En los medios

Clarín
12/02/17

Acciones: ¿caras, baratas o en precio?

Para el profesor de la Maestría en Finanzas de la UTDT "la renta variable vibrará al ritmo de las elecciones y de la tan esperada reforma impositiva y contable"

Por Javier Franchi

Los “mercados” habitualmente proporcionan información rica para interpretar la realidad de un país y quizás robarle algunas expectativas “impuestas” en los precios. Bien vale aclarar que “los mercados” no siempre están “correctos” en lo que creen que ocurrirá pero dado el mundo incierto en el que vivimos es mejor contar con algo de información para armar un simple bosquejo sobre el futuro cercano y tomar decisiones, el motor de la vida misma.

La renta fija (títulos públicos en pesos o dólares) tiene un mercado complementario, más dinámico, que es la renta variable. Las acciones no son más que negocios reales, donde operan equipos de venta, marketing, diseño, abogados, directores, etcétera. Algunos negocios tendrán ventajas competitivas, protecciones y mejores rentabilidades (retorno al capital empleado) que otros pero en el agregado todas ellas hacen al “PBI” del país.

La inversión en un índice compuesto por acciones de todos los sectores del país le otorgan al inversor, en el largo plazo, un retorno equivalente a la suma de los dividendos pagados, la tasa de crecimiento de las ganancias y la variación de un indicador llamado “precio sobre ganancias” (P/G). Éste indicador es uno de los tantos que se utilizan para medir los años de repago de la inversión, la rentabilidad y crecimiento esperado y vislumbrar si la empresa y el sector están “caros o baratos”. En líneas generales, cuanto más bajo es el indicador mayor será la rentabilidad si el negocio es bueno y otros indicadores como precio sobre flujo de fondos libres, endeudamiento sobre capital total son positivos.

Hoy en día el indicador P/G del índice de acciones “merval argentina” se encuentra en 30 veces ganancias según el instituto argentino de mercados de capitales (I.A.M.C), siendo el promedio histórico de 13 veces. ¿Qué nos dice este indicador de 30 veces ganancias? Ahora bien, qué significa este número.

De mantenerse las ganancias de las empresas constantes durante 30 años el inversor recuperará el dinero invertido, si las ganancias aumentasen el tiempo de repago se acorta. La rentabilidad esperada está en el orden del 4% anual cuando la tasa de dividendos que reciben los inversores está en el orden del 2%. Y dado que la media histórica del índice es de 13 veces ganancias la sensación es que las acciones hoy están caras o al menos en sintonía con los valores que cotizan los comparables de la región.

Expectativas

El constante ingreso de noticias positivas y promesas a cumplir ayudaron al excelente desempeño de la renta variable en el país, el cual desde la coronación de Donald Trump como Presidente de los Estados Unidos entregó un retorno de 24% en pesos y 20% en dólares, mientras que el índice de acciones americanas (S&P 500), tomando el mismo periodo, rindió 7%.

El mercado de acciones pasó de una etapa caracterizada por liberalización y nuevas normas en la economía a una nueva que consiste en entregar hechos concretos: inversiones en capex, aumento de ganancias y mejoras en los márgenes y la rentabilidad. Las reglas están marcadas, ahora se necesitan ver resultado para seguir haciendo una sintonía fina.

Los catalizadores para este año son el cierre y formato de las paritarias (algo por encima del 25% resultaría dañino), medidas tendientes a la desregulación y la productividad, el crecimiento efectivo y las elecciones de medio término. En tanto crecimiento esperado del PBI, las medidas fundamentales en las acciones indican que los inversores imaginan una tasa de crecimiento cercana al 4% anual.

En el mediano plazo ambos esperan que el mercado de renta variable local tenga mayor liquidez y mayor número de empresas cotizando.

Sector financiero. Es el sector con mayores posibilidades de crecimiento dado la baja relación de activos financieros sobre PBI que tiene hoy Argentina y que el gobierno busca mejorar mediante la bancarización y el crédito. Durante el 2016 el sector vivió fundamentalmente de las ganancias obtenidas por las “Lebacs”, por la emisión de títulos de empresas y en menor medida por intereses de préstamos. El desafío estará en la penetración que generen las entidades para prestar dinero a terceros ya que al ir a un contexto con menor inflación los márgenes y rentabilidades caerán debiendo ser compensadas por volúmenes.

Sector de telecomunicaciones. Durante el 2016 el sector mantuvo ganancias positivas, por encima de la inflación e invirtieron dinero en obras y mejoras. Sin embargo el 2017 pareciera ser un año bisagra en tanto exista una desregulación del sector y se efectivice la llegada de nuevas empresas a competir por los minutos que consumimos los ciudadanos argentinos. Las empresas para retener o capturar nuevos clientes posiblemente compitan en precios disminuyendo sus márgenes y aumenten las inversiones con el fin de mejorar y ampliar las bondades del servicio.

Sector energético. Aquí el arco político en general se muestra cohesionado en la convicción que es necesario que a este sector tenga buena performance y entregue la producción e inversiones necesarias para disminuir la crisis energética. Los catalizadores en el corto plazo que habiliten a mayores subas o caídas son mejoras en la productividad de exploración y producción y el futuro comportamiento del consumidor ante un precio del combustible atado al precio internacional.

Sector servicios. Durante el 2016 las empresas de este sector fueron quienes más cambios positivos recibieron tanto en ingresos futuros como en el marco regulatorio producto de la crisis energética y abandono del sector durante años. Los precios ya tienen esta información dentro y esperan que no haya problemas en la cobrabilidad de las facturas y se realicen las inversiones privadas para poner a punto un sistema abandonado.

Sector de la construcción. La historia argentina demuestra que es el primer sector que reacciona rápida y positivamente, junto al sector financiero, a los cambios en las reglas macro y microeconómicas. Así las empresas proveedoras de cemento, metales, parafina, hormigón y las propias desarrolladoras mostraron retornos positivos y con mucho potencial futuro dado que la lista de proyectos a construcción recién está comenzando. Sin ir muy lejos durante 2017 y 2018 serán años donde sucederán las mayores ventas de terrenos municipales, y gracias al poco endeudamiento de los jugadores claves del sector la inversión es cuestión de tiempo. A nivel valuación este sector cuenta con poco endeudamiento financiero, flujos constantes en moneda extranjera y valuaciones algo inferiores a comparables internacionales.

Conclusión. Por valuación fundamental hoy las acciones argentinas están por encima de su media histórica, invitando al inversor a esperar un momento de ajuste para invertir con una mejor valuación y posterior retorno. La renta variable vibrará al ritmo de las elecciones y de la tan esperada reforma impositiva (menores alícuotas aumentarían las ganancias y rentabilidad) y contable (ajuste por inflación). A medida que el empresariado, los analistas y el mercado se profesionalicen llegarán discusiones normales de otros países como lo son la política de dividendos, recompra de acciones, pago de “bonus” atados a productividad y métricas tangibles para medir el valor agregado al inversor.

Javier Franchi es profesor de la Maestría en Finanzas de la UTDT.