En los medios

Página/12
29/04/16

Discursos de la droga

Por Roberto Samar
La vicepresidenta Gabriela Michetti presentó una denuncia penal ante la Cámara en lo Criminal y Correccional a raíz del tuit falso que se diseminó en las redes sociales en el cual señalaba: "La droga mata a los pobres como a la gente normal". Sin embargo, más allá de si era o no era cierto, era verosímil. Era creíble que lo pudiera haber dicho, porque a la hora de pensar la seguridad desde determinados sectores dominantes la mirada es profundamente clasista. Para ilustrarlo: frente al "flagelo" de las drogas en los barrios populares, se envía la Gendarmería en una actitud de exaltación de la violencia. Pero es bastante poco probable que las fuerzas de seguridad ingresen de la misma manera a una fiesta electrónica. El discurso de la guerra contra las drogas legitima la violencia hacia las personas en situación de pobreza. Es decir, hacia los sectores que se colocan habitualmente en el lugar de chivos expiatorios. Esos sectores sufrirán la violencia, los allanamientos y las detenciones arbitrarias. Mientras tanto, pocos se preguntan cómo prevenir el consumo. ¿Qué sentido se les da a los distintos consumos? ¿Son consumos abusivos? Según Juan Gabriel Tokatlian, director del Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad Di Tella, de los 246 millones de consumidores del mundo, sólo 27 millones son consumidores que abusan de las drogas. Solo el 0,36 por ciento de la población mundial. Podríamos suponer que la bandera de la "guerra contra las drogas" que impulsa Estados Unidos tiene otros objetivos que van más allá de su preocupación de ese 0,36 por ciento de personas. Paralelamente, en nuestro país se destina la mayoría de los recursos en la lógica de guerra contra las drogas y solo un 5 por ciento en prevención. Claramente, desalentar la demanda no es la prioridad, la prioridad son los intentos de control. El discurso de la guerra nos deja una sociedad con más violencia hacia los sectores empobrecidos, pocas políticas de prevención, miles de muertes y 77 bases militares de Estados Unidos en América latina y el Caribe.