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La Nación
6/11/16

Roberto Gargarella: "Se han roto los puentes entre la gente y los funcionarios"

El profesor de la Escuela de Derecho advierte sobre un "déficit democrático" que afecta la relación entre la política y el Poder Judicial

Mucho se habla de la grieta que hoy divide aguas en términos políticos. Pero, más allá de esa retórica, el país atraviesa una ruptura más profunda, que separa al ciudadano común de los funcionarios, tanto en el ámbito político como judicial. Ese es el diagnóstico del sociólogo y abogado Roberto Gargarella, quien advierte un "déficit democrático general" que, incluso facilita hechos de corrupción.

"Se han roto todos los puentes entre los ciudadanos y los funcionarios públicos y eso genera un enojo colectivo", precisó el reconocido constitucionalista, profesor en las universidades de Buenos Aires y Torcuato Di Tella (UTDT), en una entrevista con LA NACION.

- ¿Cómo evalúa hoy la relación entre el Gobierno y la Justicia?

- El problema principal es el déficit democrático general, que marca la relación de los gobiernos con la Justicia. Esa crisis democrática atraviesa todas las ramas del poder y produce una fuerte ruptura entre los ciudadanos y los funcionarios políticos y judiciales.

- ¿Cómo se supera esa ruptura?

- Temporalmente, la ruptura puede remediarse o agravarse. Con el kirchnerismo, se agravó. Con varios instrumentos intentó colonizar la Justicia: la reforma del Consejo de la Magistratura, que debería ser declarada inconstitucional; el proyecto de democratización de la Justicia, que fue declarado inconstitucional; los nombramientos de jueces subrogantes y el Ministerio Público, que fueron ilegales...

- ¿Qué cambios debe haber?

-Es necesaria una modificación del Poder Judicial, pero eso no da carta blanca a cualquier reforma. Los cambios tienen que venir de afuera: audiencias públicas bien hechas. juicios por jurados y comisiones al estilo de la Conadep para situaciones especiales. Hay que favorecer el acceso popular a la Justicia. El kirchnerismo invocó la democratización de la Justicia y terminó haciendo un Poder Judicial más elitista..

- ¿El gobierno de Macri avanza por la senda correcta?

- Partimos de una situación injustificable e inaceptable: un Poder Judicial colonizado, incluso en las provincias.

- ¿Fue necesario llegar a un punto extremo para advertir el deterioro de la Justicia?

- Sí, pero no estamos en un punto extremo. Estamos en una pendiente que promete malas noticias. Hay mucho enojo social. Cuando uno ve que la clase dirigente hace cualquier cosa y es impune, muchos piensan: "yo también quiero sacar ventaja y ser impune".

- ¿Cuál es el remedio?

- Lo más urgente es ver cómo tender puentes entre la ciudadanía y el sistema institucional.

- ¿Fue positiva la ampliación de la Corte?

- Macri hizo nombramientos decentes, pero desaprovechó una oportunidad porque apareció como teniendo que reparar algo que había empezado mal.

- ¿El Gobierno avanza a prueba de ensayo y error?

- Es una lectura posible y de buena fe. Yo tengo una lectura más pesimista. Agradezco que el Gobierno esté lo suficientemente fragmentado como para que tenga que negociar y acordar con la oposición.

- ¿Qué efectos produce en el país ese déficit democrático?

- Termina generando los niveles de corrupción con los que estamos conviviendo. Ni la izquierda ni la derecha le prestan atención a este fenómeno. La derecha se queda en la imagen del escándalo y parte de la izquierda no ha querido identificar que los niveles de poder discrecional de los líderes políticos de turno generaron un nivel extraordinario de corrupción.