En los medios

Fortuna
9/07/16

La tristeza no es solo brasileña

REPERCUSIONES EN ARGENTINA. La mayor economía de la región cayó el 5 por ciento y el desempleo se duplicó en los últimos 14 meses. El impacto en las exportaciones, de nuestro país en especial las industriales. La relación entre Macri y Temer, y el futuro del Mercosur. Las difíciles tareas de Meirelles y Serra, los dos ministros claves del nuevo gobierno brasileño.

Por Gustavo García
Mal que le pese al Gobierno, el crecimiento de la economía argentina no depende exclusivamente de las medidas que se puedan tomar en la esfera endógena. Recortar el déficit, bajar la inflación, tener un tipo de cambio competitivo, mejorar la infraestructura productiva y generar un clima de inversiones son objetivos necesarios pero no suficientes. El ingreso genuino de divisas a través de las exportaciones requiere, inevitablemente, del resurgimiento de Brasil.

Decir que Brasil es hoy un gigante dormido es ser generoso en la apreciación. La mayor economía de Sudamérica ha visto derrumbarse su Producto Interno Bruto un 5% y duplicarse el desempleo en 14 meses. Hay en ese país 11.5 millones de personas sin trabajo. Esperar que la sociedad brasileña haga pie y comience a demandar nuevamente productos argentinos puede requerir un tiempo de espera demasiado prolongado para las urgencias argentinas. En este contexto es que las riendas del gobierno brasileño cambiaron de manos. La asunción del vicepresidente Michel Temer en lugar de la suspendida Dilma Rousseff (sometida a juicio político) abre un renovado abanico de posibilidades en el intercambio bilateral que. dicho sea de paso, no goza de su mejor momento. En mayo se derrumbó un 23.7% y acumula 20 meses consecutivos en retroceso.

¿Pero qué puede cambiar para la Argentina con el nuevo gobierno de sesgo liberal que encabeza Temer? Por lo pronto, se produce un rápido realineamiento del eje político. Así como el kirchnerismo tuvo una afinidad ideológica con Lula Da Silva y también con Dilma Rousseff. fundamental para limar asperezas comerciales. Temer y Mauricio Macri ven el mundo con similares miradas. Apertura de la economía, libre mercado, fomento de las exportaciones y la búsqueda de alianzas por fuera del Mercosur son algunos de los puntos en común.

La designación de Henrique Meirelles al frente del Ministerio de Economía, y de José Serra en la Cancillería son dos señales claras que definen el rumbo a tomar .por Brasil. Como bien explica a FORTUNA el economista Gustavo Segré. director de la consultora CenterGroup, con sede en San Pablo, "habrá menos participación pública en la economía. El Estado tendrá un rol mucho menor. Este gobierno no tiene la mirada populista, no es un socialismo puro. No existe aquí la idea de que el Gobierno debe asegurarlo todo, que tie- ne que generar empleo público.
Diría que todo lo contrario. Será un gobierno con un Estado más chico y una participación mucho más fuerte del sector privado".

Vale decir que Dilma ya había hecho lo suyo en esto de pavimentar el camino hacia la economía de libre mercado al designar a Joaquim Levy un hombre de la banca, como ministro de Economía. Lo que viene ahora, sin embargo, será acentuar mucho más esa tendencia.

Pese a que nació y crece jaqueada por la corrupción, la nueva gestión tiene claro el camino a tomar. "Temer arranca con un proyecto que involucra a la Confederación Nacional de la Industria y a la Fiesp (Federación Industrial del Estado de San Pablo), y la apuesta de las dos es tan grande con Temer que van a hacer lo imposible para demostrar que tenían razón en deshancar a Dilma. Volverán las inversiones, habrá empleo, mayor consumo interno y así mejorará todo".

Claro que sería un error estratégico por parte de la Argentina sólo aguardar a que Brasil se recupere a partir de los nuevos vientos. Hay también, falencias internas, cosas que corregir en la política comercial. Como afirma Segré.
"Argentina no está trabajando bien en el intercambio con Brasil. Sólo estamos esperando que aumente la demanda de Brasil. En el 2000, del volumen de las importaciones brasileñas el 12% eran productos argentinos. Hoy es el 6%. Argentina le está vendiendo menos a Brasil".

Y agrega: "Rezamos para que a Brasil le vaya mejor, pero hay que trabajar en dos mejoras: uno es el registro de productos en forma automática. El segundo punto es que los productos argentinos tengan equivalencia con productos brasileños en términos tributarios. Eso mejoraría la balanza comercial. Hoy una autoparte argentina paga más impuestos que una brasilera".

MERCOSUR. La relación bilateral entre Argentina y Brasil, en lo político y lo comercial, se da en el escenario del Mercosur, un espacio que ambos presidentes parecen haber intentado ningunear en su afán por avanzar hacia una relación mano a mano con Estados Unidos y la Alianza del Pacífico.

No está en duda la continuidad del bloque, lo que ya sería mucho decir, pero queda claro que ha dejado de ser una prioridad. Sin embargo, se impone la mesura. Tal como remarca el analista internacional Gabriel Puricelli a esta revista, "las condiciones no son favorables para grandes cambios en la política exterior. Vemos que a pesar del entusiasmo manifestado por el Mercosur, respecto de retomar negociaciones con la Unión Europea, encontraron resistencia en los europeos. Las condiciones económicas del mundo son malas, no hay puntos brillantes o positivos para destacar".

"Hay presiones en todos lados. Pienso que verificaremos un cambio en las retóricas gubernamentales. La del gobierno argentino ha cambiado mucho, pero sería contrario a la realidad decir que el Mercosur estaba avanzando. Estaba ya estancado, la retórica de la unidad ocultaba mal esa falta de avances prácticos.
Tampoco hay buenas noticias para la integración hacia adelante".

El perfil de los cancilleres de ambas naciones habla por sí solo. Susana Malcorra, postulada para el cargo de secretaria general de las Naciones Unidas, opera bajo el mandato de hacer que la Argentina regrese al mundo. Al menos a la visión del mundo que encarna Cambiemos, es decir una fluida relación con Estados Unidos y los principales países europeos, y una amigable postura con China, del que ningún gobierno argentino puede prescindir.

Por su parte, que Michel Temer haya designado a José Serra tampoco significa un espaldarazo para el bloque sudamericano. "Serra no es el mejor de los cancilleres para nosotros. Pero se da una circunstancia singular: cuando Serra se mostraba contrario al Mercosur. la realidad de los dos países era diferente. Brasil no había empezado a caer, ni internacionalmente ni en el plano doméstico, y Argentina estaba con el cepo, el atraso cambiario y demás. La realidad de los dos cambió", remarca Gustavo Segré.

La gran pregunta es cómo será que Argentina y Brasil articulen sus relaciones, ahora bajo el parámetro de gobiernos liberales. "Claramente todo este retorno es de principios liberales, tanto en lo económico como en lo político. Los regímenes de centroizquierda son democracias, pero no liberales como las que han comenzado a gobernar ahora", recalca Mariano Turzi. especialista en estudios internacionales y docente de la Escuela de Negocios de la Universidad Di Tella.

Hay puntos que conviene resaltar. La FIESP, como todo el arco empresarial, le ha dado a Temer un respaldo en su gestión que bien le gustaría tener a Mauricio Macri en la Argentina. Los paulistas saben que les va la prosperidad en el resurgir del intercambio comercial de las dos naciones. Ahora resta que los gobernantes tomen nota y adviertan que. más allá del vigor de las inversiones externas, no habrá futuro si no renace la demanda interna.


TURZI Y PURICELLI 

EL PÉNDULO SE MOVIÓ A LA CENTRODERECHA


La relación comercial entre Argentina y Brasil engrana ahora en un escenario de retroceso de las ideologías de centroizquierda. caracterizadas por un fuerte acento en la integración política y la inserción social, y un avance de los movimientos de centro derecha, estandartes de sectores productivos con un fuerte sesgo exportador. El péndulo ha viajado de un extremo al otro.

Los analistas hallan como común denominador a los nuevos gobiernos de la región, donde por supuesto se inscriben los de Mauricio Macri y Michel Temer, el fin del ciclo alcista del precio de los commodities. que terminó por socavar los pilares de las gestiones erigidas sobre un fuerte despliegue del gasto público. Lo que viene es otra cosa.

Pero aquí también manda la prudencia."No creo que haya existido ni una ola de gobiernos de izquierda antes, ni un reflujo ahora. Ocurre que han cambiado las coordenadas económicas en las que operan los gobiernos. Algunos han tenido problemas serios para gestionar el cambio de régimen macroeconómico. y eso es lo que le pasó a Dilma Rousseff. Tuvo problemas para gobernar, pero también ha habido inconvenientes en la Argentina para gestionar el cambio de régimen", destaca Gabriel Puricelli.

Según Mariano Turzi, "luego de casi una década y media pienso que el cambio de rumbo es algo normal. Coincide con la reversión del ciclo económico de los commodities. Sin lugar a dudas no es el fin de la izquierda en la región, pero sí es algo nuevo y positivo al mismo tiempo. Se ha dado una alternancia entre la izquierda y la derecha, y ese cambio ha sido pacífico y democrático. Aún lo que ocurrió en Brasil se da dentro del contexto democrático. Claramente se trata de un avance".

MARCELO ELIZONDO 

LAS VENTAS A BRASIL SE DESPLOMAN EL 25%


El último informe de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales, con la firma de Marcelo Elizondo, remarca que las exportaciones argentinas han vuelto a crecer en 2016, pero enciende la alarma al destacar la caída del flujo comercial entre Argentina y Brasil.

"En el primer trimestre de 2016 crecen 3% (de 12.058 millones de dólares a 12.413 millones de dólares).
Si esta tendencia se mantiene, las exportaciones volverán a crecer anualmente después de tres años (llegarían en 2016 a unos 58.500 millones de dólares). Y hay a la vez una tendencia que se intensifica: el grueso de las exportaciones argentinas incrementa la dependencia de un sector: es ya de origen agropecuario casi el 70% del total de las exportaciones", señala el documento.

El paper destaca que "las exportaciones de origen agropecuario en el primer trimestre llegan a 8.627 millones de dólares si se suman las exportaciones primarias y las manufacturadas de origen agropecuario. Pero esas exportaciones de origen agropecuario están creciendo 23% en relación al año anterior. Lo que ocurre es que esa alza debe ser compensada con las bajas de las exportaciones de bienes industriales (-22%) y de energía y combustibles (-44%)".

Según DNI. las exportaciones agropecuarias crecen 1.627 millones de dólares en relación al primer trimestre del año anterior, mientras las de la industria tradicional caen 957 millones de dólares en el período. Un hecho relevante para esto es la enorme dependencia de las exportaciones industriales del mercado brasileño.

"Mientras las exportaciones de origen agropecuario (primarios o manufacturados) se dirigen a mercados variados (China. India. Vietnam. Indonesia, el Magreb o Europa), las industriales tienen en Brasil un mercado que históricamente explica la mitad del total", enfatiza Elizondo.

En el primer trimestre, las exportaciones totales a Brasil han descendido 660 millones de dólares (de 2.655 millones de dólares en el primer trimestre de 2015 a 1.995 millones de dólares en igual período 2016). Brasil, en medio de una crisis política que se superpone (y alimenta) a una crisis económica y social, siendo el principal mercado para Argentina, está afectando seriamente el resultado exportador de nuestro país.

"La referida crisis hizo ya que en todo el año 2015 las ventas argentinas a Brasil fueran menos relevantes que lo que fueron en muchos de los años anteriores. Las exportaciones a Brasil cayeron el año pasado alrededor de 27%. mientras las exportaciones argentinas totales al mundo cayeron 16% en 2015. Y eso produjo que la participación de Brasil en las ventas externas argentinas haya descendido desde representar más del 21 % en 2010 hasta explicar sólo algo más del 17% el año pasado".

De acuerdo al informe de DNI, "la tendencia se agrava: mientras las exportaciones totales argentinas vuelven a crecer (levemente), en un rango de 3%, en ese primer trimestre de este año las exportaciones argentinas a Brasil caen 25%. Y en particular las exportaciones de manufacturas industriales caen 32% en el trimestre. Esto hace que Brasil represente en ese período medido de 2016 apenas el 15% de total de exportaciones argentinas":