El profesor emérito de la Di Tella habló sobre su libro más reciente, "El Eslabón Perdido. La economía política de los gobiernos radicales", editado por Edhasa.
"Yo digo que en
algún momento había que crecer por la vía de la productividad y si íbamos a
seguir siendo un país predominantemente agrario en términos de su inserción en
el mundo, entonces lo que tenía que pasar era que el sector agrario aumentara
la productividad", señaló el historiador económico, quien acaba de
publicar el libro "El Eslabón Perdido. La economía política de los
gobiernos radicales", editado por Edhasa.
Gerchunoff
aseguró, no obstante, que "eso
ocurrió. Durante los años de Yrigoyen y de Alvear la productividad aumentó y
los costos bajaron y eso fundamentalmente por la innovación tecnológica que fue
el tractor. El tractor es la gran estrella de los años '20 en los países con
mucha tierra como los Estados Unidos, Canadá, Australia. También en la Italia
de Benito Mussolini".
Pese a esto, el lapso de estudio para el economista es un
período "inclasificable",
porque "el viejo patrón agrario
exportador empieza a agotarse, pero no ha nacido nada nuevo todavía. Los
actores de la época no saben qué quiere decir transición porque lo están
viviendo. Por eso lo llamo inclasificable, escurridizo, desde el punto de vista
analítico".
Gerchunoff, en
diálogo con Télam, amplió el razonamiento diciendo que los actores de la época "vivían un momento de mucha turbulencia
en donde a veces creían que estaban volviendo al viejo régimen exportador,
libre comercio y con el viejo patrón oro. Por momentos sí, por momentos
no".
Según el investigador, "la
Argentina, de hecho, era el país más industrial de América Latina. Lo que
quiero destacar es que no había una política industrial", dijo.
"La
industrialización que había emergido era puro efecto de mercado, esto es, la
Argentina crecía mucho y como crecía mucho se diversificaba la producción y en
esa diversificación aparecía un sector industrial. Pero no había alguien que
pensara en cómo desarrollábamos una estrategia industrializadora",
puntualizó.
De ahí, entonces, que al no haber un crecimiento superlativo
de la productividad por parte del sector agrario y ante la carencia de una
política industrial, el crac económico mundial del '29 arrasó con el modelo de
la generación de 1880, vigente hasta el momento.
El historiador económico hizo una distinción respecto de la
definición acerca de que la Argentina era hasta entonces un país rico porque su
economía figuraba entre las ocho más importantes del planeta. "Se creyó rico, que no es exactamente
lo mismo que ser rico tempranamente", aclaró.
"Lo que digo
sobre el período en estudio es que es uno en el que se cruzan la democracia
naciente con una economía que empezaba a tener un poco de arena en el motor,
tal como había funcionado hasta entonces", sintetizó.
"Agotada la
frontera agrícola, eso requería como contrapartida un crecimiento permanente en
la productividad de los sectores exportables si no se quería caer en pocos años
en una dinámica de endeudamiento insostenible. Visto a la distancia, esa fue la
cuestión macro económica principal que enfrentaron los gobiernos
radicales", concluyó.
Una de las razones por las que se interesó en este período
de la historia política y económica del país "es mi gran cariño por Raúl Alfonsín. Yo no era ni soy radical,
pero sí trabajé en el gobierno radical y le terminé teniendo un cariño muy
grande a Alfonsín. En mi juventud estaba muy lejos del radicalismo, pero
después de trabajar con Alfonsín se me ocurrió investigar cómo eran los tíos, los
abuelos políticos de Raúl".
Gerchunoff es
profesor emérito de la Universidad Torcuato Di Tella y honorario de la
Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), además
de autor de varios libros entre los cuales figuran ¿Por qué la Argentina no fue
Australia? y Entre la equidad y el crecimiento. Ascenso y caída de la economía
argentina 1880-2002.