendo junto con la promesa de que pasarán por momentos difíciles.
Diego Reynoso, profesor y director de la Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública de la Universidad de San Andrés (UdeSA), agregó su perspectiva: "Tengo la impresión de que lo que sucedió en la marcha del martes fue el caldo de cultivo de muchas cosas, no sólo del tema del financiamiento de la educación pública. Por ejemplo, firmé una carta en la UdeSA en la que expresamos nuestra preocupación ante las visibles campañas de desprestigio hacia la comunidad científica y académica. Creemos que el sistema universitario es uno solo, al igual que el sistema científico, y cuando se ataca a los investigadores y hay campañas anticientíficas, lo hace gente ignorante respecto a lo que se está investigando, lo cual es peligroso. Dependiendo de cómo reaccione esto en los próximos días, podría convertirse en la 125 de Javier Milei".
Pablo Knopoff, analista político y director de la consultora Isonomía, señala que Milei ha establecido un esquema de conversación desde la campaña presidencial y lo ha mantenido desde que asumió el gobierno, presentando un claro posicionamiento sobre cómo legitimar el costo de ordenar la economía del país al luchar contra los ‘privilegiados' o la casta. De esa manera, se dirige lateralmente a los ‘no privilegiados', quienes, en gran medida, frustrados con los gobiernos anteriores, lo eligieron como Presidente.
Este esquema se ha mantenido en casi todos los momentos de discusión hasta la marcha universitaria de este martes, donde tocó fibras emocionales de los propios ‘no privilegiados' y quedó distanciado de ellos. "El impacto negativo potencial de esto aumentará si el gobierno no logra volver al esquema que lo llevó hasta aquí con cierta rapidez. Finalmente, esos 'no privilegiados', que son en gran parte de la clase media conceptual/histórica, dirimirán el destino de los dirigentes", afirmó Knopoff.
Para el analista, Milei encuentra sustento porque es percibido por muchos como un medio para salir de un sistema que necesitaba un cambio claro y sin matices. Además del cambio, es una figura que castiga a aquellos que querían cambiar. "Es tan fuerte ese sentimiento que le dan a Milei algo que no tienen para sí mismos: tiempo. También creen que lo que está haciendo por el país, aunque sea una entelequia, es en parte necesario, y que al final les traerá una mejora a su primer metro cuadrado. Milei tiene muchos significados, y es como si hubiera ‘muchos Mileis' que permiten respaldar distintos sentimientos, y cada argentino que toma ‘un Milei' puede obviar ‘otros Mileis'".
Este vaivén de percepciones, combinado con la capacidad de Milei para capitalizar el descontento, plantea un escenario desafiante para el futuro político del país, donde la incertidumbre y la polarización seguirán siendo protagonistas en el horizonte cercano. En este complejo panorama, el tiempo dictará el curso de los acontecimientos y el verdadero impacto de las acciones de Milei en la sociedad argentina.