En los medios
La gran rebelión de los enojados
Del Brexit a Trump. Quedaron fuera de la globalización. Se sienten amenazados por los inmigrantes, las nuevas tecnologías y las “elites”. Tienen rabia. Los lideran políticos inescrupulosos. Esto fue expresado por los que votaron para irse de la UE y avanza en todo el mundo.
“El mundo está viendo una fiesta del populismo como ya ocurrió en otros momentos de la Historia. Los brexiters y los trumpetistas son una patota que nos viene a golpear en la cara y si no entendemos que están representando problemas reales y quejas reales de la gente, nos pasarán por encima. Si atendemos con urgencia esos problemas, la creciente desigualdad, las olas de refugiados y el enojo contra los gobiernos, el Brexit será apenas un despertador; de lo contrario habrá más rabia y más caos”, explica Danielle Pletka, del American Enterprise Institute de Washington.
Los historiadores hacen una comparación con lo que sucedió en los años treinta del anterior siglo.
Después de la Primera Guerra se produjo un profundo cambio social en el que las mujeres se integraron a la fuerza del trabajo y exigieron sus derechos a votar y estudiar. Y se produjo una grieta profunda entre una elite progresista y el resto de la sociedad conservadora. El colapso económico de 1929 hizo el resto. Se creó un caldo de cultivo para los populismos con la crisis económica, pérdida de confianza en las instituciones, una sensación de humillación de la sociedad y graves errores políticos de los gobiernos liberales. Todos esos elementos aparecen ahora, tanto en la Gran Bretaña que vota castigando al gobierno conservador de Cameron y se va de la UE, como los movimientos de extrema derecha xenófobos de varios países europeos, en los Estados Unidos de Trump y en la Venezuela de Maduro. Personajes con supuesta muy diferente posición política que terminan seduciendo a las masas descontentas. ¿Estamos en un momento similar al de la República de Weimar, la Alemania antes del surgimiento del nazismo?, se pregunta Jochen Bittner, el editor del semanario alemán Die Zeit, en una nota editorial del New York Times. Y se responde: “La crisis económica de 2008 y la recesión global que produjo no fueron, ni de cerca, tan dolorosas como la depresión de aquella época. Pero sus consecuencias sí son similares ? Los votantes se preguntan por qué los gobiernos permiten que los banqueros salieran indemnes dejando a millones de personas enojadas con las instituciones y los políticos que habían fallado para contener la crisis ? Trump no es Hitler, pero eso no es lo que importa. Hoy, al igual que en el período de entreguerras, vemos que el liberalismo no es capaz de responder a los problemas que se plantean. Ni siquiera a los que cuestionan su propia existencia”.
Juan Tokatlian, de la Universidad Di Tella, cree que también hay un elemento demográfico importante. “La inmigración masiva modificó la escena social. Los “blancos” ya no son mayorías absolutas. Las transformaciones productivas que han implicado desindustrialización y relocalización de empresas, en medio de un auge desmesurado y desregulado de las finanzas han modificado las regiones, municipios y urbes, provocando alteraciones geográfica y humanas significativas en la que el dato clave es el achicamiento notable de las clases medias y la hiperconcentración de poder y recursos en pocas manos. El esclerosamiento de los sistemas políticos y partidistas ha ido horadando la confianza pública en las autoridades y las instituciones”. Este fenómeno se ve claramente en las regiones donde votaron por el Brexit en Gran Bretaña, básicamente en el interior del país, mientras que las grandes ciudades cosmopolitas, así como los europeístas escoceses e irlandeses querían permanecer en la UE. Lo mismo sucede con el electorado en las primarias republicanas, donde el triunfo de Trump se registra particularmente en el centro y sur del país, o en la Francia profunda que apoya masivamente al Frente Nacional de Marie Le Pen. Y hay, también una clara división generacional. Los “millennials”, de entre 18 y 24 años votaron en un 75% por el “Remain” en la EU. Mientras que los “babyboomers” de más de 65 años votaron en un 61% por irse. Aquí aparece el elemento de la brecha educativa, de los que se formaron en la nueva tecnología y los que siguen sin entenderla. Los más jóvenes saben que no tienen futuro sin una mente digital y global. Los que se quedaron atrás descreen entonces de esa “elite” que va más adelante. El ex embajador argentino en Francia, Carlos Pérez Llana, lo explica así: “se trata de una revuelta anti-élites, en la mayoría de los casos. Esas elites serían las clases conductoras de la globalización. Y el antielitismo es social, económico y cultural”.
Pero al mismo tiempo se trata de movimientos que pueden ser muy efímeros y la mayoría de las veces están atados a fenómenos momentáneos o a la renta que tienen para repartir. Una vez que desaparece el furor sobre el tema en cuestión y el dinero, como en el caso del petróleo en Venezuela, la “rebelión” cruje y comienza a buscar otros rumbos. Como electorado, por sobre todo, tiene una enorme movilidad. También sus líderes son “líquidos”. Una semana después del voto del Brexit, la mayoría de los políticos del sector o no habían abierto la boca o se posicionaban para cosechar un lugar mejor ubicado en la escala de poder. También comenzaron a admitir que toda su campaña había estado basada en mentiras. Por ejemplo, la que decía que si se iban de la UE ahorrarían 350 millones de libras por semana y que de ese monto se podrían destinar más de 100 millones para apuntalar el deteriorado sistema de salud, ahora reconocen que no era viable. El líder xenófobo, Nigel Farage, admitió que se trataba de “un error de cálculos” y el conservador Duncan Smith tuvo que reconocer que “nuestras promesas fueron una serie de posibilidades”. Con la migración, la gran preocupación del electorado enojado de Europa, sucedió algo similar. Los propagandistas del Brexit decían que había una “ola de inmigrantes” en las puertas del reino esperando a entrar y que la UE los obligaba a recibir cientos de miles. La realidad es que de los 330.000 inmigrantes que Gran Bretaña recibió en 2015 de otros países de la UE, a fin de año apenas habían permanecido en la isla 180.000. Los otros eran “trabajadores golondrinas” que regresaron a sus países. Y de los escapados de la guerra siria, apenas recibieron a unos cuantos miles cuando decían que antes de 2030 llegarían al país cinco millones de inmigrantes. Los tabloides londinenses explotaron el tema de tal manera que hicieron sentir a muchos británicos en “situación económica endeble” que pronto vendría una horda a quitarles sus trabajos. “Todo esto nace en momentos en que las instituciones y los partidos tradicionales -casi siempre en sistemas bipartidistas- están débiles. En ese contexto, el populismo plantea dejar de lado el maniqueísmo de izquierda y derecha para así rechazar de lleno la propuesta de lo que denominan las elites. Esa es la esencia que une a Chávez con el Brexit”, asegura Pierpaolo Barbieri, analista argentino de la consultora Greenmantle.
Y todos los consultados creen que ésta ola populista es apenas un movimiento pendular que pronto va a ser arrastrado por la realidad económica global. Pero antes, seguramente, veremos unos cuántos fenómenos más protagonizados por estos enojados de la Tierra.
Populismo antiglobal
“El mundo está viendo una fiesta del populismo como ya ocurrió en otros momentos de la Historia.
Los brexiters y los trumpetistas son una patota que nos viene a golpear en la cara”.
Danielle Pletka, del American Enterprise Institute
“Trump no es Hitler, pero eso no es lo que importa. Hoy, al igual que en el período de entreguerras, vemos que el liberalismo no es capaz de responder a los problemas que se plantean. Ni siquiera a los que cuestionan su propia existencia”.
Jochen Bittner, editor del semanario alemán Die Zeit.
"Se produjo el achicamiento notable de las clases medias y la hiperconcentración de poder y recursos en pocas manos. El esclerosamiento de los sistemas políticos y partidistas ha ido horadando la confianza pública en las autoridades y las instituciones”.
Juan Tokatlian, de la Universidad Di Tella
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Fuente: Ranking Teaching, Research and International Policy (TRIP) International Relations Survey, 2014.
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(Fuente: QS World University Rankings 2023)
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