En los medios

La Nación
8/12/16

El crecimiento de la inseguridad urbana

Según el Laboratorio de Investigaciones sobre Crimen, Instituciones y Políticas de la Di Tella, el 64% de los delitos que se han perpetrado en el último bimestre fueron violentos.

De acuerdo con la información dada por el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, sobre la base de una encuesta que alcanzó a 5683 personas, el sentimiento de inseguridad que padece nuestra población afecta al 87,3% de los habitantes, cifra realmente muy alta que se manifiesta en el comportamiento individual.

En el quinquenio 2010-15 ese sentimiento ha crecido 4%. En el mismo lapso, el número de víctimas de delitos se ha mantenido casi constante, si bien hubo cifras más elevadas entre 2011 y 2013. Un dato llamativo es que sólo la mitad de las víctimas efectuó la denuncia, tanto en el área metropolitana como en el Gran Buenos Aires. Ese comportamiento, que se modificó en ciudades del interior, puede verse como un síntoma de anomia o desintegración de las normas que aseguran el orden social, como lo ha señalado el coordinador del informe de la UCA, Agustín Salvia. Así, también, cabe suponer que el silencio de las víctimas de los delitos sea un efecto del nivel de inseguridad experimentado, que lleva a perder confianza en la autoridad policial.

Como un dato alentador, el número de víctimas de los delitos descendió un 3% en el último bienio. Entre las causas que vienen afectando la seguridad de la población se presentan otras formas delictivas. Entre ellas, la penetración del narcotráfico. En cuanto a los piratas del asfalto, protagonizan cuatro robos por día, la mayoría en la provincia de Buenos Aires y en la Capital.

Corresponde agregar un dato resultante de una investigación efectuada hace un bimestre por el Laboratorio de Investigaciones sobre Crimen, Instituciones y Políticas de la Universidad Torcuato Di Tella: el 64% de los delitos que se han perpetrado fueron violentos.

Un ejemplo de la inseguridad vivida en el área metropolitana se ha dado en la jurisdicción de la comisaría 10» de la Capital, donde los vecinos acumularon antecedentes de 96 delitos graves. De algunos de esos hechos el personal de la 10» no tomó las denuncias o sugería no hacerlas.

Dentro de una realidad cargada de riesgos y delitos reiterados, es menester disipar sin demoras las severas dudas que plantea el personal policial en algunas jurisdicciones. La creación de la Policía de la Ciudad, resultado de la fusión de la Metropolitana y la Federal, permite abrigar la esperanza de una fuerza más efectiva en la lucha contra la delincuencia y que también se gane la confianza de los vecinos.