En los medios

Clarín
2/10/17

Hernán Lacunza: "La Provincia es inviable sin el Fondo del Conurbano"

El ministro de Economía de la Provincia de Buenos Aires, que realizó sus estudios de posgrado en la Di Tella, aseguró que si la Corte restituye esos 54.000 millones de pesos anuales, la situación de la Provincia cambiaría de modo profundo


Hernán Lacunza tiene 47 años, es casado y padre de dos hijos. Licenciado en Economía egresado de la Universidad de Buenos Aires, con un posgrado de la Universidad Torcuato Di Tella, fue director del Centro de Economía Internacional de la Cancillería entre 2002 y 2005, Gerente General y Economista Jefe del Banco Central entre 2005 y 2010. Entre 2013 y 2015 ejerció como gerente general del Banco Ciudad, con Mauricio Macri como jefe de Gobierno porteño. Y desde diciembre de 2015 acompaña a María Eugenia Vidal como ministro de Economía de la provincia de Buenos Aires.

—Viendo el currículum, usted fue funcionario durante las presidencias de Duhalde, de Néstor Kirchner, de Cristina, y ahora de Macri. ¿Cómo se define políticamente?

—Yo trabajo cómodo y me identifico con las ideas del presidente Macri. Y con María Eugenia Vidal encontré un liderazgo con el cual comparto no sólo ideas, sino también valores. Suelo decir que María Eugenia tiene una imagen pública muy alta, pero es mejor en privado que en público, en el sentido que encuentro un liderazgo en orden de importancia con honestidad, con valentía, e inteligente. Inteligentes son casi todos los dirigentes políticos. Los otros dos atributos son más difíciles de encontrar combinados. Así que le diría que todos queremos que baje la pobreza como condición de primer orden. Así que me identifico con este gobierno.

—La gobernadora Vidal espera que la Corte Suprema falle a fin de este año, principio del próximo, a favor de la Provincia restituyendo en el fondo del Conurbano. ¿De qué hablamos cuando hablamos del fondo del Conurbano? ¿Es plata solamente? ¿Qué se va a hacer con la plata si llega?

—El fondo del Conurbano nació a principios de los '90 para compensar a la Provincia de Buenos Aires de una concesión que había hecho a fines de los '80. Hoy son 54 mil millones de pesos que corresponden a la Provincia y que por una arbitrariedad en una norma desde hace 15 años no está recibiendo la Provincia. La inequidad en esa distribución con el fondo del Conurbano: hoy un bonaerense recibe nada más que 40 pesos por habitante y un no-bonaerense recibe cuatro mil. O sea, un bonaerense vale la centésima parte. ¿Para qué lo usaría la Provincia? Con ese monto podría hacer por año cinco hospitales, 150 escuelas, 1.000 kilómetros de ruta, y tres obras como las que tenemos que hacer en el Río Lujan. No una cosa o la otra, sino que todo eso. Así que tendríamos otra Provincia.

—Alguna vez le escuché decir que habían recibido una Provincia quebrada, como dijo Vidal cuando asumió, pero que no era inviable. Esto fue cuando empezaron la gestión, hace casi dos años. ¿Ahora qué piensa? ¿Sigue estando quebrada pero sigue sin ser inviable?

—Es una Provincia que administra escasez. Va a ser difícil que nademos en la abundancia. Sí que estamos más ordenados. Sabemos lo que tenemos, lo que debemos, lo que nos falta. En estos dos años ha cambiado la agenda de la Provincia. Acuérdese que empezamos sin dinero para pagar sueldos y aguinaldos en diciembre de 2015. Ahora no sólo tenemos garantizado el sueldos y aguinaldos, y el pago a proveedores. Estamos al día con los proveedores, con los intendentes, con los empleados, sino que los dilemas de hoy en día son qué obras hacemos y cuáles no nos alcanza el dinero para hacer. Así que diría que la Provincia es inviable sin el fondo del Conurbano. Y esto no es un problema de María Eugenia, sino que fue un problema del gobierno anterior y también va a ser un problema del próximo si no se resuelve. Pero es una Provincia que se puede administrar mucho mejor como creo que cambiamos el eje en estos dos años.

—La economía y el consumo están dando señales de recuperación en estos meses. Basta verlo un poco en la calle y mucho más en las noticias económicas. Pero hasta en la Casa Rosada dicen: "El último lugar donde va a llegar la mejora de la economía es en el Gran Buenos Aires". ¿Usted qué opina de eso?

—Obviamente que después de cinco años de estancamiento, es cuando una economía reacciona. Como está creciendo ahora a un ritmo del 4% anual, que es un ritmo muy razonable. Diría, si podemos mantener esa velocidad crucero, en 20 años vamos a ser el doble de ricos. El segundo dato importante, es que nadie duda que el año que viene vamos a volver a crecer. Con lo cual rompimos la maldición del péndulo de toda esta década. Digamos, de crecer sostenidamente. Cuando se reacciona, cuando se sale de una recesión tan profunda, no lo hacen todos los sectores al mismo tiempo. En el Gran Buenos Aires, el sector industrial estuvo bastante condicionado por Brasil pero esperamos que el año que viene, como Brasil va a crecer un 2% después de, también, su peor recesión de la historia, va también a llegar ese crecimiento al Gran Buenos Aires.

—Se publicó hace algunas semanas que la Provincia discriminaba a los municipios opositores, básicamente gobernados por peronistas, porque les daba menos plata que a los municipios de Cambiemos. ¿Eso no es hacer exactamente lo contrario de lo que el PRO pregona, que es terminar con la vieja política?

—Mirá Julio, la Provincia desde 2015 a esta fecha no repartió fondos por la banquina, todo fue por el asfalto. Y por la banquina me refiero a fondos de manera discrecional. Todos los fondos que le llegaron a los intendentes, diría que parte del orden y del mérito de esta gestión, es que cada intendente sabe cuánto va a recibir, cuándo lo va a recibir y no nos atrasamos ni un día. Y todo está en la ley de presupuesto y en la distribución de los fondos provinciales hacia los municipios. Con lo cual diría que todo está por el asfalto, todo está por ley. No hay nada de fondo discrecional, arbitrario. De modo que me parece que eso es lo mejor que podemos hacer por los intendentes para que ellos puedan proyectar sus propias obras.