En los medios
Juan Germano: "Macri tiene nivel de aceptación considerablemente alto"
Es director de Isonomía Consultores. Licenciado en Ciencia Política y Gobierno de la Universidad Di Tella, ha coordinado estratégicamente diversas campañas a nivel municipal, provincial y en países de la región.
"Mauricio Macri sigue teniendo niveles de aceptación
considerablemente altos. Sin la opción regular, la foto actual lo muestra con
58 por ciento de imagen positiva", dice Juan Germano, director de la
consultora Isonomía, cuyos números son siempre analizados al dedillo en la Casa
Rosada.
Sin embargo, el consultor pide analizar los contextos, según
los cuales el presidente mostró una baja comparada con su punto más alto
logrado en enero de 2016 (72 por ciento). A la vez, Germano analiza en una
entrevista con La Capital cómo influirá la victoria de Donald Trump en la
relación con la Casa Rosada y hace un repaso sobre los escenarios políticos y
económicos.
El triunfo de Trump en EEUU marca un antes y un
después en el mundo occidental. ¿Como influye en la relación que el gobierno
tiene con la Casa Blanca?
—Se enmarca en una situación geopolítica mundial que muestra
un fuerte descontento de diversos sectores sociales con elementos de la clase
dirigente política tradicional. Esta grieta funciona como un caldo de cultivo
perfecto para discursos disruptivos, movimientos antisistema y retóricas
populistas. Trump supo explotar este descontento canalizando la necesidad de
cambio y obteniendo una victoria histórica luchando contra el establishment
político norteamericano, gran parte de los medios de comunicación e, inclusive,
su propio partido. Es difícil saber cómo serán las relaciones entre ambos
países debido a que poco sabemos de lo que pueda hacer Trump como presidente.
La campaña de Trump ha sido altamente efectiva pero extraordinariamente vaga,
repleta de contradicciones evidentes. Lo único que parece claro es que
Argentina en particular y la región en general, no estarán dentro de las
prioridades del nuevo gobierno estadounidense.
—¿Se observan linealidades entre el triunfo de Macri y de
Trump? Ambos vienen del mundo empresario y parecen haber saltado por encima de
las burocracias políticas.
—No encuentro demasiadas linealidades. Trump llegó a ser
presidente, en parte, por ser empresario; Macri llegó a pesar de ello. En EEUU,
diversos sectores sociales visualizan elementos altamente positivos en figuras
empresariales como Trump por el hecho de ser empresarios exitosos y haber
logrado ganar mucho dinero. La correlación entre ser célebres en el ámbito
privado y lograr hacerlo en el mundo público es más directa. Este valor en sí
mismo, es el que el magnate republicano supo capitalizar en su candidatura
política. En Argentina el empresariado, en general, es uno de los cuerpos
sociales que mayor rechazo y desconfianza genera en la opinión pública. Macri
tuvo que hacer una transformación en términos de su imagen pública para lograr
tener mayores niveles de aceptación popular. La gestión en Boca Juniors y
anclar su figura a elementos exclusivos de gestión y el éxito deportivo fue lo
que le permitió trascender el hecho de ser un empresario exitoso.
—¿En qué valores se encuentra la imagen positiva y negativa
de Macri?
Sigue teniendo niveles de aceptación considerablemente
altos. Medidos de manera binaria (sin regular), la foto actual muestra a Macri
con 58 por ciento de imagen positiva. Pero es menester analizar el contexto. Su
aprobación mostró una baja comparada con su punto más alto logrado en enero de
2016 (72 por ciento), inmediatamente posterior a la salida del cepo cambiario.
Así, una lectura válida es decir que la imagen de Macri ha venido disminuyendo
a lo largo del año, aunque se ha estabilizado y ha dejado de bajar desde hace 2
meses. Por otro lado, también resulta esclarecedor ampliar levemente el panorama
y, de esta forma, es posible encontrar que el promedio de imagen positiva de
Macri a nivel nacional de los últimos tres años es de 55 por ciento. De esta
manera, el presidente se está pareciendo lentamente al Macri de los últimos
años. Pasada su etapa de luna de miel, su nivel de apoyo de ha
"normalizado".
—¿Cuál es la opinión ciudadana sobre la marcha de la
economía.
—En la actualidad, los niveles de aprobación del gobierno
pueden explicarse, en su vínculo con la situación económica, desde tres ejes:
la relación con el pasado (la herencia recibida), el presente (la gestión) y el
futuro (las expectativas de mejora). Cambiemos logra anclar su apoyo en
variables asociadas al pasado y al futuro, y encuentra dificultades en el
presente. La herencia económica funciona como un explicador que le permite al
presidente ganar tiempo. Cerca de un 60 por ciento afirma que Macri está
tomando medidas en función a lo recibido. Asimismo, los estruendosos casos de
corrupción del gobierno pasado le otorgan un sentido diferencial a la
administración actual.
—¿El optimismo juega un rol preponderante para que la imagen
de Macri no sea más baja?
—El futuro también funciona como factor explicador. Las
expectativas están a la baja, pero más del 50 por ciento de los argentinos consideran
que tanto el país como su situación económica personal estarán mejor en un año.
Este motor comienza a desinflarse y es donde el gobierno deberá prestar
particular atención. El presente es donde Cambiemos no logra hacerse fuerte. La
percepción de la situación económica es negativa y esta sensación cruza a todos
los niveles sociales.
—¿Cómo juega la situación inflacionaria?
—En los últimos meses se ha intensificado un dato
interesante que puede beneficiar o perjudicar al actual gobierno. Por un lado,
ha habido una baja en las expectativas inflacionarias. En mayo, la inflación
esperada era del 46 por ciento en promedio y en noviembre llegó a menos de 30
por ciento (preguntando a los ciudadanos de manera espontánea, cuánto cree que
aumentarán los precios en el año). Sin embargo, el problema puede surgir si se
forma un rebote inflacionario o si no disminuye en relación a lo esperado. En
resumen, el gobierno necesita mejorar el primer metro cuadrado de influencia de
la ciudadanía. Conseguir mejoras palpables en la situación actual para afrontar
el año electoral de mejor manera. No solo el crecimiento económico general,
sino la mejora en la percepción específica, dentro de ese primer metro
cuadrado, es un factor fundamental para comprender las chances electorales de
Cambiemos en 2017.
—¿Está en condiciones el gobierno de ganar provincia de
Buenos Aires, aunque no tenga un candidato medianamente instalado?
—Las elecciones se acercan en un escenario complejo. Si bien
existe cierta unanimidad por parte de casi todos los analistas económicos en
que el país crecerá el año que viene entre 3 por ciento y 4 por ciento, la
incógnita radica en hasta donde este crecimiento logrará influir en el primer
metro cuadrado ciudadano. La situación económica será, como siempre,
fundamental.
—¿Qué cambiaría si Cristina es candidata?
—Con CFK en el ring, el mandato puede volverse mucho más
político que económico, una reedición del dilema 2013, en donde se jugaba qué
candidato podía ponerle un límite y evitar, en ese momento, una potencial idea
de re-reelección. Si bien el gobierno no se acerca a las elecciones con un
candidato cantado, si parece haber encontrado su estrategia: diagramar la
campaña en torno a su figura más popular, la gobernadora. Los oficialismos
tienen la capacidad de crear candidatos con rapidez. Una campaña alrededor de
Vidal, le genera al gobierno un buen plafond para enfrentar el desafío.
—¿Vidal es la dirigente con mayor imagen positiva?
—Vidal sigue siendo la dirigente política con mejor imagen
y, fundamentalmente, con una aprobación de gestión que presenta similares
niveles de apoyo. Es quien mejor representa los valores, tangibles e
intangibles, que significó Cambiemos en octubre/noviembre de 2015. Si uno
dividiese a los ciudadanos en 4 segmentos, uno encontraría que dentro de
quienes votaron y apoyan fuertemente la gestión de Macri, la gobernadora tiene
97 por ciento de imagen positiva. Entre quienes votaron al espacio, pero son
apoyos más blandos y encuentran ciertas críticas a algunas políticas, su imagen
es de 89 por ciento positiva. Su aprobación llega a 75 por ciento entre quienes
no votaron a Macri, pero tal vez en el futuro puedan hacerlo. Solamente entre
los votos más duros anti-macristas es donde Vidal tiene 34 por ciento de imagen
positiva y 52 por ciento de negativa.
—¿Qué piensa de las declaraciones de Macri respecto de una
posible reelección?
—Creo que son declamaciones estrictamente dirigidas al
círculo rojo. Para la opinión pública general, las elecciones 2017 son lejanas,
por lo que imaginar políticamente el 2019 es ciencia ficción. El PRO es un
partido absolutamente verticalista por lo que las palabras de Macri parecen
responder, de una manera indirecta, a quienes comienzan a señalar a Vidal como
posible sucesora en base a sus niveles de aprobación.