En los medios

La Nación
4/12/16

La fragmentación del poder y el desafío que encara Mauricio Macri

Para el profesor de la Escuela de Negocios,"el riesgo que corre el Presidente con su estructura actual es no llegar a poder responder a las necesidades sociales y económicas"

Por Andrés Hatum
En su editorial del 28 de noviembre, Carlos Pagni advertía sobre los problemas de la fragmentación del poder en el gobierno de Cambiemos. Pareciera que el método decidido por el Presidente para gobernar es dicotómico: la atomización de las decisiones de sus ministros (en particular el gabinete económico) versus la centralización en el Presidente de las decisiones estratégicas. Macri no posee un ministro de Economía fuerte como venimos acostumbrados los argentinos. La pseudojefatura de Gabinete tiene diferentes personajes como Marcos Peña, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui que supuestamente coordinan figuras del gabinete. Las decisiones económicas están fragmentadas en diferentes Ministros como Prat-Gay, Cabrera, Aranguren, Dietrich y Frigerio entre otros.

Pareciera que Macri prefiere no tener protagonistas sobresalientes en su gabinete como lo fue, por ejemplo, Domingo Cavallo en la época de Carlos Menem. Rodearse de estrellas puede ser inmanejable en algunas situaciones. Las estrellas organizacionales suelen traer beneficios de corto plazo, pero problemas con la performance de largo plazo. Macri, con su experiencia empresarial y como Presidente de Boca Juniors está acostumbrado a los dolores de cabeza que conlleva manejar estrellas.

Divide y reinarás (Divide et Impera) era la manera que tenían los romanos de dirigir sus colonias. En el año 338 A.C. Roma derrota a la Liga Latina, una confederación de 30 pueblos y tribus que deseaban impedir la expansión romana. Cuando Roma derrota a la Liga decide aplicar la regla de "Divide et Impera" lo que se convirtió en el fundamento estratégico sobre lo cual se forjaría su imperio. En lugar de controlar todas las ciudades, crearon un sistema por el cual algunas ciudades se incorporaban al imperio con todos los privilegios y derechos, otras ciudades serían independientes, otras fueron divididas y colonizadas. De esta manera, los ex socios de la Liga Latina comenzaron a recelarse y a tratar de ganarse el favor de Roma.

La fragmentación del poder, de esta forma, permite que los distintos actores hagan su trabajo, compitiendo entre ellos y quedando como árbitro general el líder con más poder: el Presidente. Al fragmentar las decisiones económicas, Macri asume la responsabilidad de cada decisión y la estrategia general, evitando que superestrellas emerjan del seno del gabinete.

Estructura diferente

¿Sirve este tipo de estructuras? Probablemente una estructura muy profesional y talentosa como la del actual gabinete, con decisiones más fragmentadas sirva para una economía estable. Pero en época de crisis o inestabilidad la estructura debería ser diferente. Para empezar está estudiado que los líderes organizacionales pueden tener hasta 10 o 12 reportes directos para que las decisiones del líder, así como su agenda, puedan implementarse. Por otra parte, el gabinete económico actual con seis referentes, requiere un "primus inter pares", alguien que coordine decisiones y alinee esfuerzos en épocas que requieren decisiones económicas más críticas y rápidas.

La estructura actual elegida para gobernar por Macri incluye a dos coordinadores bajo la órbita del jefe de Gabinete, Marcos Peña. Hablamos de Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, dos ex McKinsey. Para funcionar aceitadamente, la organización elegida por Macri requeriría que los coordinadores no solo se encarguen de la agenda, sino que también logren intervenir en decisiones consensuadas de un gabinete atomizado, limando asperezas entre los Ministros. Si estos coordinadores no pudieran lograr esto o tuvieran recelos de sus colegas Ministros, se convierten en parte del problema y de la poca agilidad en la toma de la decisión.

El riesgo que corre el Presidente con su estructura actual, es no llegar a poder responder a las necesidades sociales y económicas con la celeridad que la misma requiere. Puede, en definitiva, covertirse en el principal bloqueador de las decisiones de su propio gobierno.