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Apertura revista
16/05/17

Ricardo Daud: Manager de pura cepa

El graduado de la Maestría en Economía de la Di Tella se desempeña actualmente como CEO de Santander Asset Management

"Yo soy de Salta la linda, Tierra de luna y arena...", dicen Los Nocheros y Ricardo Daud sube el volumen para reafirmar su origen norteño, la pasión por la cultura de esa provincia que lo vio nacer y, también, lo vio irse. Pero a la que, siempre, elige volver.

“Definitivamente, “Salta La Linda” es mi lugar en el mundo. Mi historia está ligada a esa provincia: la música, la arquitectura colonial, las peñas, la gastronomía, los viñedos, los amigos, el clima, la infancia”, relata en un alto del ajetreo diario, en un instante de black out de pantallas y planillas.

Claro que desde hace tiempo su vida está lejos de la calma salteña. Daud tiene 47 años y hace 24 que trabaja ligado al Mercado de Capitales. Entró a Santander Asset Management en un momento muy particular de la economía local, allá por 2000, y desde 2005 se convirtió en CEO de la administradora.

Bajo su supervisión y mirada hay un equipo de 22 personas que manejan activos por $41.300 millones, distribuidos en una familia de 20 Fondos Comunes de Inversión. Su desempeño le valió ser elegido Top Manager 2016 por S&P Global Ratings. Balance de buenos resultados con riesgos adecuados son, a los ojos de la calificadora, algunos de los ítems que lo llevan al podio entre quienes manejan fondos de inversión.

La tarea de administrador, asegura, es de una gran responsabilidad. “Definitivamente es un trabajo estresante la gestión del ahorro de terceros. Requiere de dedicación, mucha lectura y análisis de todos los temas que puedan llegar a impactar en el mercado, desde política a economía local y global”, define este hincha de Rivei; apasionado por viajar y conocer nuevos lugares.

“Un buen asset manager es coherente con la estrategia de inversión que defiende v entiende cuáles son los objetivos del cliente y los riesgos que está dispuesto a tomar. Una buena gestión de inversiones requiere disciplina y orden, con mucho trabajo de equipo”, afirma y subraya las buenas marcas que logró la Argentina en cuanto a administración de activos se refiere. “En el país se formaron muy buenos profesionales, no solo expertos en la volatilidad de los mercados sino en la volatilidad de las regulaciones, que tanto afectaron el desarrollo del mercado de capitales local. Siempre hay buena demanda de recursos humanos argentinos en el mundo”, asegura, con orgullo.

Economista -estudió en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad Torcuato Di Tella-, Daud está casado y tiene dos hijos. Habla con pasión de su trabajo diario: “Llevo muchos años en esto y, sin dudas, volvería a elegir esta profesión. Ocupa un lugar muy importante en mi vida". En buscar el work-life balance, claro, está la clave para que ambos mundos -personal y laboral- puedan compatibilizan “Siempre es difícil mantener el equilibrio ya que, indefectiblemente, se sacrifican cosas personales. Es importante tener una vida saludable, desde alimentación hasta actividad física y enfrentar y resolver los problemas que se presenten para invertir más tiempo con la familia... tomarse vacaciones”, reflexiona este ejecutivo que dice ser apasionado de viajar y conocer, siempre que puede, algún nuevo lugar.

En lo profesional, la brújula marca trabajo en equipo, fijar metas y ser flexible. “Lo importante es poner los objetivos de la compañía y dar las libertades necesarias al equipo para cumplirlos, en un ambiente democrático y que invita al consenso y al intercambio de propuestas”, reflexiona. Y avanza: “Las jerarquías deben ser lo más flexibles que se pueda, de modo que ninguno de los canales de comunicación carezca de fluidez. Una buena parte de la motivación en nuestra compañía está explicada porque al equipo le gusta trabajar en este negocio, quieren liderar y tienen una característica en común, son resilientes”.

La resiliencia, esa capacidad para sobreponerse a situaciones adversas, que algunos individuos tienen más desarrollada que otros, es casi una condición sine qua non para sobrevivir al mercado financiero local y, con sus más y sus menos, al internacional también. En tren de recordar momentos clave, de esos que obligan a sobreponerse al stress y poder dar un salto para volver a avanzar, Daud pone tres fechas sobre la mesa: los 90, 2001 y 2008.

“En mi vida profesional atravesé tres momentos complicados, los peores: la crisis de México, a mediados de los años 90; la crisis argentina en 2001, y la última global de 2008. Fueron períodos en donde uno se replantea su pertenencia a esta industria. Los mejores, haber salido de esas crisis con inteligencia y profesionalismo y liderando el mercado de Fondos Comunes en la Argentina”, afirma.

Para el tiempo libre, una combinación de familia y amigos, que se alternan y se mezclan, según la ocasión, con deporte y actividad física: running y tenis. También, asegura, lograr separar un tiempo para leer. “Actualmente estoy leyendo La Argentina Devorada, de José Luis Espert, y un clásico como Power and Prosperity, de Mancur Olson, por esa obsesión de que entre todos podamos encontrar, definitivamente, un camino al desarrollo sostenible de la Argentina’', cuenta.

A la hora de elegir su canción favorita, no lo duda: “Atento a mis raíces. Soy de Salta, por Los Nocheros”, indica.
Proyectar EL CRECIMIENTO De su profesión, destaca la buena relación que se da entre colegas. “Hay mucha camaradería en la industria de fondos, más allá de la sana competencia. Una prueba de esto es que, a diferencia de otros actores del Mercado de Capitales, la industria de FCIs está representada por una única asociación, la CAFCI y hay consenso sobre cómo desarrollar el negocio”.

Dice que los desafíos de la industria son múltiples, en particular, porque se trata de un sector con mucho potencial para desarrollarse, no solo en el monto de los activos que administra, sino también en cuanto a su regulación.
“El más importante de esos desafíos será el de convertirse definitivamente en el gran jugador del Mercado de Capitales en la Argentina”, apunta, con la vara bien arriba. “Creo que el sinceramiento fiscal es una buena oportunidad para conquistar a los inversores minoristas, en particular porque ciertos activos domésticos tienen un mejor tratamiento fiscal que aquellos que habitualmente se compran en cuentas del extranjero”, opina.

Experto no sólo en el manejo de fondos sino también en captar los deseos del clientes, afirma que “siempre hay que preguntarse qué es lo que ellos (los clientes) demandan, y mi percepción es que estos últimos años la regulación no nos permitió ofrecer vehículos que satisfagan esas necesidades. El ahorro está aun mayormente fuera del sistema”.
Las metas deben estar puestas en que los clientes quieran invertir en la Argentina, subraya. “Es vital el accionar de la Comisión Nacional de Valores. Debe llevar la regulación de nuestro negocio a estándares internacionales y hacer atractivo el vehículo para cualquier estrategia local/regional/glo- bal en la que nuestros clientes quieran invertir”, asegura y cierra con una mirada positiva hacia el mediano plazo: “En 2016/17 se observó un importante crecimiento de la cantidad de personas físicas que invirtieron en nuestro negocio. Con los cambios regulatorios adecuados, esa tendencia se consolidará”.